Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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El adiós prematuro de Boardwalk Empire

Son pocas las series que terminan cuando están en su mejor momento. Esto, que puede interpretarse como una ventaja al marcharse en su etapa de máximo apogeo para dejar el mejor recuerdo posible, también nos arrebata futuros capítulos que serían tan buenos como los que hayamos visto. Boardwalk Empire lleva solo dos capítulos de su quinta y última temporada, y solo con estos ha quedado bien claro que no era su momento para irse. Que la HBO se equivoca dejándola escapar de esta manera. Y que nos van a fastidiar por provocar su adiós.1

La serie ambientada en la etapa de la ley seca en Estados Unidos (1919-1933), y que se ha convertido en la mejor para conocer la evolución de varios gánsters míticos como Al Capone, Lucky Luciano o Meyer Lansky, llegó a nuestras vidas en 2010 para quedarse durante muchos años. No digo que hubiese hecho falta estirarla hasta las 10 o 12 temporadas. Pero es que ha sido de las pocas en superar la barrera psicológica de la tercera o cuarta temporada. Ahí es cuanto todas empiezan a flojear y a ofrecer signos evidentes de desgaste, ya sea porque las ideas escasean o las tramas no dan para más. Tim Van Patten, Terence Winter y todos los que están detrás saben que tienen un diamante en bruto, capaz de relatar decenas de historias bajo el mismo fondo gracias al componente histórico. Y lo han exprimido en estos años.

2¿Por qué se marcha Boardwalk Empire? La razón oficial es que hubo un acuerdo entre la cadena y los responsables de la serie para finalizarla un año antes de lo previsto, ya que todo apuntaba a que tendría seis temporadas. La oficiosa es que no se ha convertido en un súper producto con un impacto internacional que provocase conversaciones todas las semanas. La HBO quería que fuese la nueva Los Soprano, que se acercase al nivel mediático de la ficción creada por David Chase. Y pedirle eso a cualquier serie es como querer encontrar el monstruo del Lago Ness. Hay que estar muy loco para poner esa exigencia encima de la mesa.

Aún con el listón imposible que tenía, Steve Buscemi y el resto del reparto han realizado interpretaciones soberbias y cargadas de calidad, hasta el punto de dejar varias escenas para el baúl de lo mejor que se ha podido ver en televisión. Las decenas de secundarios que han ido pasando por sus capítulos han dejado huella a su manera. Sería difícil quedarse con solo uno en otras circunstancias, pero el Gyp Rosetti de Bobby Cannavale en la tercera temporada necesitó solamente 12 capítulos para ser uno de los mejores villanos de la televisión en estos últimos años. Que  ganase el Emmy era una cuestión de justicia, y que se esté haciendo un hueco en Hollywood, evidente.p191dfsoegh9k11p9ml11vqr1rof7

El caso de Cannavale caso no es único: en Boardwalk Empire solo participan bestias interpretativas. Ahí tenemos a Michael Shannon (Nelson Van Alden), Kelly Macdonald (Margaret Thompson), Vincent Piazza (Luciano), Stephen Graham (Capone), Michael Stuhlbarg (Arnold Rothstein), Patricia Arquette (Sally Wheet), Michael Kennet Williams (Chalky White) o Jack Huston (Richard Harrow). Solo se consiguen semejante elenco con un equipo de genios detrás de las cámaras, empezando por Terence Winter y acabando por Martin Scorsese y Mark Whalberg.

3Elegir 1931 para la despedida, cuando todas las cartas están sobre la mesa y la mayoría de los jóvenes aspirantes que hemos ido conociendo ya son unos criminales hechos y derechos ha sido el otro acierto. El primer episodio de esta quinta entrega, dirigido por Tim Van Patten (quién si no), es de esos que hay que venerar y poner cómo ejemplo de lo que es buena televisión. El poder de los personajes y su manera de ejecutar los guiones provocan una historia dramática en la que la acción aparece en su justa medida, sin romper con el ambiente que emociona y pone los pelos de punta. El segundo quizá no haya sido tan impactante, pero la dinámica de contarnos cómo creció Nucky Thompson y los hechos del presente indican que nos están preparando el terreno para algo muy fuerte. Vamos, que va a morir hasta el apuntador. Porque nadie puede discutir que los asesinatos y ajustes de cuentas de la serie son de los mejores que se han realizado.

No podemos hacer más que disfrutar de la que ha sido una de las mejores series de su generación. Que no se haya llevado premios no significa que sea peor que las que sí. Y quien piense que es una simple historia de mafiosos y violencia no tiene ni idea. La carga dramática de la mayoría de escenas es superior al 90% de lo que se emite actualmente. Lo malo es que al final el nivel mediático, que no las audiencias, acaba pesando. Lamentablemente, sospecho que Boardwalk Empire va a ser la nueva Deadwood: la gente se va a verla y a encumbrarla cuando ya haya muerto. Un reconocimiento merecido, pero tardío y triste.

Muchos tiros y poca historia en la entretenida Mob City

De todo lo que se ha hecho sobre la mafia estadounidense, que ha abarcado desde los años 20 a la época actual, aún nos faltaba conocer los entresijos de los líderes criminales cuando ya se habían hecho un nombre y atesoraban el poder. En Boardwalk Empire nos cuentan el primer segmento, cuando los capos aún eran aspirantes a gánster. La que reflejó una posible etapa contemporánea no necesita presentación: Los Soprano.

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Pero esos años de auge, donde la brutalidad y la impunidad formaban parte de la rutina, no habían sido recogidos en una serie. El único testimonio que se asemejara fue El Padrino, con la repercusión que todos conocemos y que la llevó a ser mejor película de la historia. Aunque también sentó un precedente nada sano, pero a la vez necesario: estaba tan bien hecho que no íbamos a admitir cualquier cosa. Su factura era impecable, las interpretaciones eran incalificables (por buenas) y sus historias, inolvidables. Todo lo «in-» que se nos ocurra de forma mayestática vale para la trilogía de Coppola. Y si el ambiente sumerge, pero no llega a subyugar, no te acaba de convencer. Por una tontería así, se puede echar por tierra una serie. Aunque la idea sea buena y su ejecución correcta. Es lo que ocurre con Mob City.

Mob3La última creación de Frank Darabont tras su abrupta salida de The Walking Dead cuenta la lucha entre policías y mafiosos en Los Ángeles durante los años 40, esa década en la que mangoneaban lo que querían y mataban ídem. Los personajes son ilustres: Bugsy Siegel, Meyer Lansky o Mickey Cohen forman un tridente tan mortífero como el del Barça de Rijkaard. Y aunque parecen imparables, hubo policías que se atrevían y querían acabar con ellos.

Basada en el libro L.A. Noir: The Struggle for the Soul of America’s Most Seductive City, el agente protagonista es un excombatiente de la batalla de Guadalcanal llamado Joe Teague (Jon Bernthal, The Walking Dead). Su problema es que es un veleta entre la policía y la mafia por una serie de razones que si revelase sería un spoiler. Todo por su relación con el abogado mafioso y amigo suyo Ned Stax (Milo Ventimiglia, Heroes), que le hace algún encargo según le haga falta o no.Mob5

Mob City se centra en las acciones de represión que ejercen los sicarios de los gánster. O lo que es lo mismo: en el asesinato de cualquiera al que consideren chivato o traidor a la causa de hacer más dinero. No se adentra en el mundo de las concesiones ilegales, de las empresas pantalla o del juego. Directamente, apuesta por las refriegas entre policía y criminales, las luchas propias entre los últimos, y el asalto puro y duro con los tiros y las armas como protagonistas. Eso le resta algo de interés, ya que no profundiza ni aporta datos o historias sobre aquella época. Solo nombres.

Mob2Ese es el principal fallo de la serie: adolecer de falta de base histórica, con la que contextualizar y traer luz sobre una etapa tremendamente conflictiva pero que a la vez levanta pasiones. A eso se suma que el argumento sea tan estático, al centrarse en un único mafioso y en la persecución ideada por la policía para sacar de circulación a un criminal tan pernicioso.

Esa escasez de tramas y de historias paralelas desluce una ficción que es bastante entretenida y donde todos los actores interpretan a la perfección sus papeles. En este campo destacan Robert Knepper (Prison Break) y Jeffrey DeMunn (The Walking Dead), que están estupendos. Pero es insustancial. Entretiene, claro, pero no es de gran calidad. Y no es mala, ni mucho menos, ya que al menos tiene la capacidad de hacerte pasar un rato enganchado a ella. Aunque lo que no logra es que te conviertas en un adicto a sus tramas.Mob6

Que solo sean seis capítulos de algo más de 40 minutos cada uno (o tres de hora y media, como se ha dispuesto) supone otro atractivo en Mob City, ya que se ve rápido. Aunque la elegancia no sea tan asombrosa como en otras de su competencia.

Por qué nos interesan las épocas de asesinatos masivos o las historias de mafiosos no tiene explicación aparente; supongo que para intentar evitar que algo así se repita en el futuro. O por la erótica del poder.