Archivo de enero, 2018

Querido Torquemada 3.0

Aparece esta imagen en el espejo.

Fray Tomás de Torquemada. Wikimedia.

Fray Tomás de Torquemada. Wikimedia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es el retrato del ilustre Gran Inquisidor, fray Tomás de Torquemada, un dominico que es símbolo perpetuo de la Inquisición. No es una obra de arte, pero explica bien el personaje: rasgos duros, mente obtusa, peinado extremo, cruz justificante.

Me golpea su leyenda negra, los actos que dicen que cometió, cómo condenó y quemó a los conversos, el modo en que asesinó a brujas y herejes. Armado con la maza de la ley levantó una fe monolítica de espinas y cruces puñal al servicio de los reyes, grave cual losa de una fosa común– solo él tenía la razón y la impuso sobre el coste de miles de vidas que hoy consideramos inocentes.

He leído que lanzó a España, que hasta entonces la escribíamos en plural –las Españas– a las tinieblas de las que tanto le cuesta recuperarse: habitamos desde aquellos días en una especie de cripta ideológica, siempre contrariada, enfrentada, vehemente, dispuesta al juicio del que grita «¡traidor!» -dicen los parapsicólogos que si prestas la suficiente atención todavía hoy puedes oír a alguien, puede que sea un poeta, un filósofo o un pensador, aullar en la tumba de Franco, y golpea, clama por su liberación desde el interior de la fosa, reverbera su auxilio en la cripta. Fue como un pesticida moral que solo permitía la supervivencia a una clase de hombre y mujer: la consagración del pensamiento uniforme y el cabreo eterno.

No nos gusta este Torquemada en el reino del pluralismo político. Es cierto, al menos en apariencia. Ahí está el enigma que esconde el retrato que veo en el espejo. Como en el cuadro de Dorian Gray, enseña un reflejo perverso.

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‘Los Caminantes’: La estética fugaz de los vendedores ambulantes

Surgen sobre la arena suave o el áspero cemento, son los caminantes, que otros llaman vendedores ambulantes. Los distinguimos por su constante merodeo, parecen obligados al tránsito eterno, como movidos por la maldición bíblica de un tal Caín, que castigado tuvo que vagar por las playas, azotado por su marca de nacimiento.

The Walkers. ©Felipe Bedoya.

Los Caminantes/The Walkers. ©Felipe Bedoya.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nada o poco sabemos de ellos. Caminan, venden, ofrecen, piden, transportan enseres. Podrían ser la tribu perdida de un sistema galáctico, recolectando monedas para pagarse el retorno a casa.

Aparecen antes que nadie en los lugares turísticos. Cruzan las miradas en un paseo sin tiempo. Son una fuerza telúrica. Una marea. Un impulso muchas veces molesto para el afortunado que se tumba en la playa esperando que el bronceado disimule su condición de esclavo financiero. Son en realidad sombras huidizas, encuentros con algo oscuro.

Pocos les prestan atención, no más allá de la urgencia: el oleaje de la demanda y la oferta. A quienes no comparten su suerte no les importa por qué caminan durante jornadas enteras. Vagan por la tierra, nada más. Nómadas en este territorio de ilusiones sedentarias. Una anomalía en este balneario de sol. Forman parte del paisaje, acaso sean el paisaje mismo.

Los Caminantes. ©Felipe Bedoya

Los Caminantes. ©Felipe Bedoya

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El artista Felipe Bedoya ha dedicado uno de sus mejores trabajos a estas personas, que en su Colombia natal representan a un indígena flotando sobre las arenas económicas.

Así los describe Natalia Vidal Toutin en el prólogo de este proyecto estético llamado Los Caminantes.

Llegan antes que el forastero. Delineados, en apariencia, por trazos pictóricos gruesos y homologantes, merodean jornadas completas caminando sin destino. Son esclavos desorientados del impulso de un sol que quema y de uno que otro viajero que les presta atención e intercambia miradas y monedas con sus cuerpos cansados. Ruegan por la voluntad de una compra artesanal.

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La Bestia o la maldición del lobo hombre

De entre todas las criaturas que nos pueden aterrar en la noche oscura dejadme rescatar al licántropo. Es el hombre lobo, esa metáfora del monstruo oculto bajo la niebla epidérmica. La bestia inesperada que aparece y exige sangre inocente, incapaz de contener su frustración o rabia: antes un ciudadano modélico, un vecino más, ahora un padre de familia que no duda en devorarnos, eclipsada su mirada por un turbión de mil aullidos.

La Bestia. © Swen Renault

La Bestia. © Swen Renault

Hoy, caídos bajo el influjo de los zombis que triunfan en la cultura capitalista- parece éste el único terror que nos conmueve, la posibilidad de morir devorados por una manada de estúpidos consumidores de grasas transgénicas-, hemos olvidado a la bestia que nos habita.

Malmetemos los mitos y su enseñanza ancestral. Convertimos a los vampiros en músculos atractivos, son novios y novias de perfecta adolescencia. Hacemos de los fantasmas y de la posesión demoníaca sonoros parques de atracciones. Pero olvidamos en este camino a la alimaña que nunca será doméstica o bien digerida por Hollywood.

El licántropo es un monstruo territorial, suele cazar en espacios conocidos, a gente cercana, y ésta es la maldición: tras el crimen, despierta inocente, desnudo, cubierto por la sangre de su esposa e hijos. Entonces pide perdón, culpa a la luna, a la mala suerte.

A veces va tan cargado de alcohol que no necesita luna llena.

La Bestia. ©Swen Renault.

La Bestia. ©Swen Renault.

La Bestia. © Swen Renault

La Bestia. © Swen Renault

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Una biblioteca creada para ser leída solo en 2114

Ahora mismo, al norte de Oslo, en Noruega, un árbol crece, cultiva un mensaje para el futuro. Este árbol no puede saber que tiene el mañana marcado: un día de 2114 será libro, convertido en papel, impregnado de palabras.

Bosque primario. Merlin. Creative Commons. Wikimedia.

Bosque primario. Merlin. Creative Commons. Wikimedia.

Al mismo tiempo, quizás en algún escritorio de madera hecho también a partir de la madera de otro árbol extinto, un escritor estará cultivando esas mismas palabras, haciendo crecer una novela o un relato que solo se publicará en esa fecha, en las carnes de ese mismo árbol. El escritor sí sabe que sus letras no verán la luz hasta que el tronco haya crecido. Cuando alguien pueda leerlo, de aquí un siglo, el humano, la planta y el tiempo que los concibió habrán desaparecido.

Ambos forman parte de un inusual proyecto de biblioteca del futuro.

The Future Library es un proyecto artístico que busca realzar una idea: toda biblioteca es un vínculo de tiempo, un anillo bidireccional, un puente que nos conecta con el pasado y el futuro, la verdadera máquina que puede transportarnos a las ideas, sentimientos, perspectivas, lenguajes, impresiones y necesidades de otras épocas. Crea una autopista entre el hoy y el mañana: une a los humanos y árboles de distintas generaciones. Y lo hace a través de ese artefacto que trastocó las culturas y el mundo: un libro.

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Una pistola para disparar tus lágrimas

Si pudieras disparar tus lágrimas y lanzarlas contra la persona que te hiere, sin necesidad de palabras o puños. Solo una pistola de lágrimas que te defienda: un cañón, varias gotas congeladas, un disparo contra el enemigo. Si pudieras ser el sicario de tu tristeza y saldar todas las cuentas. Hacerlo sin violencia, solo con la poética, como en una guerra futura en la que no fuera necesario matar.

Si tuviéramos un arma así…

TEAR GUN Project by Yi Fei Chen Copyright: Design Academy Eindhoven Photographs: Ronald Smits Her upbringing in Taiwan has instilled Yi-Fei Chen with a deep respect for authority. Disagreeing with your teachers is considered rude, and rudeness must be suppressed. Coming to the Netherlands for a master’s degree was a shock to her system. Within Western higher education, students are taught to question authority and expected to take a critical attitude. For many students like Chen it can be a confusing and emotional journey to adapt to such a new set of circumstances. The pressure they feel to step outside their own comfort zone may even cause drastic responses. Chen has visualised her personal struggle to toughen up and speak her mind with a striking metaphor: she has frozen the tears she shed during an incident where she had to speak up but couldn’t, and built a gun to fire them. Next time a teacher puts her on the spot, she will be ready to respond with equal force. #teargun #struggle #selfacceptance #FromWeakToStrong #tearasabullet

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La estudiante de diseño Yi-Fei Chen pensó en un arma de lágrimas. Había sido educada en Taiwán, donde el sistema educativo obliga a la obediencia, y la rudeza y el desacato constituyen casi un delito.

Cuando tuvo la oportunidad de estudiar en Holanda, en la Design Academy of Eindhoven, los códigos eran otros. Fuera de su territorio natural se sentía abrumada. Carecía de las palabras necesarias para enfrentarse a sus profesores que le exigían una actitud crítica. Tras un enfrentamiento con su tutor pensó que si tuviera una pistola de lágrimas todo sería distinto. Si pudiera congelar sus lágrimas estaría armada. Necesitaba crear una máquina que expresara sus emociones.

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Cuando las máquinas parece que han tomado LSD

Un algoritmo que genera un profundo sueño, o máquinas soñando nuestro mundo. El programador Alex Mordvintsev, junto a Christopher Olah y Mike Tyka, desarrolló el Deep Dream, un algoritmo de procesamiento de imágenes creado por Google que buscaba enseñar a la inteligencia artificial a comprender nuestra realidad mediante la interpretación y reconocimiento de imágenes, procesando miles de ellas que se integraban dentro de una red neuronal y que terminaron generando estampas que recuerdan a un viaje de LSD.

MartinThoma - Own work. Imagen tras diez iteraciones aplicando Deep Dream. Licencia CC0

Martin Thoma – Own work. Imagen tras diez iteraciones aplicando Deep Dream. Licencia CC0

Jessica mullen from austin, tx - Deep Dreamscope. CC BY 2.0.

Jessica mullen from austin, tx – Deep Dreamscope. CC BY 2.0.

Son herramientas creativas que exploran la percepción dentro de una red neuronal artificial que imita el cerebro humano.

Cuando se le pide a la máquina que identifique imágenes relacionadas y que las replique por su cuenta dentro de otra imagen, o que realce aquello que cree ver en ella, según lo que ha aprendido anteriormente, empieza a crear espacios perturbadores, sus ojos parecen psicodélicos: reconoce distintos patrones en la imagen de muestra, formas de animales o pagodas, torres, edificios, aves o insectos, que inicialmente no parece que estén allí y que los incluye por un sistema de capas.

Ejemplo de imagen procesada por Deep Dream. Google

Ejemplo de imagen procesada por Deep Dream. Google

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