Un ilustrador que dibuja todos los yōkai, los demonios del folclore japonés

Los yōkai son demonios o criaturas del inframundo o sobrenaturales, propias del folclore japonés. Hay un gran número de ellos, y cada uno, como en nuestra tradición occidental, con los duendes o los espíritus, tienen una función, un peligro, una virtud, o una capacidad exclusiva.

Algunos acechan a los humanos y otros rehúyen su presencia. Los hay benéficos y nefastos. Muchos se cuelan en las habitaciones cuando las personas duermen. Todos muestran una gran riqueza imaginativa y han inspirado las artes antiguas y modernas.

Su nombre apela a varios conceptos: hechizante, calamidad y misterio.

Yokai. Wikimedia Commons.

Yōkai. Wikimedia Commons.

El ilustrador Matthew Meyer es un especialista en recrear estos seres. Pinta fantasmas, espíritus y monstruos del folclore nipón, y está desarrollando una enciclopedia muy completa de este imaginario popular. Ha publicado varios libros centrados en esta temática (The Night Parade of One Hundred Demons: A Field Guide to Japanese Yokai y The Hour of Meeting Evil Spirits), y que son como guías para conocer a estos demonios orientales. También lleva la web Yokai.com, donde puedes encontrar una información detallada sobre los diferentes seres sobrenaturales.

Por ejemplo, el Aka Shita. Un demonio japonés cuya traducción sería lengua roja.

Este espíritu habita los campos de arroz y las zonas agrícolas. Tiene rostro de bestia, con su característica lengua roja, y se mueve dentro de una nube tormentosa. Es señal de mala suerte y de castigo sobre aquellos que malgastan el agua.

Otro ejemplo es el Fūri.

Se trata de una bestia salvaje proveniente de las montañas de China y que tiene el tamaño de una nutria. Es un ser nocturno y esquivo que puede ser tan rápido como el viento. Pertenece a la familia de la zoología fantasmagórica. Tiene los ojos rojos, la cola corta y un pelaje negro con patrones similares al leopardo. Puede saltar entre las montañas de un solo brinco. Si son atrapados se sienten avergonzados y mueren al primer golpe, pero tienen la capacidad de resucitar.

El Oni es una especie de ogro o demonio, uno de los grandes iconos del folclore japonés.

Habitan en las cuevas y fortalezas abandonadas. Se alimentan del ganado, seres humanos y alcohol. Son muy altos y aterradores. Presentan un color rojo o azul, melenas y colmillos. Poseen gran fuerza y son poderosos hechiceros. Demonios feroces que propagan desastres, enfermedades y castigos a los condenados al infierno. Sus escarmientos predilectos son la descamación de la piel, la ruptura de los huesos, cortes y magulladuras, y otros suplicios que no pueden mentarse. Un ser humano muy malvado puede convertirse en oni al morir o incluso en vida. En la ilustración aparece el Hōsōshi, un dios demonio (oni) que puede mirar en todas las direcciones y que castiga el mal que ve.

El Sarugami es el espíritu mono.

Tiene la forma de un mono, pero presenta mayor tamaño, y es más listo y vicioso que estos animales. Vive en zonas apartadas alejadas de los humanos, y cuando se topa con las personas la cosa suele acabar en tragedia. Le gusta secuestrar a chicas jóvenes de los poblados. Se trata de un antiguo dios caído en desgracia.

El Byōbu nozoki es un demonio depravado al que le gusta espiar a los amantes en la cama.

Sube por los biombos o pantallas plegables. Es muy alto, mide más de dos metros, y tiene los dientes negros.

Otro visitante nocturno es el aterrador Kuro bōzu

Es una especie de vampiro que se alimenta de la respiración de las personas que sueñan. Se trata de un yōkai sombrío que tiene la apariencia de un monje calvo. Todo su cuerpo es negro y huele a pescado podrido. Entre sus víctimas prefiere a las mujeres, a quienes además de quitarles el aliento, les pasa la lengua por los oídos y la boca. Quienes reciben su visita con frecuencia enferman.

Este es mi favorito: el chupa-mugres o Tenjōname

Es un extraño yōkai que se dedica a chupar la suciedad de las casas. Está dotado con una gran lengua y le encantan los techos y los lugares difíciles como los baños. Se alimenta de la suciedad y mugre, y cuanto peor esté el hogar, más disfrutará el yōkai. Uno sabe que ha pasado por ahí por las marcas oscuras que dejan sus lengüetazos; a veces presentan la silueta de unas caras espantosas.

It's my #2017bestnine yokai!

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Estos son solo algunos ejemplos de la gran variedad de seres mitológicos que existen en el folclore japonés. El trabajo de Matthew Meyer  es acercárselos al público, poner en contacto a los yōkais ancestrales con el mundo moderno.

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