Desde los atentados suicidas que tuvieron lugar el 11 de Septiembre de 2001 en los Estados Unidos, las medidas de seguridad en los vuelos se han incrementado ostensiblemente.
Para viajar al país norteamericano, por ejemplo, el interminable vuelo trasatlántico (de unas ocho horas de duración) parece corto en comparación con la espera en la aduana. Pasaporte y autorización de entrada cumplimentada, que también tiene que solicitarse por Internet (previo pago), los turistas empiezan su peregrinaje para poder entrar en Norteamerica. Al menos una hora en la que tras mostrar el pasaporte al agente aduanero, tomar las huellas dactilares de ambas manos, ser fotografiados y contestar a un breve cuestionario sobre el motivo de la vista, el visitante logra poner pie en suelo norteamericano.
Además, el 20 de diciembre del 2005 la Administración para la Seguridad en el Transporte (TSA) introdujo nuevas estrategias de seguridad en sus aeropuertos, que incluían controles exhaustivos al azar y dejaban a un lado la «rutina» desarrollada hasta el momento.
“Creo que la norma con los equipajes de viaje es demasiado estricta”
Iñigo Gómez, pasajero de avión, denuncia que los cacheos indiscriminados hacen sentir a los pasajeros como si fueran sospechosos. El Reglamento (CE) nº 2320/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de diciembre de 2002, establece normas comunes para la seguridad de la aviación civil.
“A nadie le gusta que le cacheen en los aeropuertos, pero por seguridad se ha convertido en lo más normal del mundo, especialmente en Europa. Viajé el año pasado a Londres y por las prisas olvidé sacar de la maleta mis útiles de aseo. Como premio, tuve que dejar el desodorante, el gel, el champú y una colonia en el aeropuerto de Santander.
Aparte de las malas formas del funcionario, lo que más me fastidió fue quedarme sin la colonia de 150ml que llevaba y que me habían regalado. Al parecer, solo se permite llevar hasta 100 mililitros de líquido, si quería recuperarlas, se ofrecían a dejarlas en depósito, pero como no viajo habitualmente a Santander, mis cosas se quedaron allí junto a otros miles de frascos y botes. En total, productos que valían más de 100 euros.
Está bien que se persiga el delito y se haga lo posible por evitar ataques, pero creo que la norma de los equipajes de mano es demasiado estricta. No debes sentirte como un sospechoso solo por viajar en avión, que es como me han hecho sentirme alguna vez con esos cacheos indiscriminados gracias a actitudes de los funcionarios que a veces rayan la mala educación”.
Programas de seguridad que incluyen criterios por raza
En Israel, por su parte, se desarrolló el programa Revisión de pasajeros a través de técnicas de observación (SPOT). En el programa se enseña a los funcionarios de aviación, a detectar comportamientos anormales entre los pasajeros como llevar abrigos cuando hace calor con la intención de ocultar bombas debajo o gente con actitudes nerviosas. Aunque algunas organizaciones defensoras de los derechos civiles ya se han quejado de que el programa incluye la selección de algunos perfiles por la raza de los pasajeros.