Pistolas cantoras

Una de las dos pistolas con pájaro cantor atribuidas a los hermanos Rochat

Una de las dos pistolas con pájaro cantor atribuidas a los hermanos Rochat

Eran los años veinte del siglo XIX. Los tres hermanos suizos Rochat, originarios del valle de Joux y afincados en Ginebra, eran más que relojeros: expertos en fabricar cualquier objeto mecánico relacionado con música, autómatas y, en especial, pájaros cantores.

La delicadeza de sus creaciones era tan esmerada que uno olvida el toque cursi estilo Sisí emperatriz que a veces caracteriza a la estética centroeuropea de antaño, con abundante dorados, motivos florales y angelotes innecesarios.

La sección de Artefactos de esta semana es para un invento tan supérfluo en su finalidad como admirable por su precisión y pura belleza. Es un capricho frívolo de los que uno no puede apartar la mirada así como así.

La casa de subastas Christie’s ha presentado recientemente en su catálogo de objetos selectos un juego de dos pequeñas pistolas gemelas que se atribuyen a los Frères Rochat (marca que todavía existe).

No son armas de fuego: al accionar el gatillo, un pájaro mecánico, diminuto y con plumas de colores (verdaderas), comienza a cantar con una naturalidad que pilla desprevenido a quien espere ver un simple juguetito. El aleteo del ave supera con dignidad incluso la prueba de la cámara lenta.

«Es una de las obras de arte mecánicas más apasionantes. El interior está compuesto por cientos de tornillos y engranajes que empujan al pájaro fuera del cañón, lo sitúan sobre él y hacen que mueva las alas, la cola y el pico mientras canta. Todo está dentro de la pistola», explica con precisión y elegancia exagerada Aurel Bacs, Director del Departamento de Relojes de Christie’s.

Hechas de oro y ornamentadas con esmaltes azules y rojos, están perfiladas por hileras de perlas y diamantes que resaltan el perfil. En cada lado de la empuñadura, dos placas doradas muestran un león por un lado, y en el otro, un ciervo.

El objeto buscaba satisfacer la demanda creciente de relojes y autómatas de la realeza y la aristocracia europeas y sobre todo de la corte imperial china, gran consumidora de las maravillas de la técnica europea en los siglos XVIII y XIX.

Se tiene constancia de la existencia de sólo cuatro pistolas más de este tipo. Una está en el Museo de Arte Islámico de Jerusalén, otra dentro de la colección Maurice Sandoz de Suiza y otras dos en el museo Patek Phillipe de Ginebra. Éste es el único set de dos ejemplares que existe en el mundo y se espera que alcancen un precio que oscila entre los 2,5 y los 5 millones de dólares (entre 1,8 y 3,7 millones de euros).

La banalidad de los pequeños cachivaches nunca volverá a ser tan sofisticada, por mucho que Apple intente vendernos motos. ¿Quién pagará esas sumas por un vulgar iPad del 2011 (que ni siquiera funcionará) dentro de 190 años?

Helena Celdrán

6 comentarios

  1. Dice ser antonio larrosa

    El hombre siempre se ha esmerado en fabricar cosas para matar a sus semejantes aunque en estas pistolas parece que hizo un artículo de broma y sale un pajarito trinando la mar de bien.Creo que así deberian ser todas las armas.

    Clica sobre mi nombre

    23 septiembre 2011 | 19:55

  2. Dice ser pistolilla

    que parida, anque el pajarillo parece de verdad

    24 septiembre 2011 | 18:26

  3. Dice ser el Junco

    Eso lo venden en el todo a cien de la esquina de mi casa, pero se rompe a los cien segundos.

    24 septiembre 2011 | 18:39

  4. Dice ser Nacho

    Los tratan peor que la perrera, ahora los meten los pajaritos en el cañon de la pipa y solo los sacan para que canten los pobres.
    Ya pueden meterse ellos en un cañon hecho a medida y dejar de joder ya los animales que no tienen defensa

    24 septiembre 2011 | 19:04

  5. Dice ser El disparate

    Me gusta mas verlos cantar en libertad.

    24 septiembre 2011 | 19:14

  6. Dice ser antonio larrosa

    Me gustaría que fuesen de verdad y que pudieran matar a todos los hijos de Satanás que me critican.
    Después de las peleas de gallos y de las reyertas entre borrachos, las armas son lo que mas me apasiona.
    Es una puñeta que no se puedan tener armas, yo me compraría todas.

    25 septiembre 2011 | 15:51

Los comentarios están cerrados.