Animales con un mundo interior complejo

Un cerdo ensopado, un gato mirando pingüinos voladores, un conejo vistiéndose ante un espejo con la normalidad de la rutina. La obsesión de esta semana es el mundo de Michael Sowa (1945) y sus profundamente enternecedores animales.

Febrero - Michael Sowa

Febrero - Michael Sowa

El pintor e ilustrador alemán es un clásico. Ha ganado numerosos premios ilustrando cuentos (entre ellos el Booker Prize), ha expuesto por todo el mundo.

Ni siquiera tiene una página web. Parece que quisiera ser tan sencillo y sigiloso como uno de sus animalillos domésticos.

La redondez de las formas y los colores apagados de un mundo de algodón son el escenario de situaciones de humor absurdo, tiernas sin ser ñoñas, o simplemente bucólicas, siempre con los animales como centro. A veces los reduce de tamaño, creando el escenario ideal para que inventemos un cuento.

La sorpresa es que, cuando uno ya se ha dejado llevar por la tónica de bondad de los personajes, Sowa puede resultar perverso en su aparente inocencia. En algunos de sus cuadros reina un ambiente oscuro, de caras serias y actitudes amenazantes, sin que se sepa muy bien qué está sucediendo.

Invitación - Michael Sowa

Invitación - Michael Sowa

Parece que a Sowa sólo le estuviera permitido estudiar la psicología de sus creaciones una vez dibujados, como si los conejos, cerdos, pájaros o perros ya no le debieran nada a su creador tras terminarlos.

Suele humanizar a los animales, pero sin modos de caricatura. Una leve inclinación de cabeza, un gesto, un pequeño accesorio bastan para que se integren en una humanidad dulce y ensoñadora y que posean un carácter propio.

Perro con cuello isabelino y ave con perlas - Michael Sowa

Perro con cuello isabelino y ave con perlas - Michael Sowa

Si se preguntan de qué les suenan el perro asustado y el ave de aire aristocrático, les resolveré el misterio: colgaban de la pared del dormitorio de Amélie Poulain (con el tiempo convertida en reina de los modernos, pero ¿qué le vamos a hacer?).

Los dos incluso cobraban vida cuando ella no miraba, y hablaban de cuadro a cuadro. La lámpara de la mesilla de noche, con un cerdo en albornoz, también es de Sowa.

Helena Celdrán

1 comentario

  1. Dice ser ana...

    Admito mi más completa ignorancia acerca del senior Michael Sowa.
    Debo decir que el solo echo de que ni “siquiera tenga una página web” ya me cae simpático… (No que esté en contra de las paginas de web) sino que admiro la gente que lucha contra-corriente.
    Como desconocedora de su trabajo solo puedo opinar sobre estés 3 cuadros presentados aquí.
    Febrero…me encantó! Mientras el dueño trata de enterarse de lo que pasa afuera entre las líneas de un periódico, el gato se va a la ventana a soñar con otros horizontes… en este caso, pingüinos voladores.
    Los otros dos cuadros, yo los defino… ¡como la vida misma!

    27 abril 2011 | 08:48

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