Un cerdo que se salvó del matadero se convierte en artista

Actúa como una celebridad y se hace el Kandinsky frente a las cámaras, el Rothko de los animales cuadrúpedos, o un Warhol maloliente. Aparece en las noticias de los periódicos de medio mundo y en revistas como el National Geographic. Es capaz de vender todos sus cuadros (a unos 1.000 euros) y dispone de su propia galería que es a la vez su santuario.

Él es en realidad ella, una cerda, sí, una gorrina, un animal de granja que se salvó por milagro de ser sacrificada en Sudáfrica. Cambió su futuro de salchichas por los pinceles, y adoptó, como buena artista, un nombre llamativo: se hizo llamar Pigcasso.

«Conocé a Pigcasso, la cerdita que pinta cuadros y los expone», tituló El Clarín. «La Cerda Sudafricana Pigcasso vende sus cuadros por 1,700 libras», advertía el Daily Mail. «Pigcasso, la cerda que pinta cuadros de arte abstracto y los vende por mil euros», decía El País.

El mundo parecía haberse vuelto loco… pero no es de extrañar su fama. Si la máxima periodística dispone que nunca será noticia que un perro muerda a un hombre pero sí que un hombre muerda al perro, con Pigcasso tenemos una estrella mediática. No será noticia que un humano pinte un cerdo pero sí que un cerdo pinte un cuadro abstracto usando su boca.

Afirman los críticos, además, que tiene talento. Y este talento a mí me intriga. Todavía no sé si la humanidad se ha vuelto idiota o si los cerdos está demostrando por fin ser muy listos. Puede que ambas cosas estén sucediendo al mismo tiempo.

Que sepamos Pigcasso es el único porcino que se vanagloria de tener su exposición, titulada OINK!. Fue inaugurada en enero y ha pasado por París, Londres, Berlín y Ámsterdam. Habita en el refugio de Farm Sanctuary, en Ciudad del Cabo, y los beneficios que recoge sirven para financiar el refugio que la protege. El secreto de que pinte tiene que ver con Joanne Lefson, salvadora y representante de la cerda, dueña del santuario, y quien la inició en al arte abstracto mediante técnicas de recompensa, hasta que un día empezó a pintar por su cuenta sin necesidad de otra motivación alimenticia, según su cuidadora.

Se sabe que el cerdo es uno de los animales más inteligentes que nos rodean. Capaz de aprender, sentir, puede que querer. Se sabe que el mundo está loco también.

Nos escandalizamos por la Fiesta del Perro en China, donde se cocinan, siguiendo su tradición, a miles de cánidos, animales que sin duda han demostrado su valía, sensibilidad e inteligencia, pero pocos rechazan por razones similares el delicioso jamón, máxime cuando es posible que nos estemos comiendo la pierna de un Matisse en potencia, de un nuevo Delaunay, un Malevich, una Georgia O’ Keeffe… de un verdadero Pigcasso.  

OINK GALLERY @ Farm Sanctuary SA #pigcasso

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