Alexandra Kehayoglou, tejedora de la naturaleza

'Refugio para un recuerdo' - Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Refugio para un recuerdo’ – Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

Es hierba de diferentes colores, parcheada y asalvajada, de esa que muestra impune calvas de tierra y rincones menos frondosos y verdes que otros. Nada que ver con el césped mimado de un campo de golf: la naturaleza no obedece a más cánones que a los suyos.

Alexandra Kehayoglou teje con tal destreza que cuesta aceptar que en realidad la superficie es una alfombra que sube del suelo a la pared para continuar como un tapiz. En vertical, la artista representa hierbas y arbustos que se pierden en la oscuridad incitando a explorar el bosque. Para completar el conjunto, un columpio hecho con cuerdas blancas y una tabla de madera espera a que alguien lo disfrute.

Refugio para un recuerdo es una de las hazañas de la diestra tejedora de pastizales, bosques, jardines… También tapiza banquetas de las que salen descolocadas pelambreras verdes o imita lagunas como vistas desde las alturas.

'Camino' - Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Camino’ – Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

La artista argentina es la orgullosa heredera de una larga tradición familiar que sólo puede trazar desde sus abuelos griegos, emigrados a Buenos Aires hace 90 años desde Isparta, al oeste de Turquía. La abuela, Elpiniki, había aprendido en casa a tejer alfombras y enseñó el oficio a sus hijos. La familia abrió un taller en la misma casa en la que vivían, era el comienzo de un negocio que hoy sigue en pie, una empresa —El Espartano— de renombre en Argentina.

'Jardín' - Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Jardín’ – Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

Se crió entre tapices, gruesas bobinas de hilo, máquinas tejedoras… Interpreta que tejer es un asunto genético, no se cuestiona ni es algo de lo que uno pueda escapar, pero sí se puede adaptar a un código artístico. Kehayoglou utiliza sus creaciones para acercarse al otro elemento indispensable en su obra, la naturaleza. Se siente responsable de fabricar extensiones verdes como reacción al deterioro del planeta y quiere hacer partícipe así al espectador de la belleza innata de la vegetación.

Preguntada a menudo si su obra es arte o diseño, la autora resta importancia a la diferencia. Las piezas se pueden usar, no son sagradas, deben pisarse y acolchar, hacer más cómodo el contacto del cuerpo con el suelo mientras, distraido, un venado se deja observar en el campo al atardecer.

Helena Celdrán

'Refugio para un venado' - Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Refugio para un venado’ – Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

'Laguna'- Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Laguna’- Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

'Pastizal los molles' - Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Pastizal los molles’ – Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

'Refugio para una tarde de lluvia' - Alexandra Kehayoglou - Foto: alexkeha.com

‘Refugio para una tarde de lluvia’ – Alexandra Kehayoglou – Foto: alexkeha.com

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