Varias personas con diferentes grados y tipos de discapacidad muestran desde este martes 19 de marzo y hasta el próximo jueves en el Parlamento Europeo que trabajan y son rentables gracias a la utilización de las nuevas tecnologías accesibles y la puesta a su disposición de puestos de trabajo perfectamente adaptados.
Durante tres jornadas, una joven con discapacidad intelectual, otra con una discapacidad física severa y una mujer ciega muestran su trabajo cotidiano, que ejercen en España en empresas de la ONCE y su Fundación, gracias a su esfuerzo diario y a la apuesta de la Organización por la inclusión laboral de personas con discapacidad, con la colaboración del Fondo Social Europeo.
Además, en el hall del Parlamento Europeo, permanecerá una exposición en la que se puede comprobar cómo las tecnologías, si son accesibles, permiten avanzar en materia de educación, formación, empleo o información o, de lo contrario, suponen una barrera insalvable para gran parte de la población, entre ellos las personas con discapacidad.
Por ejemplo, uno de los trabajadores que acude a Bruselas pertenece a la empresa de Fundación ONCE Technosite (especialista en accesibilidad y usabilidad de portales web). Con su voz y el movimiento de los párpados se comunica con el ordenador, en el que trabaja gestionando, precisamente, una web de iniciativas de empleo para otras personas con discapacidad. Acciones similares ocupan a los dos otros trabajadores, siempre apoyados en tecnologías accesibles que les permitirán incluso teletrabajar desde Bruselas como si estuvieran en su oficina de Madrid.
Y sin embargo, en un puesto cercano, se puede comprobar cómo la falta de accesibilidad de muchas web, algunas de ellas públicas y de servicio al ciudadano, impiden a las personas con discapacidad acceder a ellos y suponen un obstáculo insuperable que les aísla y les diferencia del resto de la sociedad.
Tres puntos más de paro
Como cualquier otro trabajador, las personas con discapacidad plantan cara a la escasez de ofertas de empleo, sin embargo en su caso, a esto se suma una dificultad: hacer frente a la discriminación que a menudo experimentan por prejuicios y falsos estereotipos.
Las cifras hablan solas: la tasa de paro del colectivo a finales de 2010 era del 23,3%, frente al 20,3% de la del resto de la población. Pero la diferencia mayor la encontramos en la tasa de actividad: mientras que un 75,9% de la población general es activa, en el caso de las personas con discapacidad la cifra desciende hasta el 36,2%, es decir, es 39,7 puntos porcentuales inferior.
Ello demuestra que muchas personas con discapacidad no confían en la posibilidad de encontrar empleo y ni tan siquiera lo intentan.
Pero también da cuenta de otra conclusión: las que sí buscan trabajo (ese 36,2%) lo hacen porque verdaderamente tienen ganas de encontrar una ocupación y orientan todos sus esfuerzos a tal fin.
A diferencia de lo que podría suceder con el resto de la población, entre los demandantes de empleo con discapacidad no hay lugar a la dejadez o a la desidia, sino que se caracterizan por la tenacidad, el esfuerzo y la orientación a resultados.
No hay que olvidar que muchos de ellos podrían vivir del subsidio que reciben, y que si desean trabajar es porque realmente quieren demostrar su valía y contribuir al desarrollo social.
Así pues, las personas con discapacidad activas están apostando por ofrecer un valor extra en las entrevistas de trabajo: una mayor formación homologada y apta para competir en el mercado laboral.
Ello explica que la gran mayoría de los encuestados en paro, en concreto, un 66,7%, esté mejorando su CV a través de cursos que le abran las puertas del empleo y hagan que su discapacidad pase desapercibida en los procesos de selección.
Probablemente esta preparación cada vez mayor sea la responsable de que 2011 fuera el año récord en la contratación de personas con discapacidad: 62.084 según el Observatorio Estatal de la Discapacidad, un incremento del 1,6% con respecto a 2010. Además, un 23,9% de estas contrataciones fueron indefinidas
«Todavía queda mucho que hacer»
Pablo Beiro es concejal del Ayuntamiento de Vigo y Presidente del AMFIV (Asociación de Minusválidos Físicos de Vigo). Beiro agradece la existencia de la Directiva 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación, pero es consciente de que aún queda mucho camino por recorrer.
La Directiva de la Unión Europea relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación es la base para luchar contra la discriminación y aplicar el principio de igualdad de trato. Resulta fundamental contar con marcos regulatorios que fomenten la igualdad y el hecho de ser europeo resulta muy ventajoso en este campo.
La profesionalidad es la característica por la que se debe medir a las personas, y regulaciones como ésta garantizan el reconocimiento de la valía de las personas sin tener en cuenta sus limitaciones.
Este es el camino por el que debemos seguir trabajando, porque todavía queda mucho por hacer contra la discriminación laboral.
María Ferreras asegura que es impresionante ver cómo se esfuerzan las personas discapacitadas con trabajo para hacer las cosas bien.
Sí que hay ayudas para integrar a personas discapacitadas. Tengo un amigo que emplea en su fábrica a discapacitados psíquicos y está muy contento con ellos. He ido a verle y te aseguro que es impresionante verles trabajar y ver cómo se esfuerzan para hacer las cosas bien.
Ellos se sienten integrados y dentro de sus limitaciones se consideran útiles, porque están en compañía de otros trabajadores y ven que todos fabrican el mismo producto. Antes tenía sus dudas por si iban a responder bien, pero ahora está encantado con ellos.