Entradas etiquetadas como ‘ética’

La Verdad es una tía desnuda y está cabreada

Yo una vez me enrollé con la Verdad, fue un amor corto, es cierto, pero pasional, diría que sadomaso. La Verdad es una domina que suele ir armada con un látigo, y que sale de un pozo profundo, como sugería Demócrito, que la amó antes que yo.

“Si así es, nunca encontraremos la verdad, pues se halla en el fondo de un pozo”, dijo.

La verdad saliendo del pozo (La Vérité sortant du puits), de Jean Léon Gerome 1896. Wikimedia Commons

La verdad saliendo del pozo (La Vérité sortant du puits), de Jean Léon Gerome 1896. Wikimedia Commons

A veces, solo a veces, ella, muy digna, sale del foso para castigar a la humanidad, como en el cuadro que el academicista Jean-Léon Gerome pintó en 1896. La verdad se te aparece desnuda –nada tiene que esconder- y empieza a pegarte. Te quedas gélido, alucinado. Así el amor con ella si no respondes a sus llamadas o Whatsapps.

Supongo que lo hizo porque era periodista, y me dijo que eso le parecía sexy. “Vamos esclavo, ponte a escribir…” Se supone que los periodistas y políticos deberíamos estar entre sus primeros amantes, que somos mansos con ella. Es mentira, claro, en realidad muchas veces nos comportamos como unos patanes, tenemos alma de coyote: viene la jovencita dinero, o la casquivana envidia, o la exuberante avaricia, y empieza a acariciarte con sus labios de botox el ego, la neurosis o la autoestima -tenemos muchas zonas erógenas-, y entonces la Verdad te parece -así es el arte de este encantamiento- vieja, pasada, flácida, como una gracia caída en desgracia. La insultas: la llamas post, prefijo que significa «después de», o simplemente, «después» (y esto es peor que decirle vieja). La Verdad tiene otro canon de belleza que no se ajusta al actual; aunque no tengo claro si hubo un tiempo en que la pobre estuviera de moda.

Lee el resto de la entrada »

¿Se puede retratar África con Instagram o Hipstamatic?

Niños jugando al futbolín en Dakar, Senegal, 28 de sept., 2012 (Foto: Holly Pickett)

Niños jugando al futbolín en Dakar, Senegal, 28 de sept., 2012 (Foto: Holly Pickett)

El fotoperiodista Peter DiCampo, que trabaja y vive en África desde 2008, no terminaba de estar satisfecho con el resultado de sus reportajes. Pese a la intensidad de algunos, como Life Without Lights (La vida sin luces), un premiado proyecto multimedia sobre las consecuencias de la falta de energía eléctrica, tenía la sensación de que había imágenes que siempre quedaban fuera porque estaban en los bordes de la acción o a sus espaldas y resultaban inalcanzables.

En la búsqueda de una manera de mostrar la complejidad africana, DiCampo, residente en Ghana, se alió con la también periodista Austin Merrill, que vive en Costa de Marfil, y decidieron emplear la cámara del iPhone y la aplicación Instagram como método blando de acercamiento e instrumento cotidiano. «Hacer fotos con un teléfono te permite empezar a trabajar antes de que te den el pase de prensa», comentan en su declaración de principios.

Fafacourou, sur de Senegal, 23 de julio de 2012. (Instagram de Holly Pickett)

Fafacourou, sur de Senegal, 23 de julio de 2012. (Instagram de Holly Pickett)

El resultado es Everyday Africa, un foto-blog colectivo que coordinan ambos periodistas, veteranos voluntarios de los Peace Corps estadounidenses. Las fotos son casuales, mundanas y sin la gravedad —no menos cierta y transcendente— del drama de la violencia, los refugiados, las guerras de baja intensidad pero alta tragedia, el hambre y la aparente contradicción de la paz y alegría del continente africano.

El uso de las potentes cámaras de los smartphones como instrumento periodístico ha alcanzado cierto grado de polémica. Cuando el año pasado Benjamin Lowy publicó el reportaje Life During Wartime sobre Iraq con fotos telefónicas, algunos le acusaron de manipular la realidad, al filtrarla mediante las aplicaciones Instagram e Hipstamatic, que, según sus detractores, embellecen lo que retratan y le añaden falsedad (de hecho, se anuncian ofreciendo la posibilidad de hacer fotos «bellas y rápidas», en el caso de la primera app, y diciendo, la segunda, que «la foto digital nunca pareció tan analógica»).

Lowy —cuyo microblog de Tumblr merece una visita— no entró en la polémica porque, se limitó a señalar, el smarthpone y sus filtros son sólo un instrumento más, como podrían serlo la elección de una cámara analógica o una película en blanco y negro. Algo parecido ha opinado el reportero Damon Winter, que también ha retratado la crudeza bélica con teléfono. «Es mi mirada, no la de Hipstamatic», señaló en su defensa.

Puesta de sol en la costa de Sinaí, Egipto, 8 de junio de 2012 (Foto de Laurael Tantawy)

Puesta de sol en la costa de Sinaí, Egipto, 8 de junio de 2012 (Instagram de Laurael Tantawy)

Lo que ofrecen DiCampo y Merrill en Everyday Africa (donde también colaboran los fotógrafos Laura El-Tantawy, Shannon Jensen, Holly Pickett y Glenna Gordon) no tiene el contenido descriptivo y duro de los reportajes de Lowy y Winter. Las fotos de hombres comprando DVD piratas, mujeres posando con la elegante gracia de lo cotidiano o momentos de pausa en la lucha diaria, son más sentimentales y tal vez casen mejor con el subjetivismo de las aplicaciones fotográficas para smartphones.

La duda moral sigue siendo la misma: ¿se debe retratar la realidad a través de la implícita perversión de los filtros digitales?, ¿es África este decorado místico de ensueño?, ¿es moral hacer una foto con un teléfono y publicarla en un reportaje?, ¿cómo cambia la relación entre fotógrafo y sujeto cuando el primero lleva en la mano un artefacto cotidiano y casi invisible que no le identifica como periodista?, ¿hace el juego el reportero a los intereses mercantiles de las mega corporaciones y se convierte en cómplice de la unificación de una mirada bella  —y ciertamente tontorrona— sobre el mundo?, ¿dónde queda la búsqueda de la foto cuando la mitad del proceso (la postproducción) la realiza un filtro digital?

Es casi imposible formular respuestas. Acaso sean inncesarias si se parte del principio fundamental de que toda foto es una mirada desde el corazón.

Ánxel Grove

Contenedores en el puerto de San Pedro, Costa de Marfil, marzo de 2012 (Instagram de  Austin Merrill)tin. (Taken with Instagram)

Contenedores en el puerto de San Pedro, Costa de Marfil, marzo de 2012 (Instagram de Austin Merrill)

Fafacourou, sur de Senegal, 23 de julio de 2012. (Instagram de Holly Pickett)

Fafacourou, sur de Senegal, 23 de julio de 2012. (Instagram de Holly Pickett)

Dakar, Senegal, 22 de julio, 2012 (Instagram de Holly Pickett)

Dakar, Senegal, 22 de julio, 2012 (Instagram de Holly Pickett)

Una niña en el puesto de venta de sus padres en Duekoue, Costa de Marfil, 7 de marzo de 2012 (Instagram de Peter DiCampo)

Una niña en el puesto de venta de sus padres en Duekoue, Costa de Marfil, 7 de marzo de 2012 (Instagram de Peter DiCampo)

Vendedores ambulantes buscan clientes entre los pasajeros de un autobús, Uganda, 21 de mayo, 212 (Instagram de Peter DiCampo)

Vendedores ambulantes buscan clientes entre los pasajeros de un autobús, Uganda, 21 de mayo, 212 (Instagram de Peter DiCampo)