¿Tienes planes para después del fin del mundo?

Mis queridos futuros apátridas:

Incendis petroliers, Kuwait (Oil Fires, Kuwait) © Nasa

Incendis petroliers, Kuwait (Oil Fires, Kuwait) © Nasa

Ahora que nuestro pequeño mundo parece fracturarse en feudos, muros y banderas, y que hombres rudos hablan con la hegemonía de las palabras gruesas, como epitafio nihilista, o solo para dividir corazones, y gritar «America First», o «Allah es grande», «o mi tribu prevalece», o «yo soy distinto al resto de chimpancés»… Ahora que tenemos un sentido de la incertidumbre instalado en el corazón taquicárdico… deberíamos detener los juegos y los fuegos para hablar de lo importante: el fin del mundo conocido. Y lo que vendrá después…

Noah's ark on the Mount Ararat - Simone de Myle

Noah’s ark on the Mount Ararat – Simone de Myle

La metáfora cultural más antigua quizás la encontremos en la Biblia: el arca que navegó durante meses sin brújula, la lluvia que cubrió las cumbres nevadas, los animales gimiendo… Noé estaba muy asustado. En la moderna metáfora -que rescata el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en su próxima exposición, titulada Después del fin del mundo-, sin embargo, la escala del diluvio crece y supera la ficción religiosa: el arca es ahora la Tierra. Y Noé parece un suicida.

La lluvia es tóxica o química, o ausente, o imponente y destructora a lomos de una riada súbita o un huracán. El arca, por primera vez en nuestra historia de mitos, puede zozobrar. Y los humanos siguen divididos, esquivando el urgente pacto para el bienestar de las próximas generaciones. Hete aquí las primeras cicatrices…

Sun Lakes, Arizona Cortesia de Benjamin Grant / Satellite imagery © DigitalGlobe, Inc

Sun Lakes, Arizona. Cortesia de Benjamin Grant / Satellite imagery © DigitalGlobe, Inc

Bajo esta llamada, el CCCB está preparando Después del fin del mundo, que abrirá sus puertas el martes 24 de octubre. Rescata en su presentación una máxima de McKenzie Wark: «Esta civilización se ha acabado. Y todo el mundo lo sabe».


La presentación sigue así…

En las próximas décadas la humanidad se enfrenta a uno de los retos más complejosde su historia. En la segunda mitad del siglo XXI tendremos que dejar de emitir CO 2 a la atmósfera, para siempre. Después del fin del mundo es un ensayo espacial sobre el presente y el futuro de la crisis climática.

Solo a vista de satélite se perciben las primeras heridas, porque si la Tierra es como un cuerpo dolido, el médico necesita de una radiografía titánica para diagnosticar la lepra en su piel. Nosotros, pequeños seres desafiantes, encerrados en laberintos de cemento, apenas vemos más que símbolos insignificantes.

Un viaje a los paisajes del planeta Antropoceno y una conversación con los humanos y no-humanos del 2100. Artistas, filósofos, montañas de arena, novelistas, animales marinos, dramaturgos, plantas, arquitectos, objetos, diseñadores especulativos, ríos contaminados, satélites, científicos… trabajan juntos para imaginar escenas, contar historias y construir estrategias para sobrevivir en el mundo que viene. El resultado es una experiencia hipnótica.

La exposición armará ocho instalaciones inmersivas que contarán con la participación del público, como el despliegue de un Ministerio del Futuro que «piense la política del muy largo plazo, para investigar las condiciones de desigualdad y temporalidad y las diferentes magnitudes en las que se define la crisis». Habrá acciones en el espacio público o laboratorios con muestras artísticas, talleres, visitas comentadas y coloquios.

Participarán en ella artistas o expertos, como la compañía de teatro documental alemana Rimini Protokoll, el proyecto de arquitectura utópica de Tomás Saraceno, los exploradores de infraestructuras globales, Unknown Fields Division, expertos en la terraformación de Singapur, como Charles Lim, o la plataforma estadounidense de comisariado de fotografía satélite Overview, que nos enfrenta a las imágenes de la nueva piel de la Tierra. Será un espacio perfecto para detenernos un segundo, dejar los juegos, abandonar los fuegos, un momento para pensar en lo importante.

La grieta del Larsen C, Antàrtida © NASA/John Sonntag

La grieta del Larsen C, Antàrtida © NASA/John Sonntag

Pensar en cómo sobrevivir en el mundo que viene. Todos tendremos el corazón de un apátrida si el arca zozobra. Nada pintarán entonces las banderas. Volveremos a ser nómadas o exiliados climáticos. Los terruños por los que peleamos no tendrán ningún valor. Salvar el arca es la misión principal, y no defender su desván o puesto mando, las galeras o la popa en la que nos hemos atrincherado.

Es una cuestión de escala, quizás no podamos verlo bien, quizás necesitemos exposiciones, acaso ninguno de nosotros esté preparado biológicamente para afrontarlo. Puede que sea en realidad un paso más de la imparable evolución. Pero podemos buscar respuestas, pensarlo bien. Prepararnos colectivamente para la lluvia. ¿Tienes planes para después del fin del mundo? Yo no.

Terminal de carbón de Quinhuangdao, Xina - Quinhuangdao Coal Terminal, China Cortesia de Benjamin Grant / Satellite imagery © DigitalGlobe, Inc

Terminal de carbón de Quinhuangdao, Xina – Quinhuangdao Coal Terminal, China. Cortesía de Benjamin Grant / Satellite imagery © DigitalGlobe, Inc

Piscinas de Chile Rockwood Lithium © Unknown Fields

Piscinas de Chile Rockwood Lithium © Unknown Fields

Mitigación de shock. Mitigation of Shock © Superflux

Mitigación de shock. Mitigation of Shock © Superflux

1 comentario

  1. Dice ser NAYIB

    Ir al infierno porque en el cielo se van a pasar 24 horas al día cantando aleluyas.

    05 octubre 2017 | 14:22

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