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Mobstr, paredes ‘insolentes’ para provocar al espectador

"Darling look, it's a Banksy" - Mobstr

— Querido, ¡mira!¡Es un Banksy!
No seas tonta, querida. Eso es sólo vandalismo»
Oh, cierto. Sí, claro.

El hipotético diálogo de una pareja cualquiera es una observación mordaz sobre la consideración de las obras del célebre artista urbano británico Banksy como arte ajeno a la gamberrada. Escrita en una pared blanca con letra impresa, la leyenda no hace concesiones a la belleza formal y se exhibe desnuda de colores y adornos en la vía pública. Su autor es Mobstr, otro artista callejero que sin embargo se vale casi siempre sólo de la palabra para provocar al espectador.

"Si contemplas esto y te tocas la barbilla parecerás inteligente y culto" - Mobstr

«Si contemplas esto y te tocas la barbilla parecerás inteligente y culto» – Mobstr

Con la capacidad de meter el dedo en la llaga, el insolente Mobstr pone todo el peso de sus intervenciones en el mensaje. «Venga, píntame de blanco otra vez», declara desafiante la pared (que por cierto, pintaron de nuevo). «Incluso la más peor frase, puesta en una pared, puede llamar tu atención», «te has dejado el horno encendido», «si contemplas esto y te tocas la barbilla parecerás inteligente y culto»… Cada leyenda se ríe de quien ha experimentado el impulso de leer el mensaje, tal vez atraído por la formalidad de las letras, nada comunes en una frase pintada por la calle por cualquiera.

Nada se sabe de él salvo que reside en la ciudad inglesa de Newcastle. Su relación con las intervenciones en la vía pública es espinosa: en las palabras translucen resentimiento hacia las autoridades y su modo de reprimir las expresiones artísticas en la calle, también hay  críticas al bombardeo publicitario, a la delgada línea entre arte y fantochada, al ensimismamiento en el que caemos a menudo cuando caminamos automatizados por la rutina.

Dándole una vuelta a la tuerca, expone en salas cerradas y en su página web tiene una tienda en la que vende frases enmarcadas que a veces incluso atacan a un potencial comprador —«¿Eres rico? ¿Tienes mal gusto para el arte? Esto podría ser tuyo por sólo 20.000 libras»— o se refieren a sí mismo («#obramediocre», «#pretencioso», «¿esto es todo?»).

Entrevistado por la publicación online sobre arte urbano FatCap, el autor declara que en su relación con el graffiti y el arte callejero hay amor, pero considera «más justo» llamarlo «obsesión». Le quita cualquier misticismo a su labor declarando que no se toma «demasiado en serio» lo que hace y que busca divertirse, descubrir el potencial de intervenciones tremendamente sencillas y aprovechar el potencial de «nuestro medio ambiente urbano». «Pero no te equivoques: hay una enorme pasión tras ello. Creo firmemente en que no se debería creer en nada firmemente».

Helena Celdrán

'Te has dejado el horno encendido' - Mobstr

‘Te has dejado el horno encendido’ – Mobstr

"Venga, píntame de blanco otra vez" - Mobstr

«Venga, píntame de blanco otra vez» – Mobstr

"#OBRAMEDIOCRE" - Mobstr

«#OBRAMEDIOCRE» – Mobstr

 

"Podrías tener mejor aspecto" - Mobstr

«Podrías tener mejor aspecto» – Mobstr

'Salvemos los árboles' - Mobstr

‘Salvemos los árboles’ – Mobstr

"No me arrestaron" - Mobstr

«No me arrestaron» – Mobstr

'Apatía' - Mobstr

‘Apatía’ – Mobstr

El mural-símbolo contra el despilfarro del Mundial de Brasil

Paulo Ito (https://www.flickr.com/photos/pauloito)

El mural es sencillo y directo como una viñeta de opinión. Un niño llora sentado frente a una mesa deteriorada, sujeta el tenedor y el cuchillo mientras mira desconsolado cómo un balón de fútbol ocupa un plato en el que tendría que haber comida.

En los 14 años que lleva pintando en la calle, Paulo Ito no había creado nunca una obra que alcanzara la popularidad masiva de esta. Desde que en mayo lo creó, fotografió y colgó en su página de Flickr, el mural se ha vuelto viral y se ha erigido como un símbolo de las protestas contra el despilfarro del Mundial de fútbol.

Sobrecoste en la organización, corrupción, inversiones millonarias que pudieron destinarse a educación, salud y vivienda… Los brasileños denuncian que el evento deportivo ha servido para que se enriquezcan los más poderosos, acrecentar la brecha social, aplastar más si cabe los derechos de los pueblos indígenas… En el colmo de la sordidez está el documental The Price of the World Cup (El precio de la Copa del Mundo), del periodista danés Mikkel Jensen, que recopila testimonios sobre el supuesto asesinato de personas que viven en la calle (incluido niños) para limpiar ciudades como Río de Janeiro y Fortaleza de la incómoda presencia de la gente sin hogar.

Ito pintó la obra en las puertas de un colegio del municipio de Pompéia, en Sao Paulo. «Lo cierto es que hay tantas cosas mal en Brasil que es difícil saber por dónde empezar«, dice en unas declaraciones a la publicación online estadounidense Slate. El artista siente que con su obra no ha hecho más que «condensar» los sentimientos de quienes consideran que los miles de millones de euros que ha gastado el gobierno brasileño podrían haberse invertido en reducir una desigualdad social que crece al mismo tiempo que el país parece despegar económicamente.

Aunque tal vez el más difundido, el trabajo es sólo uno de la gran colección que puebla las calles de Brasil. Imágenes de Pelé con un saco de dinero y una estrafalaria corona, un niño africano desnutrido con el trofeo del Mundial en alto, un cartel de vendido sobre el emblema de la bandera nacional, una pelota de fútbol devorando colegios y hospitales… En internet se suceden las galerías de testimonios callejeros, reflexiones gráficas del descontento por la escala de prioridades de un gobierno que ha gastado ya más de 10.000 millones de euros en el evento.

Helena Celdrán

Una artista busca voluntarios para cubrir las ciudades de mariposas azules

Las mariposas de Tasha Lewis en Indianápolis

Las mariposas de Tasha Lewis en Indianápolis

«Esta idea nace del hecho de que, como una artista individual que vive en Nueva York, no puedo viajar por el mundo (todo lo que yo quisiera)». La estadounidense Tasha Lewis no quiere poner límites a las mariposas azules que crea desde 2012: empezó clavándolas con alfileres en marcos con cristal y después hizo 200 a las que puso un imán para «liberarlas» y colocarlas en las calles de Indianápolis, su ciudad natal.

Para fabricarlas utiliza el pionero procedimiento fotográfico de la cianotipia, inventado en 1842. Con la mezcla de dos compuestos químicos —citrato de amonio y hierro y ferrocianuro de potasio— se consigue una solución fotosensible que se puede aplicar al papel, pero también a la madera, la cerámica o la tela. La artista coloca sobre la superficie textil negativos de fotos de mariposas: imágenes capturadas de Internet, manipuladas en Photoshop para convertirlas en negativo e impresas sobre transparencias.

Tasha Lewis - Cyanotype butterflies

Agrupadas sobre el mobiliario urbano, comprobó cómo las piezas aportaban una «belleza natural» a las ciudades en instalaciones efímeras que convertían espacios ignorados en atractivos. Cada vez que podía viajar, aprovechaba para llevar en su equipaje cientos de ellas y se quedaba con las ganas de que pudieran embarcarse en una gira que las llevara a varios países y las hiciera visibles para el mayor número de personas posible.

Lewis quiere cumplir su sueño con el proyecto Swarm: World Migration (Enjambre: migración mundial), para el que busca «participantes» a los que mandar grandes cantidades de mariposas con el fin de que —en sus países de residencia— hagan sus propias instalaciones con ellas: «Mis enjambres de mariposas magnéticas viajarán a 100 hogares diferentes y serán guiadas por las ciudades, los pueblos y las calles por sus nuevos tutores temporales».

Las mariposas de Tasha Lewis en Estambul Turquía en marzo de 2014

Planea seleccionar a los participantes a finales de agosto y empezar a hacer los envíos (serán 4.000 unidades que dividirá en 10 grupos de 400) a finales de septiembre. Cada caja incluirá un cuaderno, una guía de instrucciones y un «kit médico de reparaciones». Cuando lleguen a su destino, el receptor tendrá cuatro semanas para viajar con las piezas e instalarlas en diferentes lugares.

Por supuesto, hay que «documentar» (con fotos, en las redes sociales y con un diario de papel que rotará al siguiente participante) cada instalación y después mandar todo al siguiente país. La artista tiene en mente organizar por eso una «secuencia de envíos» para que cada colaborador gaste lo mínimo en el envío postal.  Con el resultado del periplo mundial, Lewis planea hacer una exposición en una galería de Nueva York.

Helena Celdrán

Cianotipos de las mariposas secándose al sol

Swarm the World - Tasha Lewis

Swarm the World - Tasha Lewis

Swarm the World - Tasha Lewis

Swarm the World - Tasha Lewis

El ‘Banksy’ lituano se la juega con un mural de Lego

La polémica obra callejera con personajes de Lego - Ernest Zacharevic

La polémica obra callejera con personajes de Lego – Ernest Zacharevic

Tintín viajando en un carrito de la compra empujado por una niña, un hombre asomándose en un recuadro blanco pintado en una pared fea, el perfil de una paloma dibujado en los laterales de la cuchara de una excavadora… Entre el ingenio del trampantojo, la belleza de una gran ilustración en una pared exterior y la leve crítica social, Ernest Zacharevic es cada vez más famoso por el arte callejero que por sus dibujos y pinturas al óleo. Recientemente, incluso se le ha comparado con el todopoderoso Banksy.

El artista lituano de 27 años vivió y estudió arte en Londres y no hace mucho estableció su residencia permanente en Malasia. Allí, en la ciudad de Johor Bahru —la segunda más importante de Malasia tras Kuala Lumpur (la capital) y limítrofe con Singapur— ha protagonizado a mediados de noviembre una polémica por un mural crítico con la creciente inseguridad de la urbe.

Dos personajes de Lego protagonizan la escena, que Zacharevic creó aprovechando una descuidada esquina. En uno de los muros pintó a una chica con un bolso de Chanel, en el muro contiguo; a un ladrón esperando a atracarla, con un pasamontañas y un gran cuchillo.

La obra original de Zacharevic retocada por artistas locales

La obra original de Zacharevic retocada por artistas locales en un intento de salvarla

La elección de retratar a los protagonistas como muñecos del famoso juego de construcciones no es casual: Johor Bahru, además de por una tradicional alta tasa de delincuencia, es conocida por albergar desde 2012 el parque temático Legoland Malaysia.

«Mis pinturas son siempre una respuesta al cualquiera que sea el ambiente social al que estoy expuesto», declara al respecto a la BBC. El artista asegura que la gente se siente «muy insegura» en la ciudad y que es habitual recomendar al prójimo que «esconda el bolso» y se cuide en extremo.

Las autoridades locales, indignadas por «la mala imagen» que transmite la obra y más preocupado por «las inversiones y el turismo» que por cualquier otra cuestión, no tardaron en cubrir la obra con pintura. Previamente hubo un cándido intento de unos artistas locales por salvarla añadiendo un policía (también de Lego) a punto de detener al delincuente antes de que atracara a la víctima. «¡Eso sí que es vandalismo», escribió el autor divertido en su cuenta de Facebook. «Malasia nunca deja de divertirme. Y no es una crítica contra quien pintó al policía, estoy fascinado ante la situación al completo«.

Zacharevic corrió un gran riesgo con su acción artística. En Malasia, la vandalización de propiedad pública (en la que está incluida cualquier forma de muralismo y grafiti) puede costarle al autor una multa de hasta 1.500 euros, hasta tres años de carcel y un castigo físico que consiste en ser fuertemente golpeado en la espalda con una vara entre tres y ocho veces.

Helena Celdrán

'Brussels, 2012'- Ernest Zacharevic

‘Brussels, 2012’- Ernest Zacharevic

'Singapore, 2013' - Ernest Zacharevic

‘Singapore, 2013’ – Ernest Zacharevic

'Rome, 2013' - Ernest Zacharevic

‘Rome, 2013’ – Ernest Zacharevic

'Singapore,  2012' - Ernest Zacharevic

‘Singapore, 2012’ – Ernest Zacharevic

'Stavanger, 2013' - Ernest Zacharevic

‘Stavanger, 2013’ – Ernest Zacharevic

Miniaturas de trabajadores ‘ocultas’ en la calle, una reflexión sobre el desempleo

'Why is it so hard to find a job' - 'Saleswoman' - Slinkachu

‘Why is it so hard to find a job’ – ‘Saleswoman’ – Slinkachu

Desde lejos apenas son visibles, los personajes de Slinkachu habitan en los lugares más corrientes de una ciudad, esos que pasan desapercibidos a diario y no parecen merecer ni un segundo de atención: la hendidura del poste de una farola, un asiento de piedra, una barandilla de metal, un sucio charco, un desagüe…

Allí se desarrollan diminutas narrativas que mezclan la rutina y el suceso extraordinario; la utopía —poder bañarse en la chapa de un botellín de cerveza o patinar en una cáscara de mandarina— y el horror —morir pisado o sentirse intimidado por un caracol—.

El artista británico abandona «gente pequeña en las calles» desde el año 2006. Pinta y modifica figuras humanas pensadas para poblar maquetas y estaciones de trenes eléctricos; les da un nuevo significado en imaginativas (y a veces algo sórdidas) escenas y los fotografía antes de perderlos de vista para siempre en la vía pública.

«Es al mismo tiempo una instalación artística y un proyecto fotográfico», escribe en su página web. «La parte callejera de mi trabajo juega con la noción de sorpresa y tengo como objetivo incitar a los habitantes de una ciudad a ser más conscientes de su entorno. Con las escenas que compongo (…) busco reflejar la soledad y la melancolía de vivir en una gran urbe, la sensación de estar perdido y sentirse superado».

Aunque siempre ha trabajado por libre, recientemente ha promovido con sus minúsculas instalaciones diferentes campañas para organismos como War Child, una organización de ayuda a los niños que sufren las consecuencias de la guerra. En su último proyecto, ha puesto su trabajo a disposición de ReAct Paris, una jornada de conferencias celebradas en la capital francesa el 15 de octubre, organizadas por el Parlamento Europeo, centradas en el dramático problema del desempleo en Europa.

En la serie Why is it so hard to find a job? (¿Por qué es tan difícil encontrar un trabajo?) Slinkachu ha abandonado por diferentes lugares de París miniaturas de trabajadores. De obreros de la construcción a científicos, los personajes inmersos en su rutina laboral son difíciles de encontrar y continúan con sus quehaceres pese a vivir desprotegidos ante las inclemencias del tiempo o ante cualquier desaprensivo al que se le antoje destrozar el escenario.

Helena Celdrán

'Why is it so hard to find a job' - 'Construction Worker' - Slinkachu

‘Why is it so hard to find a job?’ – ‘Construction Worker’ – Slinkachu

'Why is it so hard to find a job' - 'Guard' - Slinkachu

‘Why is it so hard to find a job?’ – ‘Guard’ – Slinkachu

'Why is it so hard to find a job?' - 'Scientific' - Slinkachu

‘Why is it so hard to find a job?’ – ‘Scientific’ – Slinkachu

'Why is it so hard to find a job?' - 'Electrician' - Slinkachu

‘Why is it so hard to find a job?’ – ‘Electrician’ – Slinkachu

'Why is it so hard to find a job?' - 'Electrician' - Slinkachu

‘Why is it so hard to find a job?’ – ‘Electrician’ – Slinkachu

Un proyecto artístico que ilusiona a los jóvenes de una conflictiva favela de Río de Janeiro

Con la absoluta fe en el poder del arte para mejorar la calidad de vida de las personas en ambientes hostiles, los holandeses Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn (Haas & Hahn) visitaron por primera vez la favela de Vila Cruzeiro en 2005 y desde entonces han conseguido que sus habitantes se impliquen con ellos en la transformación de la barriada en un asombroso lienzo a través de las varias entregas de Favela Painting Project.

Entraron en 2005 en la conflictiva favela de Río de Janeiro, famosa por sus frecuentes tiroteos y vigilada por más de 500 policías. Aún conscientes de la terrible situación de un territorio desolado y controlado por los narcotraficantes, los artistas se atrevieron a iniciar el proyecto de embellecer las viviendas precarias y apiñadas con ayuda de los vecinos.

El resultado de esta primera colaboración fue un hermoso mural de un niño volando una cometa, una imagen habitual en las azoteas de los humildes edificios de la zona. Tres años después, impulsados por la buena acogida de la obra, animaron a los jóvenes de Vila Cruzeiro a pintar junto a ellos una calle entera (más de 650 metros cuadrados) con una enorme carpa japonesa en un mar de cemento. La experiencia exigia a los chavales iniciarse en la pintura, acudir a talleres y practicar antes de ponerse manos a la obra: toda una novedad para un sector de la población del que nadie se preocupa jamás.

'Boy With Kite' (2006), Vila Cruzeiro. (Australfoto/Douglas Engle)

‘Boy With Kite’. Vila Cruzeiro, 2006. (Australfoto/Douglas Engle)

Por mucho que pareciera caprichosa y algo banal, la iniciativa de Haas & Hahn no se quedaba en lo puramente estético. «El embellecimiento, la creación de una ocupación y la atención estimulan el orgullo y la autoestima y ayudan a mitigar brechas sociales de un modo creativo y artístico. Los proyectos son la voz de los habitantes, influyen en la opinión pública y en los medios de comunicación, pueden ayudar a cambiar percepciones y eliminar estigmas», declaran los autores.

Vila Cruzeiro, 2008

Vila Cruzeiro, 2008

Regresaron en 2010 con un reto aún mayor que permitiera «a más gente trabajar al mismo tiempo». Entrenaron y contrataron a 25 jóvenes residentes de las favelas para que, en poco menos de un mes, cubrieran de color 34 edificios y transformaran así el aspecto triste y descuidado del paisaje. En los últimos años, el lugar ha pasado de ser evitado por cualquiera que no viviera allí a atraer la atención de turistas.

Praça Cantao, 2010

Praça Cantao, 2010

Ahora Haas & Hahn quieren volver: planean pintar toda una ladera de la favela, «crear una obra de arte comunitaria de una escala sin precedentes: un monumento que irradiará orgullo y energía». Además de pintar, los artistas de Ámsterdam quieren cubrir con una capa de cemento las viviendas, ahora de de ladrillo vista. Algo tan básico y barato ayudaría a «controlar la humedad, la acústica y la temperatura» y mejoraría la calidad de vida de los vecinos de un modo sencillo y económico.

Para conseguir su objetivo piden fondos en la plataforma de microfinanciación de Kickstarter, pero aún queda mucho por recaudar. De los 100.000 dólares (unos 73.900 euros) que piden sólo han conseguido 7.827 (5.784 euros) y quedan sólo 30 días para que venza el plazo.

Helena Celdrán

Arte callejero que denuncia el acoso verbal a las mujeres

'My name is not baby' - Tatyana Fazlalizadeh

‘Mi nombre no es ‘baby’

«Las mujeres no buscan tu validación», «Las mujeres no están en la calle para tu entretenimiento», «Mi atuendo NO es una invitación», «Mi nombre no es baby«. «Las mujeres no te deben su tiempo ni su conversación». Las leyendas ocupan carteles en blanco y negro, ilustrados con los retratos a lápiz de chicas mirando de frente.

Stop Telling Women to Smile (Deja de decirles a las mujeres que sonrían) es el primer proyecto de arte callejero de la artista Tatyana Fazlalizadeh, nacida en Oklahoma (EE UU) y residente en el barrio neoyorquino de Brooklyn.

La iniciativa está dirigida al acoso verbal en la vía pública y tiene como fin hacer visibles opiniones y sentimientos de mujeres que se sienten intimidadas por hombres que se dirigen a ellas con la idea premeditada de producir incomodidad.

Consciente de la polémica que genera la serie de carteles, que se pueden interpretar como una amenaza sin sentido a cualquiera que pretenda acercarse a una chica en la calle, Fazlalizadeh se apresura a aclarar el matiz en una declaración de intenciones: «Este proyecto no está pidiendo la interacción cero entre hombres y mujeres en los espacios públicos, está pidiendo que esta interacción sea respetuosa y segura. Este proyecto no es para persuadir a las mujeres de que se sientan ofendidas, es para quienes se sienten ofendidas por un tratamiento agresivo y fuera de lugar».

'Mi atuendo NO es una invitación'

‘Mi atuendo NO es una invitación’

La autora quiere dar visibilidad a este acoso, silencioso y efímero, con carteles que reafirmen la postura de quienes se han sentido humilladas por este trato y que también hagan reflexionar a quienes suelen dirigirse con tono burlón y altivo a  las desconocidas. «Las mujeres no tendrían por qué cruzar la calle para evitar a los hombres que ya desde lejos las han estado mirando mientras se acercaban. (…) No está bien hacer sentir a una mujer como un objeto, sexualizada simplemente porque es mujer».

Aunque de intención noble, es cierto que algunos mensajes de la colección de pósters pueden malinterpretarse como un exceso de susceptibilidad. La frase que da nombre al proyecto (Deja de decirles a las mujeres que sonrían) es ambigua y hostil y han sido muchos los que han escrito sobre los carteles mensajes que expresan esta idea («Un hombre que te pide sonreir sólo quiere contemplar la belleza que hay en ti», «¡Relájate!», dicen algunos de los comentaristas espontáneos) y otras más insultantes, claro está, tratándose de una plataforma anónima en la vía pública.

'Las mujeres no te deben su tiempo o su conversación'

‘Las mujeres no te deben su tiempo o su conversación’

Además, Fazlalizadeh ha puesto en marcha una campaña en Kickstarter para recaudar fondos con el fin de recorrer varias ciudades en las que retratará a mujeres y les preguntará por tratamientos intimidatorios que hayan sufrido en la calle. Con los dibujos y las declaraciones planea hacer carteles diferentes y difundir así el mensaje que ya ha iniciado en Nueva York. Ha superado con creces los 15.000 dólares que pedía y ya ha reunido 26,612.

La elección de las ciudades es, sin embargo, decepcionante. La artista no planea salir de los EE UU y plantea un recorrido por Baltimore, Boston, Atlanta, San Francisco, Miami, Kansas City, Los Ángeles y Chicago.

Es probable que en estas metrópolis muchas mujeres se hayan sentido como mercancía u objetos sexuales por la ligereza verbal de supuestos machos, pero ¿no tendría más sentido propagar el mensaje (tan valiente en Nueva York) en países en los que la mujer no tiene ni el derecho a denunciar una agresión verbal o física, vive oprimida por ley y se le niegan los derechos más básicos para un ser humano?

Helena Celdrán

'Las mujeres no están en la calle para tu entretenimiento'

‘Las mujeres no están en la calle para tu entretenimiento’

'Las críticas a mi cuerpo no son bienvenidas'

‘Las críticas a mi cuerpo no son bienvenidas’

'Deja de decirles a las mujeres que sonrían'

‘Deja de decirles a las mujeres que sonrían’

Las prostitutas argentinas reivindican sus derechos con arte callejero

Alita

En uno de los muros de la descuidada esquina está la figura de la mujer, en el otro lado, invisible si uno sólo se fija en uno de los laterales, están los niños. La reciente campaña de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) —creada por la sucursal  bonaerense de la agencia publicitaria Ogilvy & Matherse inspira en el arte callejero para concienciar a quienes piensan en las prostitutas como mujeres salidas de la nada, sin familia ni más obligación económica que la de mantenerse.

Lejos de los casos de tráfico de personas y de esclavismo sexual, las afiliadas a la organización son trabajadoras del sexo que ejercen por libre, «por consentimiento propio y de manera autónoma». El colectivo resalta con el anuncio que el 86% de las prostitutas en Argentina son madres, que tienen derechos y obligaciones como cualquier ciudadano y, por lo tanto, necesitan una ley que regule su trabajo.

Para pegar las figuras, impresas sobre papel al estilo de las plantillas, eligen las esquinas «como lugares emblemáticos» de búsqueda de clientes. El emplazamiento permite con un sencillo juego visual que el peatón sólo vea la realidad completa (la del aspecto habitual de una prostituta y la de su faceta maternal) si se aleja para ver las dos paredes. La asociación anima a quien lo desee a descargar las plantillas de los tres modelos disponibles en mamasdelaesquina.org y colaborar en la iniciativa.

Si se ejercen los servicios libremente, sin proxenetas ni intermediarios, la prostitución no es delito en Argentina. La asociación Ammar se creó en 1994 para regular el trabajo sexual y mejorar así las condiciones laborales de las mujeres que lo ejercen, «eliminar la automarginación» y responder «al constante asedio y a la violencia de la Policía».

Helena Celdrán

AMMAR-florcita

AMMAR-vale

 

‘Manos’, arte callejero que reflexiona sobre el ‘ahogo’ al ciudadano

Las manos del proyecto 'Hands'

Las manos del proyecto ‘Hands’

El vídeo que presenta el proyecto comienza con una síntesis escalofriante de la situación socieconómica de España en los últimos años. Las imágenes de telediarios nacionales y extranjeros, las cifras de paro, las protestas reprimidas, las declaraciones del presidente del Gobierno… Luego aparecen ellas, las manos, sin un cuerpo que las complete y sujetando amenazantes sogas, intentando con una palanca forzar la reja de un negocio o buscando monedas en las cabinas telefónicas.

El arte callejero de Hands es una humilde expresión del ahogo de los ciudadanos, una colección de manos blancas que aparecen surgiendo de manera ilógica de las paredes y de las aceras de las calles de Barcelona. Una —situada en la pared lateral del entrante en el que hay un cajero automático— tiene los dedos flexionados como imitando una pistola y apunta a los usuarios; otra, muy cerca del suelo, permanece con la palma extendida y sobre un letrero de cartón escrito a mano en el que se lee «Help Spain».

Los autores —Mateu Targa, Octavi Serra, Daniel Llugany y Pau García— se dedican a las artes visuales y la iniciativa les permite utilizar la creatividad para hacer un comentario social sobre la situación española actual, expresar en la calle la creciente preocupación de los peatones que la transitan.

Masculinas, realistas y hechas de escayola, cada pieza tiene en un extremo un pegamento que se ablanda con el calor. Su aplicación es tan sencilla como acercar la sustancia a un mechero y presionar contra la pared.

Helena Celdrán

Arte callejero en perspectiva

'Domino' - Aakash Nihalani

‘Domino’ – © Aakash Nihalani

El material que usa es inofensivo para las paredes y eso le permite trabajar con tranquilidad en la calle, a la vista de la policía y los servicios de limpieza.

Con cinta adhesiva de colores, Aakash Nihalani ha desarrollado un arte urbano inspirado en la geometría y particularmente en la proyección isométrica, la representación visual de las figuras en tres dimensiones.

Empezó sus incursiones callejeras en Nueva York (su lugar de residencia), en el año 2007, y ha dejado su rastro en varias ciudades europeas y estadounidenses. Nihalani ve el escenario urbano como un sugerente conjunto de cubos que lo animan a «resaltar los contornos inesperados y la elegante geometría de la ciudad«.

'Rainborough' - Aakash Nihalani

‘Rainborough’ – © Aakash Nihalani

Cuando sale en busca de escenarios posibles, armado con rollos de cinta de colores fluorescentes, no hace bocetos previos ni tiene planes e invierte entre 15 minutos y media hora en cada obra. Algunas son puras figuras plasmadas en muros, otras son trucos visuales que sólo se pueden apreciar si se ve la obra desde un ángulo determinado. El artista también se autorretrata jugando con la perspectiva y a veces, a partir de varias fotografías, elabora gifs animados.

En el tiempo que duran sus polígonos fluorescentes, Nihalani ofrece a los transeúntes una visión diferente del paisaje neoyorquino, un instante lúdico lejos de los horarios y las obligaciones. No le preocupa la condición temporal de sus creaciones, le gusta «la destrucción inevitable» de las intervenciones. A veces le da el tiempo justo a fotografiar el resultado antes de que limpieza de un parque quite las tiras de papel; otras veces se encuentra con la grata sorpresa de que un policía se para a admirar cómo un conjunto de cubos hechos a mano son capaces de dar una intrigante profundidad a una pared gris.

Helena Celdrán