Como lectora constante y coleccionista, hace cosas con los libros. Cosas extrañas. Los convierte en estructuras, bodegones, sueños empíricos. Recrea tramas de cuentos y novelas. Junta un montón de volúmenes y aparece un caballo.
Un caballo creado por costillas literarias, una escultura que es el reflejo físico de la historia que hay dentro. Une todos los tomos y recrea, por ejemplo, un árbol, una estrella, un tridente, un mandala… Puede transformarse en un ángel en cuyas alas aparecen plumas compuestas por libros.
Se llama Elizabeth Sagan y está convencida de que la literatura tiene una trascendencia física. Esta joven rumana dice que quiere contagiarnos el amor por la lectura. Usa Instagram para su sacra misión. Utiliza el Bookstagram (cuentas de usuarios que intercambian sus lecturas favoritas) para difundir estas escenas de inusitada belleza. Retos creativos, fotografías en las que un libro puede convertirse en cualquier ser, animal u objeto.
Las fotografías son bonitas, aunque también lo serían con otros objetos que no fueran libros. Espero que consiga fomentar la lectura entre su audiencia (los jóvenes, supongo), además de compartir sus creaciones artísticas.
04 noviembre 2018 | 17:41