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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Lady Gaga estará en la quinta temporada de American Horror Story

Medios como Deadline y TVLine lo adelantaron, y ella misma lo ha confirmado. Lady Gaga estará en la quinta temporada de American Horror Story, y no como invitada: será una de las actrices principales. Así lo aseguran desde Estados Unidos, aunque la cantante aún no ha revelado cuál será su rol ni qué le ha encargado el creador, Ryan Murphy.

Archivo 20MINUTOS

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El fichaje de Gaga, además de ser muy atractivo, puede servir para que la serie dé el giro que necesita. Y es que a la más que probable ausencia en esta quinta entrega de Jessica Lange, se suman dos últimas temporadas que no calaron en crítica y el público. El desastre de Freak Show no ha servido para olvidar lo aburrida que fue la historia de las brujas de Coven.

Para combatir el sopor parece que llega Lady Gaga a la serie. Antes, sus trabajos en ficción se habían reducido a un capítulo de Los Soprano y al filme Machete Kills.

La quinta temporada de AHS está envuelta en el secretismo, como sus predecesoras. Solo sabemos que se llamará Hotel, y los rumores apuntan a lo típico (hotel con fantasmas, asesinatos, puertas que se abren solas, etc). Por el bien de su criatura, espero que Ryan Murphy sepa cómo darle la vuelta para recuperar la confianza de los espectadores.

Veremos qué puede ofrecer la artista a una serie tan discutida últimamente. A lo mejor vuelve a los trajes de carne. O se presta a cosas peores, dada la locura que cabe en esta serie.

Condena a la hoguera para American Horror Story: Coven

El temido bajón de una serie llega cuando menos lo esperamos. Que comience la decadencia de una ficción que hasta entonces considerábamos como una de nuestras preferidas es un momento al que nadie quiere hacer frente. Porque, aunque parezca una tontería, pierdes algo que ya formaba parte de tu vida. Y sí: las series, como las películas, la cultura en sí, son imprescindibles en nuestro día a día.

Ese momento parecía que nunca iba a llegar a American ah2Horror Story. Su gran primera temporada, y su aun mejor y excelente segunda, Asylum, solo permitían pensar que el asunto iría a mejor. Que Ryan Murphy seguiría sorprendiéndonos con el paso de los años, regalándonos cada año terror light cargado de intriga, humor y emoción. Hasta que hemos visto Coven. Y la magia, como suele ocurrir en una relación de pareja, se ha evaporado. A nuestro pesar.

La tercera entrega de AHS no ha sido lo adictiva que acostumbra. Por supuesto, mucho menos interesante que sus predecesoras. Tenía mucha esperanza depositada en esta nuevo argumento sobre brujas, Salem y magia blanca y negra, dado que confiaba en que esta apuesta tan ambiciosa le saldría bien a Murphy.

ah4No ha sido así. Pero no me atrevo a decir que Coven sea mala. El problema es que en comparación con las dos anteriores entregas sale muy mal parada. Si ésta hubiese sido la primera temporada, diríamos que ha sido la hostia. Pero es que las otras fueron tan bestias que es normal que esperásemos más. Lo que provoca que la tenga que condenar a la hoguera.

Y es que todo apuntaba a que nos íbamos a topar con una genialidad. Continuaban las maravillosas Jessica Lange y Sarah Paulson, esta vez como madre e hija; la primera como la bruja Suprema de su coven (o aquelarre) y la segunda como la encargada de la escuela en la que instruir a las jóvenes brujas que no son conscientes del poder que poseen. Todas ellas, interpretadas por actrices jóvenes y de un talento descomunal. Hemos podido ver a una Taissa Farmiga con una vagina asesina (sí, eso es una putada); a Emma Roberts con poderes psíquicos; o a una muñeca vudú gigantesca a la que daba vida Gabourey Sidibe.

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Pero es que en Coven además ha estado Kathy Bates. A nadie se le podría ocurrir mejor actriz para una serie de este tipo. Su propia trama ha sido la más truculenta de todas. Delphine ha sido uno de los personajes más crueles que ha pasado por AHS junto al doctor nazi de Asylym. Y su lucha con Marie Laveau (Angela Bassett), y los poderes que ha desplegado esta última, sí que nos han asombrado. ¡Si hasta ha aparecido un actor de The Wire!

Con semejantes recursos lamento decir que todo ha sido muy predecible. Y admito que he sentido una decepción con estos 13 episodios. Las críticas comenzaron pronto, con los primeros capítulos. Era de los que creía que daría un giro inesperado que nos estremecería, tal y como ocurrió en 2011 y 2012.

ah3Sin embargo, aquí los misterios se intuían, y para nada han pasmado (o plasmado, que diría Labrador) como los de años anteriores, tales como la identidad de Bloody Face o la de aquel que le arrancaba el brazo a Adam Levine, o por qué ocurría todo aquello en la mansión de los Harmon.

El maquiavelismo de Fiona Goode no ha enganchado. Tampoco las vicisitudes de su hija Cordelia, que hasta se queda ciega y acaba siendo la ganadora. Ni los retos y dilemas de las jóvenes brujas (Madison tiene una maldad creíble, pero no ha sido suficiente). A la vez, el resto de personajes ha pasado sin pena ni gloria.

Lo mejor, como casi siempre en AHS, han sido sus ápices de humor (BALENCIAGA!) y la originalidad de la historia. Pero los guiones no han dado más de sí. Y ha sido una pena. Las brujas no han estado a la altura del manicomio y la mansión encantada. Y eso es así.ah

Pero American Horror Story ya tiene ese poder de engancharnos haga lo que haga. Por eso he seguido viéndola, y con mucho gusto aunque me haya decepcionado. Y volvería a hacerlo, simplemente porque necesito saber qué se inventa Ryan Murphy.

Seguro que en la cuarta temporada mejora. Esta serie ya ha demostrado saber compensarnos como ninguna. Pero Coven ha patinado, y merece la hoguera.

La reinvención del terror en American Horror Story: Coven

Antes de leer, estaría bien que hubieses visto el primer episodio de AHS: Coven.

El miedo es un sentimiento. No tiene aparente explicación. Y lo hay de muchos tipos, todos ellos enmarcados dentro de fobias o sugestión; tenemos el miedo a las alturas, a ciertos animales (incluso a comidas), a conducir… Luego está el miedo ficcionado. El cinematográfico, que cada vez es más previsible; el escrito, que pase lo que pase no habrá sensación de más terror que leyendo un libro; o el de la radio, el mejor/peor de todos, para el que hay una frase que lo define: “El miedo radiofónico no se explica; se siente”. A esta lista se unió hace poco el de American Horror Story, que es otro tipo de desasosiego. Uno delicioso y que te atrapa a cada segundo. Coven6

Como socio fundador y único miembro (por ahora) de Miedosos S.A., al ser tan cagón como para subir corriendo las escaleras de casa hasta mi habitación por la noche y cerrar la puerta sin mirar atrás, por mis paranoias de que si alguien me persigue mi puerta de madera infranqueable y mis sábanas me protegerán, tenía ciertos reparos hacia American Horror Story. A riesgo de ser redundante, temía que me diese miedo. Obviamente luego no fue así, con la excepción de los primeros minutos de temporada, que suelen tener alguna pincelada de terror. Pero nada exagerado y soportable hasta para mí.

Coven4La serie de Ryan Murphy regresó este miércoles y reventó todas las audiencias en Estados Unidos. Y no es para menos, dado que es el paradigma de lo que debe aportar una ficción de entretenimiento. Entre esas características, que muy pocas logran alcanzar, están que te permite desconectar, que estás solo pensando en lo que ves durante sus algo más de 40 minutos, y que ofrece una trama inédita y adictiva. La mayor parte de este mérito la tiene su creador, ese prestidigitador del guión que es capaz de alumbrar una idea como esta a la vez que otra totalmente distinta como es Glee.

American Horror Story no es una serie purista al género de terror. Y creo que nunca la vendieron como tal, sino que nosotros mismos nos hicimos a la idea de que iba a ser así. Pero su estética y su ambiente la visten de esa manera, a la vez que no busca el susto permanente ni el acojone con cada escena. ¿Qué es, entonces? Si me tengo que atrever con una definición, diría que es una historia buenísima, de las de contar a la luz de una hoguera, con tintes gores, y en la que nada ni nadie es lo que parece. Una reinvención del miedo.Coven3

Este último punto es del que bebe la mayor parte de los capítulos, en los que la intriga y el misterio prevalecen por encima de todo. Es esa tensión, que a veces cala los huesos, la que la hace tan imprescindible. En la primera temporada todos estábamos pendientes y con la boca abierta en cada capítulo para intentar averiguar qué estaba pasando en esa mansión de Dylan McDermott y Connie Britton. La segunda, con la identidad de Bloody Flace, la aparición de su hijo que era igual o peor que él, y los métodos Mengele del doctor Arden (James Cromwell), que además alimentaba a unas bestias que él mismo había creado, aumentó la calidad y el nivel de esta ficción tan particular. Aunque lo que todos queríamos saber era otra cosa: ¿Qué o quién le había cortado el brazo a Adam Levine?

Coven2Ahora en esta tercera se pasan a las brujas. En Coven (aquelarre) se hace un homenaje a las historias de Salem; a los cuentos en los que estas mujeres con poderes buscaban la forma de ser jóvenes eternamente a la vez que trataban de no ser descubiertas. Un hilo argumental que recuerda a La maldición de las brujas, esa película de Nicolas Roeg de los 90 que a algunos nos marcó parte de la infancia, y donde Anjelica Huston contribuía a reescribir la historia sobre estas mujeres de fantasía oculta.

Pero AHS no sería lo mismo sin sus saltos temporales. Sus escarceos con la historia son otro punto a favor. Mostrar dos líneas argumentales de otras tantas épocas distintas causa que estemos aún más enganchados, ya que eso aumenta los secretos y misterios de cada trama (que no son pocas) y personaje.

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Estos últimos también vuelven a ser excelentes. El regreso de la bella Taissa Farmiga, que ya demostró en la primera entrega lo gran actriz que era a pesar de su juventud, marcará toda la temporada. Y es que esta chica tiene un don que evita que le quites el ojo, ya que sabes que algo va a pasar siempre que esté presente. Tampoco podían faltan Evan Peters, Sarah Paulson y Jessica Lange, que siempre regalan papeles inolvidables, a los que se suman debutantes en la saga como Gabourey Sidibe (nominada al Oscar por Precious) y Emma Roberts. Y si a todo esto le sumas la incorporación de Kathy Bates, que puede que sea la actriz a la que más le pegan este tipo de temáticas, Ryan Murphy va camino de otra obra maestra. Por sus actores y por sus ideas, que siempre evolucionan hasta el punto de lograr la adicción y la necesidad de ver el siguiente capítulo.

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Tampoco hay que quitar ojo a esos personajes que parece que están ahí porque hacen falta extras pero que luego resultan ser determinantes. Veremos a ver qué pasa con el mayordomo de la Escuela de para niñas extraordinarias, en la que se desarrolla gran parte de la trama, y donde Cordelia Foxx instruye a las jóvenes brujas (una con una vagina asesina, otra con telequinesis, la que es una muñeca vudú, además de la clarividente) que no saben controlar su poder. O con las aspiraciones de eterna juventud de La Suprema, que hasta recupera a los que deberían estar muertos para llevar a cabo sus planes. Aunque puede que estos se vean entorpecidos por esa hechicera negra tan misteriosa.

El de AHS ha sido un regreso magistral en el que se bromea con los tópicos, como los de que las brujas tienen la nariz larga y puntiaguda y están llenas de verrugas o que van montadas en una escoba. Y aquí te ponen a la maravillosa Jessica Lange para pisotear lo que nos han contado desde que éramos pequeños. En definitiva, una reivindicación de la ficción fantástica en la que se reclama la magia negra y el vudú como recurso para hacer buenos productos de entretenimiento.

American Horror Story son 40 minutos de inmersión televisiva. Es la serie que hay que recomendar a cualquiera que te caiga bien. Sin más.