Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Me gusta este Juego

Admito que suelo ser uno de esos que se leen un libro conocido antes de que se estrene la peli. Sí, soy de esa especie tan odiosa que, creyendo que es su obligación, debe conocer mejor la historia que el resto antes de verla en una pantalla gigante.

Con las series me ha pasado lo contrario: he leído la historia después de ver la adaptación televisiva. Eso hice con Crematorio, la que fue, es y será la mejor ficción española de la historia, ya que leí el libro de Rafael Chirbes tras pasármelo genial con la adaptación que hicieron los hermanos Sánchez-Cabezudo. Y ahí lo dejo, porque si me pongo a hablar de José Sancho y el papel que hizo…

Volviendo al tema, hice igual con Canción de Hielo y Fuego, los libros de Juego de Tronos. Y hace unos tres meses acabé Tormenta de Espadas, el tercer libro de la saga y cuya primera parte hemos visto en la tercera temporada de la serie, que finalizó el domingo pasado en Estados Unidos. Y que, como era previsible, ha superado a las dos anteriores. O a mí, al menos, me gusta este Juego más que ningún otro.

A esto ha contribuido la consolidación como protagonista absoluta de Daenerys (Emilia Clarke), personaje preferido por todos, y a la que todo el mundo llama ‘madre’. Su presencia eclipsa al resto de una manera que no se veía desde que Messi retiró a Ronaldinho. Algo que, aunque ella disfruta porque cada vez le salen más admiradores, hace sufrir a otros.

Porque todos hemos sido en algún momento de nuestra vida Jorah Mormont. El pagafantas del mar Angosto no soporta la idea de quedarse sin la khaleesi, a la que quiere, ama, venera y desea. Pero todo esto no le sirve de nada, y sigue sin comerse una rosca. Y para rematar, van y se lo ponen más difícil (y ahí me quedo, para no spoilear). A Mormont hay que entenderle: yo tampoco querría que la ‘Madre de dragones’ fuese eso, mi madre. La querría como novia y mamá de mis hijos. Y quién no.

Jorah

Uno al que me gustaría ver en pantalla junto a Daenerys, aunque sea prácticamente imposible por el desarrollo de la historia, es a Ramsay Nieve. El papelón de Iwan Rheon es de los que jamás olvidas por todo lo que transmite sólo con sus ojos. Sólo necesita eso para dejarnos claro que es un psicópata, un sádico y un torturador que mete miedo en el cuerpo, ayudándose además de su sonrisa socarrona. Pero de esto sabe mucho más Theon Greyjoy.

El sufrimiento de Sansa, la odisea de Arya, el ‘choca esos cinco’ de Jaime Lannister, la tirante relación entre Lord Tywin y Tyrion, el amor cruel de Jon Nieve e Ygritte, la valentía de Samwell o las veleidades proxenetas de Margaery Tyrell han sido otros de los aspectos que merecen ser destacados de algunos personajes. Es decir, de los que quedan vivos, que a este paso vamos a acabar como el Congreso de los Diputados en los días previos a un puente: sin presencia humana.

Porque sí, en esta temporada, como en el libro, es en la que más personajes emblemáticos caen en desgracia. George RR Martin lo ha avisado siempre: no quiere ser predecible. Y hasta es capaz de generar una tristeza sin igual o una indignación exagerada, como pasó con la Boda Roja en el episodio 9 de esta temporada, y cuyas reacciones nos alegraron el Youtube recientemente. Y sí, repito: hay gente indignada con lo que ha pasado en una serie de ficción adaptada de un libro basado en un mundo de fantasía que recuerda a la Edad Media. Y hasta han escrito o han grabado vídeos sobre lo mal que les ha sentado una matanza ficticia. ¿Qué narices es eso? Anda que no tenemos donde elegir para indignarnos y preocuparnos. Y nos vamos a lo más trivial.

Para el año que viene queda lo mejor, y para los próximos la cosa parece que solo puede mejorar, ya que David Benioff y D.B. Weiss se están esforzando para que así sea. Y ya os aviso, desde mi experiencia privilegiada de haber leído tres de los libros. ¿Lo habéis pasado mal en esta temporada? Pues preparaos para lo que se avecina. El ‘Rosario de la Aurora’ que tanto mencionaba mi abuela cuando pasaba algo malo es una broma comparado con los capítulos de los años venideros.

Todo ello en medio de rumores de precuelas, parones de la serie, posibles reducciones de personajes, que el rodaje de la serie alcance a los libros ya publicados, o mi preferida de la retahíla: los que se empeñan en matar a RR Martin y están convencidos de que no acabará de escribir la historia. Pero, ¿por qué se va a morir? Sí, está obeso, es sedentario y no se priva de nada… Vale, igual hay razones para pensarlo, pero no tiene que ser así. El hombre sólo tiene 64 años, y hay que ser optimistas. Mientras se encuentre bien y acabe los libros, por mí como si le da al cochinillo en el desayuno, la merienda y la cena. Porque alguien que se inventa platos rarísimos para que se los coman sus personajes de fantasía, a dieta no se va a poner. Y menos aún porque se lo digan en el interné.

Un post dedicado a David Yagüe.