Un algoritmo que genera un profundo sueño, o máquinas soñando nuestro mundo. El programador Alex Mordvintsev, junto a Christopher Olah y Mike Tyka, desarrolló el Deep Dream, un algoritmo de procesamiento de imágenes creado por Google que buscaba enseñar a la inteligencia artificial a comprender nuestra realidad mediante la interpretación y reconocimiento de imágenes, procesando miles de ellas que se integraban dentro de una red neuronal y que terminaron generando estampas que recuerdan a un viaje de LSD.
Son herramientas creativas que exploran la percepción dentro de una red neuronal artificial que imita el cerebro humano.
Cuando se le pide a la máquina que identifique imágenes relacionadas y que las replique por su cuenta dentro de otra imagen, o que realce aquello que cree ver en ella, según lo que ha aprendido anteriormente, empieza a crear espacios perturbadores, sus ojos parecen psicodélicos: reconoce distintos patrones en la imagen de muestra, formas de animales o pagodas, torres, edificios, aves o insectos, que inicialmente no parece que estén allí y que los incluye por un sistema de capas.