El pasado viernes 22 de marzo, el Gobierno dio el visto bueno en Consejo de Ministros al texto del Anteproyecto de Ley de una nueva reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, una modificación definida como «urgente y puntual» por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Asimismo, se anunció el inicio de un período de información pública y de debate con las partes interesadas, un proceso de diálogo que durará entre 2 y 3 meses y tras el cual se iniciará el trámite parlamentario para la aprobación definitiva de la modificación.

Los puntos de la reforma anunciada por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, se corresponden punto por punto con el borrador del anteproyecto filtrado hace una semana: mayor capacidad de acción de la Comisión de Propiedad Intelectual contra las webs de enlaces, endurecimiento de las multas, redefinición del concepto de propiedad intelectual y mayor control de las entidades de gestión.

El ministro quiso dejar claro que la reforma, en lo referente a la lucha contra la piratería, busca acabar con la actividad de aquellos que se lucran mediante la vulneración masiva de la propiedad intelectual, es decir, «tanto alojadores como facilitadores de enlaces» y al mismo tiempo «excluir a los que de forma ocasional y no maliciosa facilitan información sobre el acceso a esos contenidos ilícitos».

“La cultura y la propiedad intelectual valen un dinero”

La Directiva 2004/48/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, se refiere a las medidas y procedimientos destinados a garantizar el respeto de los derechos de propiedad intelectual.

Salva Codinach, músico y miembro de Ruidoblanco, piensa que es necesario un cambio de legislación que controle la industria de la música.

“En España, que es lo que más conocemos nosotros, desde luego ha cambiado la industria y el consumo de la música y de la cultura en los últimos años. Tampoco creo que todo el problema venga por la piratería exactamente y  que los culpables sean únicamente los consumidores o los que piratean.

Creo que se trata de que haya una legislación que controle esto de alguna manera y sobre todo que culturalmente la gente entienda que la cultura y la propiedad intelectual valen un dinero. Si se deja de pagar por eso, los que hacemos esto no podremos seguir haciéndolo  y nos dedicaremos a otra cosa que nos de dinero”.