Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Y a la cuarta temporada, Homeland resucitó

Aunque no hay spoilers, las pistas están por todo el post. Tú mismo 🙂

La tercera temporada de Homeland fue malísima. Su objetivo principal, más allá de las tramas sobre lo que era Brody y su relación con Carrie, era ponernos en el brete de no saber quién era el bueno y quién el malo. La dicotomía entre yihadistas y estadounidenses era lo que hacía de la serie de Showtime una de las más grandes que habíamos visto. Nos hacía pensar.4

Todo esto se esfumó en los capítulos emitidos en 2013. Esto le costó entrar en la lista de las peores del año. De repente, los americanos eran buenísimos y los únicos malos estaban en Oriente Medio. Los guionistas habían tomado partido, cuando su mayor éxito fue lograr que nos comiésemos la cabeza decidiendo a quién apoyaríamos. Pero ahora, con su obligada reestructuración en guión, argumento y escenarios, ha vuelto a sus orígenes. Su cuarta temporada no tiene nada que ver con lo que vimos el año pasado. Ha resucitado.

3Marcharse a Pakistán y Afganistán es lo mejor que le podía pasar. Trasladar las tramas a los lugares donde Estados Unidos realizaba esas acciones que provocan consecuencias en su propio territorio nos permite ver una serie totalmente distinta. Porque hasta ahora la trama nos mostraba la vida cómoda de los que ordenaban los ataques de drones a miles de kilómetros del objetivo, salpicada con algún viaje que siempre salía bien para los agentes de la CIA. Ahora, los protagonistas viven de primera mano qué ocurre cuando la llamada «guerra contra el terrorismo» se desata. Que se lo digan a Corey Stoll.

Para los que visteis la tercera temporada y os sentisteis decepcionados: no, no estoy loco. Os prometo que los dos primeros episodios de la cuarta entrega rompen con la bazofia que vimos hace un año. Yo mismo pensaba que la chaladura se había instalado entre los críticos de Estados Unidos cuando leí que calificaban su regreso como «lo mejor de toda la serie». No diría tanto, pero su episodio doble sí me ha recordado a los grandes momentos de la primera y segunda entrega.Episode 401

Y es que todo vuelve a estar en su sitio. Carrie regresa a esa inestabilidad por la que Claire Danes nos enamoró. Saul (Mandy Patinkin) está envuelto de nuevo en ese misterio que le hacía tan especial, y Quinn (Rupert Friend) gana el peso que muchos reclamábamos. Los nuevos personajes parecen ocultar más de lo que muestran, lo que aumenta las expectativas. Además, ha desaparecido esa trama romántica y absurda que nos agotó entre los dos protagonistas. Lo que de verdad nos atraía de su relación es que no tenía futuro, que en realidad era un drama. Transformarla en una historia azucarada le restó todo el interés. Y eso que acabó como todos esperábamos.

Homeland, season threeEn general, todos vuelven a encajar en una ficción que ha recuperado la intriga y ese misterio que nos impide saber qué va a pasar.

Pero lo mejor de todo es que no se echa en falta a una de sus piezas principales. Hace un par de años pensábamos que sin Brody no podía haber serie. Que la serie dependía tanto de él que eran impensables unas tramas en las que su honor mezclado con venganza no marcase los tiempos. El tiempo y el buen giro que de la historia han demostrado lo contrario. Y menos mal que se ha largado (aparentemente), porque lo intensito que se puso era para pegarle un par de bofetones.

Con la desaparición de la mugre de hace un año, y retomando ese dilema de si tenemos que ir con los americanos o los yihadistas, Homeland va camino de volver a ser lo que era. Es cierto que ya no habrá un soldado que se convierte en terrorista para vengarse por una muerte causada por su propio país. Pero esto al final también era un corsé. Mantener al personaje de Damian Lewis cuando la trama que se ideó para él estaba extinta creo que contribuyó a cargarse la serie. Y ahora, sin él, parece que todo se ha desmelenado.5

El que quiera ver en Homeland lo de las primeras temporadas a nivel de personajes y sus relaciones acabará decepcionado. Pero el que busque ese choque emocional que provocaba el enfrentamiento entre EEUU y el terrorismo islamista, ese en la que no se sabe muy bien quiénes son las víctimas y los verdugos, se alegrará mucho de retomarla. ¿Eran buenos los americanos cuando bombardeaban zonas llenas de civiles con el objetivo de aniquilar a un líder terrorista? ¿Lo eran los islamistas por buscar hacer todo el daño posible en su guerra santa o por venganza de los ataques del imperialismo? ¿O ambos eran malos y están en una guerra que acabará por destruirles a los dos? Las dudas han vuelto, y con ellas una gran serie.