Las sirenas llevan siglos enloqueciendo a marineros y artistas. Su voz provoca accidentes. Soo Min Kim parece que escuchó su canto en una cafetería comercial. Olería a café macchiato y a naufragio en un mar castaño, suponemos.
Así nació su obsesión. Transformar la sirenita del Starbucks en casi cualquier cosa.
Yo no sabía que el logo de la cadena Starbucks representara una sirena y tampoco que tuviera relación con la novela Moby Dick (uno de los personajes, adicto a esta droga estimulante de presunto origen etíope, se llamaba como la compañía). No podía imaginarme que un logo pudiera tener además, como Superman, otras vidas.
Nunca le había hecho demasiado caso a esta imagen hasta toparme con el trabajo del ilustrador Soo Min Kim. Veía un rostro y poco más. Tal vez una corona. Él supo encontrarle otros mundos en el seutabeokseu, que es como presuntamente llaman los coreanos al Starbucks, según la Wikipedia.