Los vídeos de Doodle Chaos son sencillísimos pero tienen la virtud de atraparte los ojos como si fueran las patitas de una mosca en el pegamento de un capricho: son un juego visual, un divertimento que usa extraños compañeros de viaje (la música clásica y una programación básica a disposición de cualquier internauta). El foco del espectador termina, sin embargo, persiguiendo encantado, hechizado, embelesado, diría, al ridículo protagonista, solo unos tracitos minimalistas que discurren en un trineo saltando y chocando al ritmo de Beethoven.
Utiliza un videojuego on line creado en 2006 por un programador esloveno, el Line Rider (puedes jugar aquí). Consiste en crear con el cursor líneas y estructuras por las que debe deslizarse Bosch, el personaje que usa el trineo por el espacio que ha dibujado previamente el jugador y que imita las leyes de la gravedad. Un pasatiempos creado por Boštjan Čadež y que tuvo gran éxito en Internet por la posibilidad de desarrollar circuitos y piruetas personales. Cada jugador debe diseñar las líneas por las que descenderá el trineo y en donde es muy sencillo, puedo jurarlo, que se despeñe.