Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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El espíritu de Fargo

Adaptar a la ficción por capítulos la que ya se lanzó en un largometraje se está convirtiendo en algo peligrosamente habitual. Dado que lo que funciona ahora mismo son las series, en un contexto en el que se se están acabando las ideas tanto en las cadenas como entre los círculos de creadores importantes, coger grandes éxitos del cine e intentar ofrecerlos en varios episodios o incluso varias temporadas es un recurso sobre el que aún tengo mis dudas. Más que nada porque me aburre un poco volver a ver lo mismo en otro formato.4

A Bryan Fuller le salió bien con Hannibal, al optar por secuencias completamente distintas a las de los libros o las películas, y logrando que los personajes y sus vivencias fuesen aún más truculentos. Que se acierte una vez puede ser excepcional. Por eso con Fargo tenía mis dudas. ¿Qué iban a hacer? ¿Readaptar por capítulos la magnífica película de los hermanos Coen? ¿Emplear a los personajes que sobrevivieron para buscar nuevas situaciones que contar? ¿O simplemente usar el nombre y el espíritu, ese ambiente desangelado y de crímenes en silencio, como fondo de unas tramas que nada tienen que ver con el filme?

3La cadena FX y Noah Hawley eligieron la tercera opción, y el resultado no ha podido ser más satisfactorio. Tanto que me atrevo a decir que Fargo es el mejor estreno de 2014. A mí las tramas dramáticas cargadas de humor negro y personajes tan singulares me enamoran al instante, y ésta solo necesitó un capítulo para atraparte. El resto que se ha emitido hasta el momento no ha hecho más que reforzar ese sentimiento.

La serie se ha basado en supuestos hechos reales acontecidos en el año 2006 en Minnesota, y nos traslada el desastre y las muertes que generaron unos presuntos malentendidos o torpezas. Todo se resume en «estar en el lugar inadecuado en el momento inadecuado». Tanto para que te peguen un tiro, te secuestren o te den una paliza. Y es que la historia propiamente dicha arranca en un reencuentro nada agradable, como el que se produce entre el acosador del colegio y el que era víctima de sus perrerías, para que posteriormente este último se vea con alguien que puede poner fin a tantos años de golpes y bajezas.

Si habéis visto la película de los Coen reconoceréis en la serie casi todos los elementos que la hicieron única. No falta nada: policías torpes, oficinistas que juegan a ser malos, empresarios locales que se creen mafiosos, y criminales flemáticos que dan miedo con una media sonrisa. Unos perfiles que solo pueden conseguir los buenos actores. Y Fargo los tiene.1

Por ejemplo, Billy Bob Thornton (como Lorne Malvo), que supera la excelencia en su papel de sicario tranquilo al que con una frase y una mirada le basta para acojonar a todo el que de primeras no le hace caso. Martin Freeman, en su rol del pringado y cobarde Lester Nygaard, que un día decide probar el lado oscuro, también está estupendo; sí, esos papeles de inútil integral a él le vienen como anillo al dedo. Pero el que más sorprende es Colin Hanks. Tras su penoso paso por Dexter, este personaje de Gus Grimly, un policía joven precavido y que entra en un mundo desconocido, le va muy bien. Parece otro, pero es él, lo prometo. El resto también está a un alto nivel. Mueran o sobrevivan.

2¿Por qué hay que ver Fargo? Porque es divertida, entretenida, capaz de sumergernos en su ambiente de invierno sempiterno, cuenta con unos personajes inigualables, y ha sido tan hábil como para controlar sus tiempos sin perder acción o interés. Algo muy difícil, ya que en el primer episodio pasaron 40 cosas distintas, mientras que en los siguiente no ocurre casi nada que resulte relevante en apariencia pero te mantiene intrigado. Aunque la razón perentoria para verla es que nos estamos quedando sin productos televisivos de un nivel tan alto como ésta, y cuya excelencia es indiscutible. Al menos es lo que yo necesito que me dé una serie.

Sherlock, o cómo hacer la serie perfecta en diez sencillos pasos

Encontrar la perfección resulta utópico para los que nunca se han topado con ella. Hallar una cualidad tan subjetiva, identificarla, y demostrar que cumple los requisitos para que se la pueda denominar así es muy complicado. En las series pasa lo mismo. Para que una sea considerada redonda basta con opiniones mayoritarias en ese sentido, con los elogios como ejemplos. Y de éstas tenemos muchas.Sherlock6

Estoy convencido de que muchos encontrarán perfecta a su ficción favorita, de acuerdo a los gustos personalísimos de cada uno auspiciados por un respaldo abrumador. O todo lo contrario: para alguien puede ser la hostia algo que el resto considere mediocre o directamente malo.

La perfección se puede asociar en la actualidad a algunas producciones según su temática y argumento. Pero creo que la que puede recibir el calificativo sin reservas es Sherlock. Todos estamos cautivados con ella. Y creo que es así por una serie de rasgos que la hacen única. Porque ha dado los diez sencillos pasos (podrían ser muchos más) para ser la serie perfecta. Porque Sherlock es la hostia. Y punto.

Sherlock: A Study In PinkJuega con las tramas y cumple tu sueño. El propio Steven Moffat, su creador, lo dijo: Sherlock es un juguete con el que está cumpliendo una antigua aspiración. Y Mark Gatiss (guionista principal que también hace el papel de Mycroft Holmes) y él se deben estar divirtiendo, porque el espíritu de la obra de Conan Doyle es patente en secuencias repletas de actualidad que tienen como protagonistas a teléfonos móviles o bombas a control remoto. Todo bajo el manto de una de las cadenas que mejor ficción ofrece en todo el mundo: la BBC.

Ofrece guiños que demuestren tu calidad. Simples detalles como que gente que roba oro tenga que hacer esfuerzos para transportarlo (porque pesa) o añadir en los rótulos de las conexiones televisivas que aparecen en los episodios referencias a personajes que aparecerán en el futuro Solo se necesita eso para demostrar que se está pendiente de todo y que nada ocurre porque sí.Sherlock5

Haz algo original sobre la base de algo que ya existe. Las tramas de Sherlock solo serían plausibles en una época cargada de tecnología como la actual. O eso nos hace creer la serie, al estar tan elaboradas y contar con una notable influencia científica y/o tecnológica. Pero no es así: son adaptaciones de la obra creada en el siglo XIX. ¿Cómo se puede transponer algo de dos siglos atrás de una manera tan genial?

Sherlock3Periodicidad, duración y entregas definidas. Dejar claro desde el primer momento que tus capítulos durarán hora y media, que las temporadas estarán compuestas de tres episodios, y que las ofrecerás con un año de diferencia, sugiere que los responsables tienen un plan del que hacen partícipe al espectador. Sobre todo porque éste tiene claro cuando será la emisión y puede hacer planes para no perdérsela.

Capacidad de aglutinar drama y comedia. Tener un estilo definido y no hacer una amalgama absurda como la de las series españolas es necesario si pretendes hacer algo que se pueda soportar. Pero a veces ambos géneros pueden ir de la mano. Mejor dicho: solo en Sherlock ocurre esta unión tan acertada entre humor y tramas más profundas. Al menos a mí no se me ocurre otra serie que haga esto de forma tan redonda. Es la única que te hace sonreír a cada momento y a la vez transmitirte que se está desarrollando algo muy serio.

Diferencia muy bien los momentos serios de los cómicos. Hay momentos para todo. Las conversaciones entre Sherlock y Watson suelen ser desternillantes por los gestos de desaliento que hace Martin Freeman ante el inefable consulting detective. Pero cuando se dan momentos como una persecución, un interrogatorio o una huida, las bromas desaparecen. La perfecta representación de este rasgo la hace el segundo capítulo de la primera temporada. El resto lo hacen, pero no de forma tan redonda.Sherlock4

Sacia y deja con ganas de más a la vez. Una entrega semanal de hora y media es suficiente para satisfacer a los que vemos Sherlock. Pero que solo sean tres en un año nos quema la vida porque necesitamos más. Una dicotomía maravillosa a la par que triste.

Cuenta con un protagonista imponente que no deje al resto en segundo plano. El poder de Benedict Cumberbatch, al que no pocos consideran el mejor intérprete de la actualidad y que encima es capaz de tener tres películas en cartel a la vez, es incontestable. La elección no pudo ser más acertada. El otro que sonó para el papel fue Matt Smith (Doctor Who), pero Moffat le rechazó. Esto le ha permitido a Cumberbatch convertirse en un actor imprescindible, ya que esta oportunidad es la que le dio a conocer en todo el mundo. Pero los guiones están pergeñados de una manera que Martin Freeman no es ‘el’ secundario, sino que tiene un rol determinante en la historia. Y el resto también pueden ser importantes en cualquier momento.

Sherlock1Suma dos genios en la creación, otros dos en la interpretación y un villano invencible. La pareja Cumberbatch-Freeman solo es superada por la que forman los ideólogos Gatiss-Moffat. La química que desprenden queda plasmada en cada segundo de metraje. Y sin ella, Sherlock no sería lo mismo. Pero si encima le sumas a una historia tan interesante malos que aparentan ser invulnerables, como Moriarty (Andrew Scott), los responsables te impiden hacer cábalas sobre el futuro de la serie. Te hacen pensar que va a ganar el villano, que es capaz de librarse de todo lo que le caiga encima. No se me ocurre otra que haya conseguido jalonar algo similar.

Sorprende a cada momento, no solo en el final. Sherlock te deja muy loco en el momento menos indicado para ello. Eso es así. De hecho, sus finales suelen ser lo menos impactante si se compara con el discurrir de los episodios. Ya sea por unas de sus situaciones cómicas o por una nueva pista para el caso que les ocupa, las disquisiciones argumentales son constantes. Y en ésta, imprescindibles, ya que una serie que bebe del misterio debe romper al espectador con un simple giro a la trama.