Su hogar desde 1983 —la antigua casa de un granjero, construida en el siglo XIX— transmite elegancia en cada objeto que contiene: cada rincón es un ejemplo de buen gusto libre del esnobismo y de la artificiosidad hipster que aqueja en el presente a tantos pseudoamantes del buen diseño.
Irving Harper (1916-2015) murió el 4 de agosto a los 99 años en la exquisita vivienda campestre que habitaba, en Rye (Nueva York). Creador de muebles y objetos tan bellos como prácticos, era el último gran diseñador vivo de una generación que en los años cincuenta salía de la II Guerra Mundial estimulando a la clase media estadounidense con artículos de una belleza minimalista y limpia.