Tengo una amiga que anda preocupada por si se le cae un árbol que tiene en el jardín de su casa. Está un poco inclinado y planea de soslayo sobre el tejado de la vivienda.
Probablemente no se caerá de la noche a la mañana, pero con los sustos que están dando algunas ramas en las calles de Madrid le ha entrado el agobio y quiere acabar con él. Receta drástica y sobrevenida.
Tanto como la que va a aplicar el Ayuntamiento de Madrid: va a analizar uno a uno el estado de los dos millones de árboles que nos dicen que hay en Madrid. Ya… y voy yo y me creo que así, inmediatamente, se van a poner a comprobar cómo están las ramitas y raíces de todos y cada uno de ellos.
Más valdría haber hecho menos recortes (presupuestarios) en conservación del arbolado que echarse ahora al monte a buscar de repente el árbol inclinado que amenaza con caerse.