Una mirada artística a la sonda Cassini y otros pasatiempos marcianos

Si los humanos afirman sin vergüenza alguna que acuden a los museos para nutrirse o broncearse de arte (aunque en realidad el deseo inconfesado sea el de dispararse selfies a quemarropa o admirar el trazo grueso de las estudiantes de Humanidades), las civilizaciones avanzadas como la mía miramos al universo con un único propósito: el mayor esteticismo está en una supernova fraguando constelaciones, en el arte carente de toda voluntad de serlo. No creemos en los actos vanidosos ni en la figura del genio. Somos superultraposmodernos.

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Me llamo Brumuürh, hijo del planeta Bilbilis X1, en el cuadrante octavo del Sistema Endeviano, centro de la Soberanía Interestelar. Por desgracia, soy un curator encomendado de este tugurio alejado que llamaron sistema solar. Mi jefe quiso enviarme aquí con la excusa de que no tengo idea de la verdadera plástica galáctica. 100 años luz más allá, en el exilio o límites exteriores de la única cultura, me presento…

Cuido de esta galería pública en Ganimedes, una luna pobre que acaricia la bola gaseosa de Júpiter, otro meteoro insignificante en la favela solar. Mido un metro veinte, piel gris, y ojos miel. Hablo laringio, un idioma sin consonantes (en la Tierra dicen que no vocalizo y creen que voy bebido, algo que solo es cierto cuando escribo). No suelo recibir visitas, pero hoy…

¡Bienvenidos! Por favor, no huyan… Vean, déjense seducir…

¿Es esto arte?

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Imagen de los anillos de Saturno enviada por la sonda Cassini. Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Inst

Pregunto si serán artísticas estas imágenes de una pintora especial llamada Cassini. Si podemos mirarlas como si fueran auténticos cuadros. Si el arte puede hallarse en el reflejo ignorante de una máquina, si necesita del alma propositiva de un creador, o si será esperma de una suerte de azar.

La muestra que presento lleva por título Cuando la sonda juega con el artista. El nombre familiar de esta pintora es Cassini-Huygens, nacida en los Estados Unidos terráqueos, el 15 de octubre de 1997, en Cabo Cañaveral, aunque tuvo un linaje europeo que influenció su estilo. Los críticos de la Soberanía lo enmarcan dentro del arte cósmico-abstracto.

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

 

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

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Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

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Con Mujer Curva, la artista Cassini inició su etapa Orondo-cuántica, la fascinación por la elipse, el óvalo, el ovoide y la espiral, que a su juicio definen en su constante gravitatoria todo sentimiento en la galaxia.

 

 

 

 

 

 

 

 

En este cuadro, titulado Elipsis Suprema, la artista mantiene su obsesión por la forma, la curvatura definida como un estilo que nos transmite cuán maleable es el destino del átomo.

 

 

 

 

 

 

 

En este cuadro, titulado Réquiem, plasma la batalla entre el bien y el mal, la caída de imperios galácticos, sombras que devoran luz para crear civilización.

 

 

 

 

 

 

 

 

En este cuadro titulado Luna Inane Prometeo, nos narra la poderosa atracción geológica, y, esa mota suspendida en el ocaso intra-anillar, insinúa el triste onanismo lunar.

 

 

 

 

 

 

 

En esta obra titulada Dualidad, la artista ha comprimido la abstracción dicotómica de la materia. La dualidad es la existencia universal.

 

 

 

 

 

 

Puede que no sea arte. Puede que no cuente con la intencionalidad y el sello abstracto original de un Piet Mondrian, un Pollock, un Rothko… Puede que solo sea azar, y polvo helado, casquetes a la deriva, restos de estrellas, planetas derrumbados… Una fotografía en raw de una sonda espacial condenada a ser devorada por Saturno.  Pero tampoco soy a un alienígena real que pueda admirarlo con extasiados ojos galácticos. Si me obligan a elegir, escojo el primitivo papel del mirón de museo antes que el selfie disparado en la sien. Sin embargo, sospecho que debe ser precisamente la mirada la que crea el arte y no la materia.

Como el suicida que se lanza a las vías anilladas de Saturno, la Cassini desapareció entre partículas gélidas y nebulosos aplausos… Murió joven, con 20 años. Fue el radio-suspiro final para esta artista nacida en un cabo tropical… Eones de tinta han sido propulsados por la gravedad mediática para encumbrar este harakiri histórico durante el fin de semana. Yo solo os he propuesto un juego. En cierto modo, un homenaje póstumo. Un pasatiempo marciano más.

Antes de regresar a la lejana galaxia, podéis disfrudad de las obras del período bautizado como Saturno Quemado; el título proviene del color que domina la gama cromática de las pinturas y por su alegoría en el uso de impresiones repetidas que buscan el sello de una serendipia fugaz… En tu mirada está la respuesta a este juego.

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

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