Si pudieras disparar tus lágrimas y lanzarlas contra la persona que te hiere, sin necesidad de palabras o puños. Solo una pistola de lágrimas que te defienda: un cañón, varias gotas congeladas, un disparo contra el enemigo. Si pudieras ser el sicario de tu tristeza y saldar todas las cuentas. Hacerlo sin violencia, solo con la poética, como en una guerra futura en la que no fuera necesario matar.
Si tuviéramos un arma así…
La estudiante de diseño Yi-Fei Chen pensó en un arma de lágrimas. Había sido educada en Taiwán, donde el sistema educativo obliga a la obediencia, y la rudeza y el desacato constituyen casi un delito.
Cuando tuvo la oportunidad de estudiar en Holanda, en la Design Academy of Eindhoven, los códigos eran otros. Fuera de su territorio natural se sentía abrumada. Carecía de las palabras necesarias para enfrentarse a sus profesores que le exigían una actitud crítica. Tras un enfrentamiento con su tutor pensó que si tuviera una pistola de lágrimas todo sería distinto. Si pudiera congelar sus lágrimas estaría armada. Necesitaba crear una máquina que expresara sus emociones.
Su trabajo de fin de grado fue desarrollar un arma conceptual, que está expuesta en el Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam, en la exposición Change the System. Una pistola que sirviera de metáfora en su lucha personal. Chen no dispararía gritos, palabras soeces, replicas de ira. No es necesario convertirte en quien no quieres ser. Solo cargaría sus lágrimas, gotas congeladas en un percutor. Cuando las palabras le fallen podría disparar. Cada dolor acumulado tendría su proyectil en una bolita de cristal. El interlocutor quedaría atónito al sentir el impacto de la secreción. ¿Qué es una lágrima?

Entombment of Christ, 1672, in Saint-Martin Church in Arc-en-Barrois (Haute-Marne, France). Vassil. CC BY 3.0. Wikimedia Commons.
Una metáfora natural. Un ser de agua que pierde agua como en un terreno castigado por la zarpa de un sol vehemente. La lágrima es el disparo de una emoción, pero no puede ser dirigida contra el causante, solo te desnuda y quiebra.
Esta vez Chen sí está armada contra la autoridad. Demasiadas mentes disparan contra nosotros. Demasiadas mentes explotan por no disponer del canal de evacuación necesario, del aparato que transforme la energía anímica. Pero los tímidos serán los pistoleros futuros: armados de lágrimas pondrán en vereda a quienes abusan de ellos. Sensibles guerras del mañana, sin balas, sin sangre, sin gritos: solo proyectiles salados que nos recuerden que somos tan humanos como Chen, que las lágrimas deben salir, que apuntaremos a vuestro corazón, bastardos.