Coleman y Wood, escultores que reconstruyeron caras tras la I Guerra Mundial

Son caras de quita y pon, añadidos para simular que la guerra no dejó huellas físicas. Los soldados se las prueban con una seriedad que intenta blindar cualquier expresión de amargur, quienes les ayudan a ajustar las prótesis —aunque no son médicos— los tratan con una suavidad profesional.

La I Guerra Mundial (1914-1919) devoró muchos rostros, fue un conflicto de trincheras, los combatientes asomaban la cabeza y recibían una bala o ráfagas de disparo de las recién inventadas ametralladoras. A su vuelta, cambiaban la expresión de familiares y novias, asustaban a los niños, se convertían en monstruos de la guerra.

De director desconocido, Plastic Reconstruction of the Face (Reconstrucción plástica de la cara), en blanco y negro y sin sonido, es un fragmento de película de 5:36 minutos filmado en 1918. La pieza documenta el trabajo realizado en el Studio for Portrait Masks (Estudio de máscaras-retrato), un eufemismo para referirse a la única esperanza que le quedaba entonces al soldado desfigurado: que le hicieran un rostro postizo para ocultar la deformidad del auténtico.

El escultor británico Francis Derwent Wood en un fotograma del vídeo 'Plastic Recostruction of Face' (1918)

El escultor británico Francis Derwent Wood en un fotograma del vídeo ‘Plastic Recostruction of Face’ (1918)

Con sede el París, el taller era de la escultora estadounidense Anna Coleman Ladd (1878-1939), que aparece en la grabación ataviada con un uniforme militar. Nacida en Filadelfia y educada en Europa, la artista era una reconocida retratista que, tras la guerra, se ofreció voluntaria para diseñar prótesis para los excombatientes.

Comenzó elaborando moldes de escayola o plastilina para construir después la prótesis con una fina capa de cobre galvanizado, pintado de color piel y con pelo auténtico añadido si era necesario, por ejemplo, recrear una ceja. Su iniciativa daría paso con el tiempo a la anaplastología, la creación de prótesis —con fines sobre todo estéticos— para suplir o cubrir partes del cuerpo y de la cara.

En el estudio aparece también un hombre, Francis Derwent Wood (1871-1926), un escultor británico que, al ser demasiado mayor para combatir en la I Guerra Mundial (tenía 41 años), trabajó como voluntario en un hospital. Testigo de las heridas y mutilaciones que sufrían los heridos en el campo de batalla, el artista abrió también en aquellos años el Facial Disfigurement Department (Departamento de desfiguración facial) en el Third London General Hospital y se dedicó a sustituir las entonces frecuentes máscaras de goma por piezas de metal, más ligeras, cómodas y duraderas para llevarlas pegadas a la cara a diario.

Fotograma del vídeo 'Plastic Recostruction of Face' (1918)

Fotograma del vídeo ‘Plastic Recostruction of Face’ (1918)

El testimonio visual, de dominio público, se puede ver y descargar en la página web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE UU (NLM). Contemplarla es asistir a ese aspecto de la guerra que no se menciona en los libros de historia.

Coleman comprueba que la barbilla artificial se sujeta bien a las orejas del único soldado que sonríe. La pared está cubierta de moldes de modelos deformes que corresponden a casos reales por atender. Una mujer joven da pinceladas al destinatario de la pieza, que ya la lleva puesta. Wood coloca a un hombre joven, casi sin nariz y sin boca, una adenda postiza que le devuelve buena parte del rostro. Mientras tanto, Coleman pasa por allí y mira al chico: sonríe cuando él la puede ver, sólo se permite la expresión de angustia cuando él está de espaldas.

Helena Celdrán

Wood y Coleman con un soldado en un fotograma de 'Plastic Recostruction of Face' (1918)

Wood y Coleman con un soldado en un fotograma de ‘Plastic Recostruction of Face’ (1918)

3 comentarios

  1. Dice ser oh

    Vaya, me parece un articulo superinteresante, que maravilla conservar esas imagenes, que merito tambien lograr que quedasen tan bien con unos medios que hoy parecerian arcaicos, una autentica maravilla ya lo creo!

    09 febrero 2016 | 14:25

  2. Dice ser Casandra

    Gueules casses

    09 febrero 2016 | 14:37

  3. Dice ser materia oscura en arcilla imán

    Cómo llenar los vacíos de un Universo sombrío, donde el todo se hace nada cuando la nada se agota, cómo esculpir una imagen en la imagen sin su sombra, que la luz ya no deslumbre y haga al timepo secuenciar… Cömo llenar los vacíos entre vasta tempestad, cómo soñar lo prohibido sin almohada en que descansar, mente brava y racional, creando en sueño su verdad…. dando amor a todo beso, en sus caricias el imán, que el amor todo lo mueve, todo lo puede, latir, vibrar…

    09 febrero 2016 | 21:04

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