Como lectora constante y coleccionista, hace cosas con los libros. Cosas extrañas. Los convierte en estructuras, bodegones, sueños empíricos. Recrea tramas de cuentos y novelas. Junta un montón de volúmenes y aparece un caballo.
Un caballo creado por costillas literarias, una escultura que es el reflejo físico de la historia que hay dentro. Une todos los tomos y recrea, por ejemplo, un árbol, una estrella, un tridente, un mandala… Puede transformarse en un ángel en cuyas alas aparecen plumas compuestas por libros.