Entradas etiquetadas como ‘animación’

‘Again’: ¿Y si descubrieras por casualidad que eres inmortal?

Lo primero que engancha de la animación son los sonidos, concisos y punzantes, empezando por el viejo recurso del reloj despertador para continuar con una  banda sonora inspirada en los estímulos auditivos de un videojuego arcade.

Again (Otra vez) es un corto animado en 2D que dura poco menos de cinco minutos y se sitúa en un futuro no muy lejano y en otro planeta, aunque presente una situación inicial que se parezca mucho a la rutina tiránica de la vida urbana.

La criatura protagonista es rosa y alargada, con pocos detalles faciales pero expresiva. Vive en una ciudad arcade construida con bloques y los vehículos son tan simples que parecen teclas de ordenador. Tamagotchis, códigos QR, consolas portátiles y otros guiños electrónicos completan un paisaje de colores chillones, nubes sólidas como para saltar sobre ellas y una abundancia de brillos amarillos verdoso.

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El universo de los Simpson, patas arriba en una animación

«Minimalista en el estilo, gráficamente abstracto, con un giro extraño«, así define el estudio estadounidense de diseño Laundry su animación de los Simpson. La masa de pelo azul y ondulado y las cuentas rojas del collar de Marge; las rosquillas glaseadas de Homer, el peinado estrellado de Lisa y Maggie y la cabeza rectangular de Bart se reconocen al instante como suculentos iconos pop y también desconciertan al combinarse caóticos en una coreografía animada a ritmo industrial.

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‘Laznia’, dos ancianas nadadoras y una piscina mágica

Dos ancianas se encuentran en una piscina interior. Son nadadoras habituales, bajo el agua disfrutan de la agilidad terrestre perdida. Ese es el humilde punto de partida de Łażnia (Baños).

Con un currículum de premios y menciones especiales en festivales de todo el mundo —Reino Unido, Alemania, Finlandia, Nueva York, Brasil, Japón, Egipto…— el cortometraje recuerda que Polonia siempre ha sido un referente en diseño y animación. De aspecto esquemático y a la vez que de belleza detallista, la historia se cuenta a partir de lo que parecen acuarelas que a veces revelan tímidos trazos a lápiz.

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‘Woody’, el muñeco sin dedos que suspira por ser pianista

El maniquí articulado había sido siempre una simple herramienta del artista, hasta que en el siglo XX las vanguardias lo elevaron a obra de arte en sí mismo. El surrealismo le otorgó el estátus de personaje, Giorgio de Chirico lo escogió como símbolo, Man Ray lo fotografió como a un ser humano. Aunque inexpresivo, la frialdad del modelo se adentraba en el subconsciente del espectador, que tenía vía libre para decidir cómo quería interpretar la presencia del muñeco.

«Sus sueños son grandes… Pero están casi fuera del alcance de sus manos», así se podría traducir la frase con que los autores de Woody resumen la historia del protagonista del mismo nombre: un muñeco articulado de dibujo que desde pequeño desea, más que nada en el mundo, ser pianista.

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‘Way Out’, una animación para adictos al ‘smartphone’

Todos lo vivimos a diario como partícipes y observadores. En el transporte público, en un restaurante, incluso en el arenal de una playa… Un gran porcentaje de las personas están inmersas en una pequeña pantalla y pendientes de revisarla en cuanto la pierden de vista unos segundos.

Lo que empezó siendo un teléfono móvil, una herramienta para llamar y recibir llamadas fuera de casa, ahora es una navaja suiza mental. Muchos no reconocerían ni en mil años la dependencia que sienten por el smartphone, como muchos drogadictos, dirían incluso creyéndolo «yo controlo», «yo lo dejo cuando quiero».

Way Out (traducible por salida o escapatoria) es una animación propia de nuestro presente como sociedad enganchada a la tecnología. De tres minutos de duración, la pieza comienza resultando muy familiar y acaba siendo una pesadilla: el mundo digital de cada pantallita luminosa se descontrola, lucha por salir y se convierte en un agujero negro que engulle al mundo real.

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Esculturas cinéticas que unen el arte y las matemáticas

'Blooming zoetrope' - John Edmark

‘Blooming zoetrope’ – John Edmark

«Si el cambio es la única constante en la naturaleza, está escrito en el lenguaje de la geometría«, dice John Edmark. Profesor de diseño en la Universidad de Stanford (California, EE UU), con sus «esculturas cinéticas y objetos transformables» explora patrones espaciales y busca la atención del espectador demostrando que las leyes físicas están llenas de «comportamientos sorprendentes».

Como artista en residencia de Autodesk —la multinacional líder del software en 3D— el diseñador ha creado una serie de «zoótropos de Fibonacci«, llamados así en honor de Leonardo de Pisa Fibonacci (c.1170- c.1250), uno de los matemáticos más sobresalientes de la edad media europea, introductor en el continente de los números indoarábigos: las figuras que empleamos hoy para representar los números.

Las piezas aunan el arte y las matemáticas de una manera natural y armónica. El autor bautiza a los zoótropos con el nombre del matemático porque para su diseño utiliza la sucesión de Fibonacci, una serie infinita de números naturales que comienza con el número 1, continúa repitiendo el 1 y sigue con la suma de las dos cifras anteriores (1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377…). Lo asombroso de esta secuencia, que se sigue aplicando en computación y matemáticas, es que forma parte de los patrones biológicos. La sucesión corresponde a la configuración de las ramas de un árbol, el orden de las hojas en un tallo, en el romanescu o en la alcachofa.

Las separaciones entre los salientes son la clave para que se produzca el efecto. El diseño ciertamente sigue el patrón según el que crecen las plantas suculentas, las piñas o los girasoles. Realizadas con impresora 3D, las obras parecen crecer y retorcerse cuando se las hace girar a 550 revoluciones por minuto y se graba el proceso con una cámara con una alta velocidad de disparo.

«La velocidad de rotación está cuidadosamente sincronizada con el ritmo de imágenes por segundo para que un fotograma del vídeo sea captado cada vez que la escultura gira ~137.5º, el ángulo áureo», explica Edmark, que en el portal web Instructables detalla su proyecto y se ofrece a proporcionar los planos de las esculturas a quien esté interesado en imprimirlas en 3D.

Helena Celdrán

‘Apetitosos’ balones y guantes de boxeo: la charcutería de mentira de PES

La 'charcutería' de 'Submarine Sandwich'

La ‘charcutería’ de ‘Submarine Sandwich’

En la charcutería añeja y encantadora las vitrinas guardan los productos listos para venderse al peso, con carteles pinchados, en lonchas o en generosos trozos. Aunque la gama de colores rojizos abre el apetito, cuando se muestra de cerca la mano del tendero deslizándose en el interior de los estantes, surge la confusión: lo que parecían salchichones y carnes curadas resultan ser guantes de boxeo, pelotas de fútbol americano y otros objetos incoherentes.

Al convertirlos en lonchas se produce la magia: de la cortadora surgen tapetes rosas de papel, parches de tela… En el caso de un ajado guante de béisbol, salen pequeños y estilizados guantes de cuero.

En Submarine Sandwich (Sandwich submarino) el director de cortometrajes y animador PES —que sigue sin revelar su nombre real— vuelve a conseguir que salivemos con lo que no se puede comer, jugando con la percepción y descontextualizando objetos de un modo deliciosamente infantil.

El autor (al que ya me había referido antes en este blog) continúa así ampliando las posibilidades de un universo culinario de mentira iniciado con Western Spaghetti (Espaguetis del Oeste) —un plato de gomas elásticas de colores con un sofrito de cubo de Rubik, un billete de un dólar y algunos dados— y Fresh Guacamole (Guacamole Fresco), que ostenta el título de ser el cortometraje de menor duración que ha sido nominado a los Oscar.

PES consiguió la financiación para este último proyecto de animación stop motion en noviembre, con una campaña de Kickstarter en la que recaudó casi 49.000 dólares (aproximadamente 41.500 euros). Esta vez para abrir el apetito de los donantes, ha grabado también un cómo se hizo en el que habla de Submarine Sandwich como de su proyecto más ambicioso, el primero para el que ha tenido que construir un escenario completo.

«Lo que realmente me gusta de la animación stop motion es que todo lo que hay ante la cámara es real, no hay trucos digitales, todo es 100% creíble porque se trata de objetos y de un medio fotográfico», cuenta en la grabación, que desvela cómo él y un ayudante juegan con cada elemento para «domarlo» y hacer que se comporte como ellos desean.

Helena Celdrán

Un corto de animación hecho de corcho blanco, inseguridades y humor ácido

Fue necesario un año para grabar los seis minutos de la pieza de animación. Todas las figuras que aparecen en él están esculpidas en poliestireno expandido (porexpan, corcho blanco) y los efectos de la luz son producto de largas exposiciones. Un breve vídeo del cómo se hizo da una idea de la complejidad del procedimiento, pero eso es sólo parte del atractivo del cortometraje.

Mike Please y Daniel Ojari (del estudio londinense Parabella Studios), animadores y directores de Marilyn Myller, no caen en el error de ofrecer un asombroso espectáculo técnico vacío de significado, por suerte también desarrollan una trama inteligente en torno a la creación y la destrucción, una historia de crisis creativa con un inesperado toque final de humor ácido.

El universo blanco y animado representa la mente de una joven artista británica. En su imaginación interpreta que el poder que ejerce sobre sus figuras la acerca al implacable Dios bíblico, ella crea y ella destruye, por accidente, por rabia o por motivos que ni siquiera ella puede explicar. En realidad, las imágenes cósmicas son un modo de sentirse poderosa en medio de la inseguridad: enfrascada durante horas en un trabajo minucioso, en la soledad de su estudio y sentada en una vulgar banqueta que cruje, Myller es en realidad insignificante para el mundo, una creadora sin demasiado reconocimiento.

Todo cambia cuando un cazatalentos esnob da con ella en el preciso momento en que la artista sufre una crisis. El giro que da la trama es tan cómico como frustrante, una referencia a lo estúpido que puede llegar a ser el arte cuando se emborracha con el dinero.

Helena Celdrán

'Marilyn Myller' - Parabella Animation Studio

Un videoclip que rescata técnicas de animación del siglo XIX

De los círculos concéntricos brotan caras haciéndo muecas, parejas bailando, ranas humanizadas saltando una por encima de la otra, ratas escapando, leñadores cortando troncos, niños en balancines…

El videoclip es para la canción The Hope Of A Favourable Outcome de la compositora y pianista canadiense residente en Londres Carly Paradis, que tiene años de experiencia trabajando en la creación de bandas sonoras de cine y televisión y ahora se lanza como artista en solitario con su primer disco, Hearts To Symphony.

Los autores de la pieza (creada a partir la pionera técnica de animación del fenaquistiscopio, de la que ya hablamos en este blog) son los estadounidenses hermanos David y Keith Lynch, que en su página web se apresuran a quejarse por haber «nacido con la más desafortunada combinación de nombres de la historia del cine», eclipsados en los motores de búsqueda por el director de cine David Lynch.

Para el vídeo han revitalizado el invento decimonónico, creado en 1832 por el físico belga Joseph-Antoine Ferdinand Plateau y consistente en disponer en orden alrededor de un disco entre 14 y 16 imágenes que forman una secuencia. Al girar la superficie da la sensación de que el motivo se mueve.

Los Lynch — directores y guionistas de proyectos cinematográficos independientes, sobre todo cortometrajes— digitalizan estos discos de papel y los unen en una espiral cuidándose de que algunos de los dibujos coincidan en cierto modo con la música. Muchos de los ejemplos utilizados se pueden ver en el microblog de Tumblr The Richard Balzer Collection, una recopilación de gifs animandos que permiten ver en acción los ejemplares que atesora el coleccionista desde hace más de 30 años.

Helena Celdrán

‘Beauty’, una animación de pinturas clásicas en movimiento

La sucesión de imágenes comienza con un paisaje de Asher Brown Durand (1796-1886), uno de los pintores estadounidenses de la Escuela del río Hudson que, muy pendientes del romanticismo europeo, plasmaron en el siglo XIX su devoción por los parajes intocados de los jovencísimos Estados Unidos. Pronto comienzan a sucederse los personajes —mujeres jóvenes y niños; vírgenes y ángeles—, muchos de ellos obra del exitoso pintor realista de la burguesía francesa William Adolphe Bouguereau (1825-1905).

En Beauty (Belleza), una colección de 116 cuadros cobran vida en un vídeo de animación de casi 10 minutos. Cada pintura original se transforma en un instante de movimientos leves y suaves; en una visión acompañada de voces corales y sonidos de la naturaleza. Los personajes respiran lentamente, inclinan la cabeza relajados, actúan como si únicamente vivieran para alargar ese momento.

El director de la pieza es el italiano residente en Milán Rino Stefano Tagliafierro (Piacenza, 1980), que se apoya en el historiógrafo Giuliano Corti para explicar el proyecto. Corti habla de cómo la belleza ha sido descrita «desde la antigüedad» como «un efímero momento de felicidad», un estado de plenitud vital «condenada desde el principio a un final redentor y sin embargo trágico»: «Esta interpretación de Rino Stefano Tagliaferro le devuelve a la belleza la fuerza expresiva de los gestos desde la inmovilidad del lienzo».

Las pinturas —siempre acompañadas de sutiles sonidos que sirven de banda sonora a los elementos representados (pájaros, címbalos, una concha marina, risas femeninas…)— comienza con las visiones de inocencia y, muy poco a poco, dan paso a una atmósfera erótica y después a la penumbra, al dolor y a la violencia de obras de carácter religioso, historicista y mitológico cada vez más turbadoras.

Tras la tempestad llega la quietud de los cadáveres, examinados en pinturas de temática científica. El último cuadro es Abadía en un bosque, un templo en ruinas rodeado de árboles sin hojas, una melancólica y alegórica obra temprana del romántico alemán Caspar David Friedrich.

Renacentistas, manieristas, barrocas, neoclasicistas, románticas, simbolistas… Tagliaferro no tiene reparos en unir corrientes artísticas y autores muy diferentes. En el montaje, el academicismo de Bouguereau o de su rival directo Jules Joseph Lefebvre no desentonan con el tétrico bodegón de Pieter Claesz o con las brujas orientalistas del granadino Luis Ricardo Falero. Todo fluye en una acelerada historia de ascenso, esplendor y decadencia ilustrada con algunos de los testimonios artísticos más impresionantes de la pintura del siglo XVI al XIX.

Helena Celdrán

John-Everett-Millais---Ophelia

Enrique-Simonet---Anatomia-del-corazon

William-Adolphe-Bouguereau---A-Young-Girl-Defending-Herself-Against-Eros

William-Adolphe-Bouguereau---Le-Baiser

Luis-Ricardo-Falero---Witches-going-to-their-Sabbath

Rembrandt---Lezione-di-anatomia-del-dottor-Tulp