Hoy hice un breve ejercicio mental y salió mal. Pensé «mujer asiática», buscando la consonancia de las palabras que vaporosas surgían en mi mente. Aparecieron «camarera», «ni hao», «masajista», «esclava téxtil», «manicura», «silencio», «copiadora», «cerámica», «timidez», «delicadeza», «reino de los sentidos», «dumpling», «zapato pequeño»…
En definitiva, una clase de XING. Ha salido mal, digo. Maldigo el lenguaje y mis carencias. Prueba de cargo de un imaginario roto.
XING es un proyecto fotográfico, nuevo ejercicio mental, que defiende a las vagabundas del imaginario, la minoría concretada en el otro, desafía la hegemonía y celebra una unidad a través de imágenes y prosa. XING explora la representación de la mujer asiática en un mundo convulso, sexualizado, cercenado en su humanismo, aburrido en la monótona compresión del extranjero o extraño.
XING en mandarín significa «sexo», «sexualidad», «esencia de una persona», u «otro». XING aquí significa «las otras», las olvidadas, las cosificadas, las subyugadas a un fenotipo racista, acosadas sexual y emocionalmente, rebuscando, reedificando su personalidad en un edificio vacío, alzándose sobre suburbios emocionales.