En una situación como la actual, con las tensiones a escala internacional tras los acontecimientos de Ucrania y Crimea y la posterior riña entre Rusia y EEUU, se ha vuelto a rescatar la manidísima coletilla de «la nueva guerra fría». Sobre este tema y cualquier otro en el que esté involucrado el continente europeo, hay que leer siempre los análisis de Nacho Segurado.
Ficción de esta «nueva guerra fría» aún no tenemos por motivos obvios. Por suerte sí la tenemos de la real, ese periodo que abarcó desde el final de la II Guerra Mundial hasta la desaparición de la URSS. Además de las decenas de películas que han relatado qué pasó en aquellos años, en la actualidad tenemos una serie que todo el mundo debería ver por varias razones: The Americans.
La ficción de FX, que en España emite Fox, regresó hace unas semanas a la parrilla de Estados Unidos tras ser uno de los mejores estrenos de 2013 (aquí se podrá ver desde el 1 de abril). Los espías rusos que viven bajo la apariencia de respetables ciudadanos estadounidenses en Washington interpretados por Keri Russell y Matthew Rhys han regresado con más problemas de los que dejaron atrás con el final de la primera entrega. Y parece que las cosas van a ir incluso a peor para sus alter ego americanos, Elizabeth y Philip Jennings. Además de para sus hijos.
¿Por qué mola tanto The Americans? Más allá de por las pelucas y los disfraces, que son la envidia de cualquiera al que le guste caracterizarse para determinadas fiestas, su ritmo y la unión de política y acción hacen de ella una serie más que entretenida.
Quizá lo mejor sea que es capaz de transmitir al espectador la tensión que existía entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la época como presidente de Ronald Reagan, con el contraespionaje por parte de ambos bandos para putearse a sí mismos con la idea de fastidiar aun más al adversario. Un tiempo en el que a esa guerra ya podíamos definirla como «helada», porque el nerviosismo y la contención por parte de ambos alcanzó un nivel altísimo. A la vez, permite aprender algo de historia, además de mostrar cómo se las gastaban en aquel tiempo unos y otros para lograr sus objetivos. Aunque hubiese que ordenar ejecuciones o atentados, todo se hacía con la excusa del patriotismo. Eso lamentablemente nos sigue sonando en la actualidad.
Que la KGB y el FBI usasen métodos sumarísimos e ilegales es algo que cualquiera con un poco de sentido común puede deducir. Bueno, del FBI y la CIA podría hacer un reportaje entero con las torturas y los abusos que arrastran en los últimos años. Y eso es algo que enseña muy bien The Americans. Especialmente porque su creador, Joe Weisberg, fue agente de la CIA. Así que algo sabrá el hombre y por eso se atreve a mostrar esas miserias de las fuerzas de EEUU. Aunque los comunistas no se quedasen atrás en su tiempo.
Noah Emmerich, que interpreta al agente del FBI Stan Beeman, es el contrapunto perfecto para la pareja protagonista. Porque un tipo que aparenta ser mesurado pero luego es capaz de pegarle un tiro en la cabeza al primer ruso que se le ponga por medio aporta mucho a una historia como esta. Y más si es vecino de los Jennings, de los cuales sospecha.
Todo lo anterior debería ser suficiente para animaros a ver The Americans a los que no la conocéis. La primera temporada fue muy buena, aun con la impostura de la relación entre Elizabeth y Philip, ya que nadie se cree que un matrimonio ficticio y de conveniencia pase por esos tragos amorosos.
La acción, el drama, el espionaje y la traición continuarán marcando el ritmo de esta segunda temporada. Aunque hay que añadir otro elemento muy importante: la hija fisgona de los Jennings. El juego que puede dar la curiosidad de Paige nos va a ofrecer grandes momentos de intriga. O eso espero, porque sus audiencias en EEUU están siendo para olvidar.