Entradas etiquetadas como ‘Kraftwerk’

¿Se llevan bien los artistas plásticos y las portadas de discos?

El primer disco con portada de la historia © Alex Steinweiss - Taschen

El primer disco con portada de la historia © Alex Steinweiss – Taschen

Las carpetas discográficas son uno de los grandes soportes para el arte del siglo XX. Más agradecidas, por aquello del tamaño, cuando se trata de vinilos y en trance de desaparición física dado el avance de la música comercializada en forma de archivo de ordenador, líquida y sin forma, siguen siendo una carnada visual dificil de evitar cuando se trata de diseños imaginativos, valientes, procaces, rebeldes o complementarios hasta la perfección con la música que envuelven.

Las cubiertas de discos han tenido, en realidad, un muy pequeño recorrido: el primer disco de la historia envuelto tal como lo conocemos es el de la imagen de arriba. Fue editado en 1940 y, como una parábola, ha tenido más duración el diseño, que fue el primer paso para la jubilación de las groseras bolsas de estraza, que la música: una omitible selección de éxitos, Smash Song Hits, de Richard Rodgers y Lorenz Hart, interpretados por la Imperial Orchestra.

El diseñador fue un pionero, un muchacho de 23 años enamorado del cartelismo europeo de vanguardia, el modernismo y el art decó: Alex Steinweiss, el inventor de las portadas de discos.

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¿Cabe en un circuito toda la música electrónica?

"Electric Love Blueprint" © Dorothy

«Electric Love Blueprint» © Dorothy

¿Cabe toda la música electrónica de la historia en un póster de 80 por 60 centímetros?

En el estudio de diseño Dorothy, de Manchester (Reino Unido), piensan que sí y lo intentan demostrar con Electric Love Blueprint – A History of Electronic Music.

Los cuatro jóvenes que impulsan desde 2010 la dinámica empresa, Ali, Phil, Jim y Tich, siguen en la senda de cartografiar con mapas imaginarios los santorales o caminos creativos de la cultura pop contemporánea: ya lo intentaron con la historia del cine condensada en bóvedas celestes —Hollywood Star Chart—, temas musicales con nombres de animales encapsuladas en un zoológico roquista —The Rock’N’Roll Zoo— y un callejero urbano diseñado con títulos de canciones—Song Map—.

Ahora se han convertido en seres eléctricos y han trazado un circuito con los iconos habituales —condensadores, nodos, mallas, ramas, fuentes, conductores…— para resumir el género que quizá tenga más progenitores de entre todas las formas musicales que siguen con vida. Podemos concluir, con matices pero sin llegar a la pelea, que el rock and roll nació en una cama redonda compartida por blues eléctrico, countrybluegrass, pero el asunto no es tan fácil cuando se trata de la electrónica.

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Kraftwerk: los robots tienen ‘tumblr’ y se llama ‘Infinito infinito’

Captura de Endless Endless

Captura de Endless Endless

«Desde el silencio a cualquier lugar». El lema es la enseña frontal del microblog Endless Endless, un archivo virtual de los 45 años de carrera de uno de los grupos más inteligentes y faltos de complejos de la historia del pop, Kraftwerk, una unidad de producción alemana que funciona con efectiva sabiduría.

Endless Endless —que duplica en la cabecera la palabra inglesa para ilimitado, infinito, interminable, dando a entender que incluso los conceptos absolutos tienen derecho a ser una espiral, un loop— es un Tumblr que aprovecha la elasticidad y dinamismo de la plataforma de blogs readymade (hay en el mundo 222 millones en este momento) como visita guiada audiovisual a la carrera del grupo que fundó la música electrónica de consumo rápido y, según un acertado resumen del diario The Guardian, es la banda más influyente en activo y la que más y mejores productos ha dado al pop desde los Beatles.

Aunque el grupo tiene una bien montada página web oficial en la que es posible entretenerse durante horas —no dejen de visitar la sección Kling Klang Machine, un generador de música interactivo—, Endless Endless tiene la gracia de libro de recortes de todo microblog bien administrado: la navegación es sencilla y el contenido es celestial. No podría ser de otra forma cuando hablamos de Kraftwerk, el grupo más copiado y sampleado de la historia, como se puede comprobar en el vídeo de abajo, en el que la huella de los alemanes aparece, con o sin cita, en temas de entre otros, Madonna, R.E.M., Coldplay, David Bowie, Pink Floyd, Jay Z, Will Smith, New Order, Franz Ferdinand…

El tumblr de los musikarbeiter («trabajadores de la música», como prefieren ser llamados) contiene clips musicales, tanto de discos oficiales como de grabaciones en directo; citas, entrevistas e ideario; centenares de imágenes y vídeos , y toda suerte de referencias y anecdotario sobre las andanzas de los muchos músicos que han intervenido en el colectivo fundado en Dusseldorf por  Ralf Hütter y Florian Schneider —el segundo lleva varios años separado del grupo, en un silencioso retiro—.

Fotos tomadas en Barcelona en 1981 por Anton Corbijn

Fotos tomadas en Barcelona en 1981 por Anton Corbijn de los ‘dummies’ de, desde la izquierda, Wolfgang Flür, Florian Schneider y Ralf Hütter (Fuente: Endless Endless)

La más agria (y estúpida, por malinterpretada) polémica en la historia del grupo no aparece por ninguno de los múltiples pasillos y recámaras del microblog: la publicación de una reseña en el semanario inglés New Musical Express donde el respetado crítico Barry Miles titulaba una reseña sobre un concierto de Kraftwerk con una frase cargada de bilis: «Esta es la música que tus padres lucharon para que no escuchases».

El presunto conservadurismo reaccionario de la electrónica fue aliñado a la semana siguiente con la republicación de una entrevista de 1975 del mítico periodista destroyer Lester Bangs a Hütter y Schneider en la que se jugaba con la idea de Kraftwerk y sus robots doppelganger como «solución final» para la música del futuro. La pieza apareció ilustrada con un desafortunado fotomontaje de los dummies y una imagen de los juicios de Núremberg contra la jerarquía nazi.

Pese al desliz de ocultar el incómodo y manipulado episodio (Hütter negaba la idea de «solución final» y tildaba a la sustitución de músicos por robots como «un paso más»), Endless Endless es uno de los mejores sitios web sobre un grupo fundamental, quizá los últimos realistas del sonido y su sombra, el silencio.

«Aportaron la idea», dicen con acierto los responsables del microblog, «de que la música vive fuera de la longitud y la forma que se ofrecen en los formatos grabados para almacenarla, lo que significa que puede, de hecho, ser interminable».

Jose Ángel González

El productor que dijo no a U2 porque no soportaba a Bono

Conny Plank

Conny Plank

A este hombre le ofrecieron en 1986 producir The Joshua Tree, uno de los discos más vendidos de U2 —28 millones de unidades hasta hoy—. Tras mantener dos reuniones iniciales con el grupo redentorista irlandés, rechazó el encargo. Resumiendo un sentimiento que comparte media humanidad explicó: «Podría trabajar con los demás, pero no soporto al cantante», explicó, .

Conny Plank, de cuya prematura muerte en 1987 (cáncer a los 47) se acaban de cumplir 25 años, no necesitaba ni quería las bendiciones de Bono Vox. Su  forma de trabajo nada tenía que ver con la búsqueda de grandeza épica y catedralicia. Al contrario, Plank buscaba los tonos humildes y se consideraba un simple técnico, un mediador: «Sólo me dedico a apretar botones. Cada músico tiene el sonido que merece y desea», decía.

Se acaba de publiar el álbum de cuatro discos Who’s That Man: A Tribute to Conny Plank, editado por la discográfica Gröndland como un intento de resumir la amplísima obra de Plank, que merece sin discusión el título de padre del krautrock, el rock espacial y loco que salió de Alemania durante los años setenta.

Hubo un tiempo en que la frase «producido por Conny Plank» era una garantía de riesgo y placer. Durante los setenta los discos que llegaban de su estudio, establecido en la antigua nave de los cerdos de la granja de Colonia (Alemania) donde vivía y trabajaba, proponían el uso libre de la imaginación frente a los cánones cerrados y de piñón fij0 de la música inglesa. De la mano de Plank, convencido de que había más brillo en el error que en la precisión, más belleza en el ruido que en la paz y más campo de acción en el dub jamaicano que en el pop, surgieron álbumes de, entre otros, Kraftwerk, Neu!, Cluster, Ash Ra Tempel y Harmonia.

Imantados por la manera de trabajar del alemán —que había empezado, por cierto, como técnico de sonido para Marlene Dietrich— y su manera de relacionar la frialdad electrónica con la aridez del rock, músicos vanguardistas ingleses, entre ellos Brian Eno y David Bowie, le pidieron asesoría y consejo para algunos de sus trabajos, entre ellos la trilogía de Berlín. Tras ellos llegarían bandas de new wave como Ultravox, Eurythmics y Killing Joke que buscaban un sonido más salvaje y menos académico que el ofrecido por los productores británicos.

Productor de casi cincuenta discos, Plank, un tipo grande y con cierto aspecto de oso, trabajaba, según quienes le trataron, por movimientos viscerales. «Un productor es alguien capaz de crear una atmósfera libre de miedo y reservas que permita encontrar el momento de máxima inocencia. Entonces debes apretar un botón y grabar», sostenía.

Ánxel Grove

Los robots de Kraftwerk invaden el MoMa

Sintetizadores, voces mecánicas, vocoders que hablan alemán… Llevan desde 1970 asombrando a los humanos con un aura robótica que han sabido mantener durante cuatro décadas, ajenos a los modas y sin caer en la payasada.

Esta semana traigo a la sección de Artefactos a Kraftwerk, el grupo-máquina de música electrónica fundado en Düsseldorf por Florian Schneider y Ralf Hütter que, con sus alabanzas a las autopistas, los aviones y la robótica, creó una electrónica atemporal mucho antes del estallido del sintetizador de los años ochenta.

Una de las proyecciones de la retrospectiva de Kraftwerk en el  MoMa

Proyección para el disco 'Tour de France' (© Kraftwerk)

Los alemanes saben reirse de sí mismos y la simplicidad de sus temas esconde un espíritu culto y un fino sentido del humor que los ha llevado incluso a dejarse sustituir por robots personalizados en sus conciertos.

Su influencia en la música electrónica los ha convertido en celebridades, tanto que el MoMa de Nueva York ha decidido dedicarles la primera retrospectiva en vivo que organiza el museo.

Kraftwerk protagonizará del 10 al 17 de abril Kraftwerk- Retrospective 1 2 3 4 5 6 7 8: ocho actuaciones en las que el grupo alemán interpretará todos sus discos, a uno por día, en un repaso a cuarenta años de carrera.

En los conciertos el grupo adaptará piezas de su repertorio y se proyectarán imágenes en 3D especialmente creadas para el evento. Los discos se interpretarán por orden cronológico Comenzando con Autobahn (1974) y terminando con Tour de France (2003). Las entradas son baratísimas dado el carácter extraordinario de los conciertos: 25 dólares (unos 19 euros). Se pondrán a la venta el miércoles 22 de febrero.

Helena Celdrán