La peluquera arqueóloga que dejó boquiabiertos a los expertos

Peinados de una vestal, de Annia Galería Faustina 'la menor' y de la Emperatriz Plotinia

Peinados de una vestal, de Annia Galería Faustina ‘la menor’ y de la Emperatriz Plotinia

Janet Stephens, una peluquera de Baltimore (Maryland – EE UU) visitaba en su ciudad la colección permanente del Museo de Arte Walters cuando se detuvo ante el busto de mármol fechado en torno al año 200 que mostraba a Julia Domna —la poderosa y decidida consorte del emperador Lucio Septimio Severo (146-211)— una mujer de origen sirio, rostro proporcionado y gesto serio que llamó la atención de la peluquera por el peinado que lucía: «Era asombroso, como una hogaza de pan colocada sobre su cabeza«.

Por deformación profesional o por curiosidad innata, Stephens se interesó por un tocado nada común en nuestros días, refinado y complejo, realizado con una técnica que por fuerza tenía que ser posible recrear en el presente sin la ayuda de lacas ni secadores. Tras intentarlo sin éxito con un maniquí, buscó documentación de expertos arqueólogos e historiadores del arte que la desilusionaron: muchos daban por hecho que esos intrincados arreglos eran simples pelucas.

Por suerte la peluquera no se dio por satisfecha con la teoría. Reconstruyó el peinado de Julia Domna en modelos reales, cuatro años después y estudiando una traducción del latín. Descubrió que el término latino acus podía traducirse por horquilla, pero también podía referirse al hilo y a la aguja. Según declaró Stephens al Wall Street Journal, una sola pinza no podía sostener un arreglo tan complejo, pero coser el pelo sí.

Siete años después de ese primer experimento ha reconstruido varios tocados romanos como el de la Emperatriz Pompeya Plotina (esposa de Trajano) o el de Annia Galería Faustina la menor, la hija pequeña del emperador Antonino Pío. La peluquera de Baltimore se ha convertido en una especialista en «peluquería de la arqueología». Envió sus primeros descubrimientos al Journal of Roman Archaeology, una publicación de alcance internacional, y dejó impresionados al director y a los expertos en la materia. Desde entonces ha participado en demostraciones, simposios y eventos relacionados con la arqueología romana.

Janet Stephens

Janet Stephens

Este año fue una de las invitadas a la reunión del Instituto Arqueológico de los Estados Unidos que se celebró en enero en Seattle (Washington). Allí mostró sus últimos descubrimientos en la recreación del peinado de las vestales romanas, especialmente complejo por la falta de imágenes claras del pelo de las sacerdotisas, siempre cubierto por varios elementos.

Las bellas y enigmáticas jóvenes (elegidas de niñas por el Pontífice Máximo) hacían voto de castidad y residían en el templo de Vesta, diosa romana del hogar. Tenían varios esclavos que les arreglaban el cabello cada mañana en trabajadas trenzas. Stephens ha conseguido —con un sencillo peine, agujas pasacintas, un cordel y un alfiler con cabeza en forma de t— que el look de las sacerdotisas despierte un interés general y cada vez gana más admiradores que siguen sus tutoriales, en los que ella misma explica, paso a paso, cómo elaborar los peinados.

Helena Celdrán

5 comentarios

  1. Dice ser Edu

    Lo que esta señora ha demostrado es que se pueden hacer esos peinados sin laca y secador, no que se hicieran así todos los días. No está desmintiendo que las dominas romanas, como hicieran también las damas durante todo el siglo XVII y XVIII, utilizaran pelucas.

    19 febrero 2013 | 18:52

  2. Dice ser Paturuzu

    Lo siento Edu, pero lo que esta señora ha demostrado es algo más de lo que tú valoras.

    En la época del Rococó las mujeres solían usar pelucas en parte por moda y en parte por higiene, por los piojos. No se lavaban, sencillamente.

    En la época romana, egipcia, etc las mujeres de alta cuna sí que se lavaban, e incluso conocían el jabón. ¿que algunas usaban pelucas? Vale, de acuerdo. Pero lo que esto indica es que si una mujer rica, tenía tiempo y un peluquero, seguramente prefería un peinado «natural» a una peluca. Es Sumeria, por ejemplo, hasta la II Dinastía de Ur, las sacerdotisas aparecen claramente con pelucas. Y a partir del 2300 AC, durante el imperio acadio, comienzan a aparecer representadas con diseños intrincados de trenzas. Esto no sería significativo si no fuera porque en la misma e´poca aparecen tumbas de peluqueros (conocemos gracias a eso sus nombres y para quién trabajaban) y poseemos en el Museo de Estambul una tablilla de esa época con una fórmula de jabón primitivo y varias composiciones de cremas para el cabello.

    Lo que esta mujer ha demostrado, en suma, es que cuando las mujeres ricas tienen a su disposición las herramientas, las usan. Y repito, casi seguro que la hija de un emperador prefería lucir su pelo natural, preparado pro algún peluquero de moda, que llevar una peluca cuyo pelo procedía de esclavas o muertos.

    ¡Chapeau por la señora y el trabajo que se ha currado!

    19 febrero 2013 | 19:33

  3. Dice ser terestes32

    como estudiante de historia del arte, he de decir que es asombroso lo que esta señora ha hecho pues son peinados que de tanto verlo, no nos preguntamos como se hacen …. son muy dificiles de hacer…

    19 febrero 2013 | 22:16

  4. Dice ser Isabel

    Complicados pero muy bonitos. A mi me darían jaqueca con tanta presión en la cabeza de las trenzas..

    20 febrero 2013 | 08:33

  5. Dice ser Poqs Tvnsp

    Y aunque fueran pelucas, éstas tendrían que haber sido hechas de algún modo. De acuerdo contigo Leopardus niña. La transdisciplinariedad ha enriquecido la perspectiva del pensamiento simple. (Morín)

    20 febrero 2013 | 14:09

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