Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Cómenos, Hannibal

Se me ocurren unos cuantos criminales que sean capaces de subyugarnos. Está Walter White, que va abrazando el mal bajo una premisa aceptable como la de ayudar a su familia. O los mafiosos del cine y la televisión, cuando queremos que se impongan a los líderes de otros clanes, esos a los que llamamos ‘malos’ pero que en realidad son unos pedazos de mierda tan grandes como ese al que defendemos. Incluso Don Draper, a pesar de que es mala gente y un infiel.

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Hannibal Lecter nos apasiona porque tiene algo que el resto de villanos de ficción no: el refinamiento. Que sea tan exquisito, cuide tanto los detalles, y se preocupe de que nada quede fuera de su sitio le hace el acompañante perfecto. A todos nos gustaría tener un Hannibal, versión masculina o femenina, como amigo, pareja o familiar directo.

El problema es que utiliza esas habilidades para asesinar y comerse a sus víctimas. Si no fuese por ese pequeño fallo, estaríamos ante un personaje al que sería fácil adorar. Y aún así, estoy convencido de que muchos han tenido la fantasía de ser devorados por Lecter. Literalmente. Qué sé yo, cada uno tiene sus aficiones.

H3El Hannibal de Bryan Fuller ha vuelto a la NBC y a nuestras vidas tras nueve meses de ausencia. Los sucesos del último episodio solo le han revitalizado, mas después de que Will Graham (Hugh Dancy) haya caído en desgracia por los ardides del caníbal (Mads Mikkelsen).

¿Qué vamos a ver en esta temporada? Pues más profundidad en la relación de amor-odio entre Graham y Lecter, aunque con intenciones diferentes: el objetivo del profesor es desenmascarar al doctor; el del segundo, seguir manipulando a su contendiente, por el que se siente fascinado al poder usarle como su juguete.

Si habéis visto el primer capítulo de esta segunda temporada sabréis cuáles han sido algunos de los recursos empleados por el psiquiatra caníbal para hacer enfermar a Will de esa manera. Pero ahora parece que hay un cambio: Lecter ya no quiere hacer sufrir a Will. Ya ha conseguido lo que quería, que es dejarle por loco. Ahora busca convencerle de que admita algo que no ha hecho. Mientras Graham, que es la víctima de todo esto, tratará como sea de demostrar al resto la auténtica cara del prestigioso Hannibal.H2

En medio, el resto de personajes. Jack Crawford (Laurence Fishburne), que no sabe a quién creer, puede ser determinante para la historia según se intuye de los primeros minutos de esta segunda entrega. Mientras que Alana Bloom (Caroline Dhavernas) está convencida de que todo lo que le ocurre a Will es culpa del resto, por haber exprimido sus habilidades empáticas para encontrar asesinos.

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Hannibal se aleja en esta temporada del asesino concreto que sirvió de argumento de fondo para la primera temporada. Tampoco habrá un psicópata al que cazar en cada episodio. Aparecerán, claro, pero serán situaciones puntuales que servirán para vehicular el devenir de los personajes. El cambio responde a que ahora las tramas son suficientemente interesantes con la única interacción entre sus protagonistas.

Esto no quiere decir que Hannibal vaya a dejar de acojonar; tampoco dejará de ser lóbrega y perturbadora, e incluso algo flemática, con momentos excepcionales de ritmo frenético. Los personajes ya se han asentado, y la historia también. La serie gusta, por su intriga y su truculencia. Por lo que parece lógico apostar por los que realmente llevan el peso de lo que ocurre. Y a mí me encanta que Bryan Fuller se atreva a hacerlo.

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Que el argumento vaya en este signo conlleva que en esta temporada difícilmente vayamos a saber algo de Francis Dolarhyde. El dragón rojo aún no aparecerá, visto lo visto, aunque Fuller puede dar la sorpresa en algún momento. Y cuando lo haga, Hannibal no hará otra cosa que mejorar. Porque si ya es buenísima, imagináis con un asesino en serie de la talla de Dolarhyde.

¿Hasta dónde llegará la serie? Bryan Fuller quiere una ficción que dé mucho que hablar y cuente varias historias. Por eso se estima que se extenderá hasta el supuesto inicio de El silencio de los corderosEs decir: con Hannibal Lecter cazado, entre rejas y con bozal. Ojalá fuese así, ya que tendríamos Hannibal por varios años. Sí, resulta que a los que la vemos también nos gustaría que nos comiese.

El perturbador e inquietante regreso de Hannibal

Ya teníamos mono del caníbal más atractivo de la televisión. Y parece que la espera merecerá la pena. Aquí tenéis el primer tráiler de la segunda temporada de Hannibal, cuyo regreso está previsto el 28 de febrero, y en el que se aprecia que Bryan Fuller se atreve a dar un paso más. Porque por lo que se ve en estas imágenes todo apunta a que en esta segunda remesa de episodios las tramas serán más salvajes. Puede que incluso más violentas y explícitas. Y siempre perturbadoras e inquietantes. Eso sí: por ahora, no parece que en los guiones se vaya a contar con Francis Dolarhyde (más conocido como El dragón rojo). ¿Qué será del pobre Will Graham? ¿Empezará el doctor Lecter a ser descuidado y llamará la atención de la policía? En algo más de un mes empezaremos a saberlo.

Comedias sobre padres que te dejan tibio: Mom y Sean Saves the World

Siguiendo la estela de los post sobre comedias con las que no perder el tiempo y con las que pasar un buen rato, las dos ficciones que ocuparán este post podríamos encuadrarlas en la categoría de “comedias que meh”. Sí, sé que me expreso como un perezoso (el animal, no la cualidad), pero es que ambas me han dejado tibio. No sé si me gustan o no. Lo que me lleva a pensar si continuar con ellas o no. Mientras tomo la decisión, os cuento de qué van y ya me decís (si las habéis visto o no) qué hago al respecto. Se trata de dos que van de padres: Mom y Sean Saves the WorldMom3

Las damas primero. Mom va sobre Christy, una madre soltera de dos hijos que trabaja de camarera y cuya vida ha sido un desastre. Es lo que tiene tener una niña cuando eres una adolescente, luego tener otro crío con otro hombre distinto, y encima haberte dado a la bebida por no haber podido afrontar la presión que suponía una vida tan intensa. Para empeorar la cosa, resulta que se lleva mal con la niña, que el niño está en plena etapa de crecimiento con los problemas que eso conlleva, y que no se habla con su madre.

Su vida es tan caótica que se pone a llorar sin motivo aparente en cualquier momento, ya sea en su trabajo en un restaurante caro, o cuando va conduciendo. Para acabar de apuntillar el sainete, también se acuesta con su jefe, que solo le hace caso cuando su mujer no está en la ciudad. Todo esta casuística de madre soltera da lugar a un humor negro nada fino y poco inteligente (salvo en momentos muy, muy, puntuales). De hecho, su categoría podría ser la comedia chabacana y cruda. El sexo como barco en el que navegan los guiones tiene la culpa.

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Si ya os digo que la protagonista es Anna Faris (sí, la de Scary Movie), ¿qué opináis? Faris tiene el problema de que o te hace gracia o te parece una petarda. Y aquí está graciosa, pero en algunos momentos insoportable. El punto a favor puede ser la presencia de Allison Janney (cuatro Emmys por The West Wing), que cambia totalmente de registro para ser una abuela casquibana, exalcohólica y cara dura que intenta reconciliarse con su hija.

Los niños, Violet (Sadie Calvano) y Roscoe (Blake Garrett Rosenthal) no desmerecen tampoco y hacen un buen papel. Y hasta tenemos a Matt Jones (Badger en Breaking Bad), que imita a Betsy Brandt al pasar de una de las mejores series dramáticas de la historia a una comedia.

La disyuntiva sobre si continuar viéndola o no estriba en que a veces me río y en otras me parece una estupidez por completo. El guión tiene puntos, pero no os va a cambiar la vida. Ya me diréis qué opináis.

El regreso de Sean Hayes

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Sean Hayes, el sempiterno Jack de Will & Grace regresa para producir él mismo una comedia que lleva en su nombre. Estrategia que si viene de Estados Unidos vemos como normal pero que si se diese aquí nos llevaríamos las manos a la cabeza. ¿O es que vosotros os imagináis La serie de Antonio Resines o Jesús Bonilla salva el mundo?

En cualquier caso, Hayes protagoniza Sean Saves the World, ficción sobre un padre gay que ahora debe hacerse cargo de su hija después de que su exmujer se haya marchado a otro lugar por trabajo. Sí: es gay y presume de haber estado casado con una mujer con la que ha tenido sexo, lo que les ha permitido engendrar una niña guapísima. Y eso que todo el mundo menos él sabía que era gay antes de que pasase por el altar.Sean2

La responsabilidad (agobio) de tener a su hija ahora se suma a la presión que ejerce su nuevo jefe. Y eso que él es uno de los responsables de la tienda de moda online en la que trabaja. Pero eso no le priva de que el nuevo dueño, Max (Thomas Lennon), un tipo excéntrico y huraño al que todos temen, le atosigue.

Risas enlatadas y bromas sin aparente gracia aparte, la idea que ofrece Sean Saves the World es novedosa e inteligente. O al menos a mí me lo parece. Sus chistes son algo refinados, no hay groserías en los guiones, y todo lo que ocurre resulta bastante creíble. El problema es que no te ríes.

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Está muy bien hecha y es mínimamente inteligente, pero su humor es de Schrödinger: te ríes y no te ríes a la vez. Lo sientes por dentro pero no haces el ademán. Para asumir todo, Sean cuenta con dos de sus compañeros de trabajo, que son los que más le entienden; y con su madre, Lorna (Linda Lavin), la que le desespera y critica todo lo que hace. Aunque a su nieta la adora como buena abuela.

Mi duda está ahí. Hace tilín, que no gracia. Creo que podría hacer reír, pero no lo consigue. Aunque comparada con Mom, por calidad, es muchísimo mejor. Falta saber si eso le va a bastar. Los que la hayáis visto: manifestaos. Y los que no, vedla y opinad.

Sin límites del humor en The Michael J. Fox Show

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No hay nada peor que un defensor de los llamados ‘límites del humor’. Que alguien haga una broma sobre una desgracia en Twitter y se le echen encima innumerables personas ya es habitual. Porque, como todos sabemos, la gente se ofende más por el comentario que alguien que ni conoce hace en Internet que por el desmantelamiento del sistema público que se produce en la actualidad. Es más importante desearle la muerte al que hace la coña que no tomárselo a la tremenda. ¿No será más desagradable la persona que realiza un acto determinado contra otras personas o que no presta ayuda en situaciones difíciles? ¿O hay que ir a por el que hace la gracieta? Sirva esto de reflexión inicial para lo que viene a continuación.

Sobre Michael J. Fox se han hecho multitud de bromas en forma de tuit o gif por el párkinson que padece. Y estoy convencido de que él no se preocupará porque se haga escarnio de su enfermedad, ya que es un tipo inteligente y sabe que la gente en Internet puede decir cualquier cosa y que ciertos comentarios no hacen daño. Lo hacen los que se ofenden por esto. En lugar de eso, el actor norteamericano ha decidido que ya que está enfermo el que va a hacer las bromas sobre su dolencia va a ser él mismo. Es parte de la base de la que parte The Michael J. Fox Show, la única comedia de estreno que está gustando realmente.Jfox2

La historia trata sobre el día a día de Mike Henry, un expresentador de noticias que se retiró para estar con su familia cuando le diagnosticaron el párkinson. Esta situación dará lugar a momentos cargados de hilaridad en los que intervienen los que conforman el hogar: su mujer agradable y responsable; sus tres hijos, que son un exuniversitario que quiere ser emprendedor, la adolescente que sigue en el instituto y el pequeño que solo quiere jugar con su videoconsola portátil; además de su hermana, que está con ellos prácticamente todo el día para atenuar la falta de cariño de no tener una pareja estable. Él intenta estar pendiente de todo y de todos, pero ellos lo que quieren es lo contrario: que vuelva a trabajar para poder hacer sus vidas de forma independiente sin tenerle detrás todo el rato.

Jfox1Sin resultar un éxito por el momento, ya que con cinco capítulos no se puede aspirar a relevar a 30 Rock, sí está consiguiendo atrapar muchos; a los que tenemos que ver todo, a los que ven unas pocas, o a los que simplemente han sentido curiosidad por ver qué ha sido de su ídolo de Regreso al futuro. Y todos nos hemos encontrado con un producto cuidado, dotado de un humor inteligente y que no busca en ningún momento la risa facilona. Porque a pesar de que el argumento es el típico de una comedia familiar, aquí la NBC sí ha dado con la tecla en cuanto al protagonista y el resto del reparto. Y los guionistas han logrado hacer algo totalmente distinto y que en la forma se destapa como novedoso.

No se trata de la comedia en la que los personajes hacen chistes o son tan especiales que acabas riéndote de su ridiculez. Lo que propone es aún más simple: situaciones cotidianas que te sacan una sonrisa por lo identificado que te puedes llegar a sentir dada su naturalidad. Y de las que de primeras no te reirías si te pasasen a ti, sino que lo harías a toro pasado.Jfox3

La inteligencia es el rasgo más destacado de The Michael J. Fox Show, con las ocurrencias del propio protagonista o de su hijo mayor Ian (Conor Romero); de su mujer Annie (Betsy Brandt, Breaking Bad), que ha de lidiar con tres niños que son muy distintos entre sí; con la vida complicada de Eve (Juliette Goglia), la hija adolescente de la familia que no acaba de encontrar su camino; o también por el caso particular de Leigh (Katie Finneran), la hermana de Mike que es una escritora venida a menos a la búsqueda de la eterna juventud y que en realidad es una mujer ridícula que no asume el paso del tiempo.

JFox4A Graham (Jack Gore), el niño pequeño de la familia hay que dedicarle espacio aparte. Ese crío que es con el que más te ríes. Un rol que se suele reservar a este tipo de personajes casi siempre para aprovechar el potencial de inocencia y pureza que caracteriza a un chaval de menos de 10 años. Pero es que este es un auténtico genio y dan ganas de llevárselo a casa. Aunque sería un gamberro insoportable en cualquier hogar, con momentos como el de las tres frases que hay que decir a las mujeres. Lo dicho: si te pasa a ti, no te resulta tan gracioso. Pero es que ocurre la mayoría de veces, y acabas diciéndole a la serie: “esto me suena”.

Todo parece estar ideado para aprovechar la condición de enfermo de párkinson de J. Fox. O al menos esa parece la premisa. Pero esto se olvida y se asume como algo más. No se trata de forma especial al protagonista porque esté así, sino que se hace desde una óptica que no es otra que su pasado como estrella televisiva. Tampoco se ridiculiza esta terrible enfermedad, pero sí se hacen chanzas sobre ella. Los guionistas se pasan los ‘límites del humor’ por donde todos estáis pensando y prefieren ser valientes. Aunque sea con uno de tipo blanco, dejando de lado el ‘negro’ y cruel aunque fuese más gracioso.

Hay que darle todas las oportunidades del mundo a The Michael J. Fox Show. Por su armonía y su arrojo. Y más cuando estamos tan necesitados de comedias que cumplan con su deber: hacer reír y generar buenos ratos. Un rasgo que no abunda.

Supuestas comedias con las que no perder el tiempo: The Crazy Ones y Hello Ladies

 

El inicio de la temporada televisiva está siendo para olvidar. Es el año donde la nula calidad y los malos argumentos han ganado a las grandes ideas en la lucha por un hueco en la miríada de la parrilla televisiva actual. Esta victoria de Grecia en la Eurocopa aplicada a las series ha traído comedias que apuntaban a mucho por la gran importancia de sus protagonistas. Y que han resultado ser un truño que no aportan nada y no hacen gracia. Porque un producto cómico puede que no te haga descoyuntarte de la risa. Pero como poco tiene que ser inteligente y tener sentido. Y ni Hello Ladies ni The Crazy Ones responden a esa descripción. Crazy1

Por empezar por la que quizá tenga más prensa, The Crazy Ones es el enésimo ejemplo de la política de NBC por elegir a exestrellas del cine para lanzar series con la idea de que el actor o actriz conocida de turno tire del carro y la consolide. Aquí Robin Williams es una caricatura del gran cómico que ha sido y será siempre.  Un señor que ha marcado nuestra infancia con películas como Señora Doubtfire o Hook, entre muchas otras, ahora demuestra una decadencia inesperada e inaudita en alguien de su categoría.

A Williams le acompaña Sarah Michelle Gellar, que siempre será Buffy como Aznar es líder del PP en la sombra, y no acierto a encontrar una conexión entre ellos que me lleve a decir «aquí hay química». Ellos son los jefazos, él histriónico y ella responsable y abnegada, de una agencia de publicidad aparentemente exitosa.

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El resto del reparto lo conforman James Wolk (Bob Benson en Mad Men), que es el guapo del trabajo que acaba liado con todas; Hamish Linklater (Jerry Dantana en The Newsroom), o ese del que todo el mundo pasa y no se sabe muy bien qué pinta; y Amanda Setton (una de las siervas de Blair Waldorf en Gossip Girl), la asistente mona y algo atolondrada del resto de protagonistas.

En The Crazy Ones se nota el interés por el ambiente, localizaciones y decorados. Pero no hay leit motiv. No existe un hilo para la historia, ya que en cada capítulo lo que ocurre es distinto y no tiene nada que ver con el anterior. Y eso, que quizá podría ser una virtud, aquí no lo es. Cualquier comedia que se precie debe tener una línea argumental por muy fina que sea.

A pesar de todo lo que admiro a Robin Williams, su serie no hay por donde cogerla. Ni da ganas de ver más capítulos. Por lo que una más que se va al cajón de los descartes. A lo que no puedo esperar es a la traducción al castellano del título. Miedo me da.

No eres gracioso, Stephen Merchant

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En cuanto a Hello Ladies, partiendo de la base de que Stephen Merchant no me parece gracioso, se podría decir lo mismo de manera distinta. Y más agresiva. Todo porque no alcanzo a comprender qué le pasa a la HBO con las comedias. Les cuelan cada despojo… Al menos en la ficción de la NBC existe algo de dignidad en las interpretaciones y los guiones. Aquí ni por asomo.

Aquí Merchant es Stuart, un británico que no se come una rosca y que ahora que vive en Los Ángeles se cree que va a terminar en la cama con gente de Hollywood. Que sea feo, torpe para relacionarse, desgarbado y desprenda olor a Eau d’perdedor quizá influya algo en que ninguna mujer se fije en él. Digo yo, eh. Si al menos sus nulas habilidades sociales hiciesen gracia; o si los secundarios tuviesen vis cómica alguna, en lugar de ser fatuos, a lo mejor podríamos llegar a algo. Pero va a ser que no.Merchant2

Esto es Hello Ladies: una ficción que pretende ser una comedia y se queda en ridiculez. Y que va de cómo un tipo desesperado intenta ligar a pesar de todas sus carencias, que quedan a la vista con cada paso que da o cada palabra que sale de su boca. Para friki gracioso y desagradable a la vez que entrañable ya tenemos a Sheldon Cooper.

En definitiva, es aburrida, antihumorística e incluso indignante. Esto último por mala que es. Pero bueno, qué le importará a Merchant todo esto mientras tenga los millones que ganó cuando era compañero de correrías de Ricky Gervais.

La desilusión con The Blacklist

De entre todos los estrenos para esta nueva temporada televisiva/seriéfila, la que más ilusión me hacía era The Blacklist. A saber: el mítico James Spader en su regreso como protagonista, una actriz talentosa como Megan Boone, un argumento que recordaba mucho a la premisa principal de El silencio de los corderos, y una estética acertada y coherente. La esperé con muchas ganas, de verdad. Hasta que la vi. Y se me quitaron todas.Blacklist4

En The Blacklist, Spader es Raymond Reddington, un tipo que trabajaba para el Gobierno de EE UU y que años atrás decidió desaparecer para así vender a todo tipo de delincuentes o a otros países los secretos de Estado a los que tenía acceso. Aunque esa elección le condenase a ser uno de los más buscados por el FBI y tuviese que estar desterrado para que no le pillasen, lo que le habría costado acabar encerrado para el resto de su vida y parte de la otra. Dos décadas después decide entregarse a las autoridades para ayudarles a detener a un sinfín de criminales cuyos nombres están recogidos en una lista, ‘The Blacklist’. Todo esto sin motivo aparente. Y entre todas las peticiones que realizará estará que solo hablará con una persona: la experta en perfiles del FBI Elizabeth Keen. Y hasta ahí todo.

Blacklist3¿Atractivo, no? Al menos la idea en sí lo es, ya que plantea muchas incógnitas atractivas: por qué Reddington decide ayudar al FBI ahora, su elección de Keen, quién hay en esa ‘lista negra’… Pero del papel a la práctica hay mucho más que tinta, y aquí no se consigue el objetivo. The Blacklist es más de lo mismo. Recuerda a todos los dramas de acción que solemos ver en las cadenas estadounidenses en abierto. Tiene reminiscencias de Person of Interest, pero sin ser tan entretenida como ésta. Y es que llega a ser aburrida, previsible y sin acicates que inviten a la visualización.

Con The Blacklist nos han vuelto a vender la moto de la «mejor novedad de la temporada», tal y como pasó con The Following (otro bluff que a pesar de todo me tragué). Tener una buena historia y unos grandes actores no sirve de nada si luego no aciertas con los guiones y al ejecutar cómo deben ser las escenas. Porque decidme que si en lugar de lo anterior, os cuento que es una serie “donde un criminal se entrega para ayudar a la policía” estaríais igual; más que nada porque ya hemos visto miles así. Ni aun con todos los secretos que deja por descifrar en cada capítulo atrapa.Blacklist2

James Spader, como no, está muy correcto. Pero creo que este papel no le pega para nada. No puede lucirse como hizo en The Practice y Boston Legal. A lo mejor está pagando el «robo a la mafia» de hace unos años, cuando se llevó el Emmy en la cara de James Gandolfini cuando éste estaba nominado por la última temporada de Los Soprano —recordad que es el único actor que ha ganado este premio por interpretar al mismo personaje en dos ficciones distintas—. Él es la razón que llevaba a dar una oportunidad a The Blacklist. Pero es que ayer me dormí a mitad de un capítulo, y eso dice mucho.

Blacklist1Tendré que decidir si la sigo viendo, que dado mi masoquismo puede que sea así. Aunque las respuestas están claras. ¿Es una buena serie? No por el momento. ¿Puede llegar a serlo? Muy difícil que se transforme de tal manera. ¿Es la típica que recomendaría a un amigo? Desde luego que no. Todas mis expectativas sobre ella se han esfumado. Eso me pasa por ilusionarme.

Camino a los Emmy: los principales

Continuamos el análisis de la semana de los Emmy de cara a la ceremonia del domingo 22, esta vez con los actores principales (antes fueron los secundarios). Esos por los que todo ocurre, y que canalizan especialmente los éxitos de una serie. Más allá de lo que jalonan para sus respectivas ficciones, hay un factor determinante en la categoría de drama que influye en la victoria de uno u otro.

Como bien apuntaba uno de los comentarios del pasado miércoles, los actores nominados deben elegir un capítulo de la temporada por la que su serie compite para ser valorados en base a ese episodio. Los jueces, los que votan, vamos, decidirán en base a esas escenas en las que los aspirantes creen que se han lucido más. Unos han atinado más que otros en sus preferencias, recogidas en Gold Derby. Por tanto, aviso desde aquí, SPOILERS.

Mejor actor de drama

Hugh Bonneville (Downton Abbey). No parece tener muchas opciones. Y menos aún tras la elección del sexto capítulo de la tercera temporada, justo cuando la relación entre Robert y Cora Crawley empieza a resquebrajarse. El quinto, el episodio con el que pegarse la llorera por excelencia debido a los hechos luctuosos que recoge, habría sido una opción mucho más ventajosa para los intereses de Bonneville. Su rol en la elegante serie británica de ITV es necesario, pero tampoco es impactante ni memorable. No pasa como con Maggie Smith, que estás deseando que vuelva a aparecer en pantalla para descoyuntarte de la risa con sus ocurrencias. Sin duda es un buen actor, pero su papel carece de empaque suficiente como para un Emmy.

Jon Hamm (Mad Men). El eterno aspirante, cuya victoria parece estar pospuesta hasta los Emmy de 2016; es decir, cuando la segunda parte de la séptima temporada de la serie aspire a los premios. Pero este año sí merece ganarlo. Si bien es cierto que los publicistas de Madison Avenue han perdido la hegemonia en favor de Homeland, Hamm ha realizado en esta sexta entrega su mejor interpretación desde que comenzó la serie. En general, Mad Men ha mejorado notablemente y ha dejado momentos memorables durante sus trece capítulos de este año. Y muchos de ellos han estado protagonizados por él. Quizá por ello ha elegido como carta de presentación para el premio el último episodio de temporada, ese en el que realmente se plantea dejar Nueva York con destino a Los Ángeles. Cuando él mismo se da cuenta de que su relación con Megan es insalvable; tras asumir que no entiende a su hija; o al cerciorarse de que se está haciendo viejo. Ya ni la bebida ni las mujeres le reconfortan. Podría vencer (no soy el único que lo piensa), pero dudo que vaya a ser así.

Kevin Spacey (House of Cards). El nivel el año pasado en los nominados a mejor actor de drama estaba altísimo. Y si ahora le añadimos un ganador de un Oscar, un monstruo interpretativo que ha creado un personaje para el que no existen elogios suficientes, pues para qué queremos más. Ese es Kevin Spacey, que con su Frank Underwood ha logrado que todos disfrutemos con sus maquiavélicas estrategias para asaltar el poder. ¿Ganará? No lo sé, pero, ¿por qué no? La serie de Netflix ha asaltado los Emmy como ninguna otra ha hecho, y no digamos él mismo. Porque aunque todos los que forman parte de House of Cards contribuyen a que sea tan buena, Spacey es completamente necesario. No sabes por dónde va a salir este político del partido demócrata. Todo cae de cara para sus intereses sin que resulte predecible ni forzado. Hasta el punto de dejarse golpear para derrotar a un contrincante político. Y eso que se le tiene calado desde el principio. Puede que por todo esto haya escogido el piloto de la serie, ese en el que ya demuestra que es capaz de hacer y deshacer desde su despacho de la Cámara de representantes. Su mayor obstáculo para subir al escenario es el que viene ahora.

Damian

Damian Lewis (Homeland). Ganó el año pasado, y en esta segunda temporada se ha enfrentado a situaciones que le han hecho mostrar su vena más dramática. Cuando le interrogan y es cuasi torturado por los agentes de Langley, para que posteriormente acuda Carrie (Claire Danes) a su rescate con la idea de que confiese, son las escenas destacadas del episodio que el británico ha elegido para presentar al jurado (Q&A, el quinto). Lo cierto es que no podrían haber optado por otro mejor, ya que aquí Brody y Carrie se descubren por completo y exteriorizan todo lo que les atenaza. A mí me resultó sorprendente su victoria de 2012; ahora no me sorprendería tanto. Y es que Homeland gusta tanto…

Bryan Cranston (Breaking Bad). No he visto aún la quinta temporada (estoy en la contrarreloj), por lo que no puedo decir mucho de cara a esta edición. Sí sé que todos los Emmy que se ha llevado estaban más que merecidos. Todos los que la ven están convencidos de que debería agenciarse con cualquier premio. A pesar de todo, su año será el próximo, cuando BB compita por última vez tras despedirse el 29 de septiembre. Echaremos de menos a Walter White desde entonces. Seguro.

Jeff Daniels (The Newsroom). Me encanta Will McAvoy. Lo confieso. Y también habría escogido para intentar tener opciones a un premio un primer episodio en el que me luzco con un monólogo cargado de datos y que recito con total naturalidad (también os digo, dudo mucho que los periodistas tengamos esa capacidad para soltar estadísticas de la manera en que lo hace Daniels durante esos pocos minutos). Pero tanto él como yo mismo y todos sus seguidores debemos asumir que la creación de Aaron Sorkin es entretenida. Nada más. Quizá muchos la veamos por prurito profesional, aunque realmente sea una ficción con trazos periodísticos. Ahora bien, McAvoy es un gran personaje, y es imposible no sonreir de vez en cuando se hace el gracioso. O yo, al menos, he visto 100 veces la escena en la que descubre que están entrevistando para una beca en News Night a la misma chica que le hizo la pregunta que desencadenó en su perorata de presentación. Y los cuatro últimos minutos de la primera temporada, sí.

Mejor actriz de drama

Michelle Dockery (Downton Abbey). Ay, la pobre Lady Mary. Los quebrantos con los que se ha encontrado no se los desearía ni a mi peor enemigo (bueno, todo esto lo sabemos los que la hemos visto en Internet, porque Antena 3 aún NO HA EMITIDO el especial de Navidad de la serie y que responde a lo anterior). Pero eso no le va a generar réditos para ganar. Afrontémoslo, Lady Mary es hierática y hasta te alegras cuando ves que asoma una sonrisilla. No es Edith, obvio (aquí odiamos a Edith, a.k.a. la ‘hermana fea’ según fuentes consultadas), y menos aún Sybil (a ésta hay que amarla y echarla mucho de menos, ¿vale?). Ella es simplemente rancia. Ni aunque haya presentado el episodio de su boda para encandilar al jurado va a tener opciones. Así que circulando.

VeraVera Farmiga (Bates Motel). Es difícil no admirar a esta auténtica bestia de las cámaras. Su salto a la pequeña pantalla ha sido bien acogido, como era obvio, y ella ha respondido con un personaje espectacular. La mamá del jovencito Norman Bates no ha defraudado. Ahora, venir de Hollywood no sé si le beneficia o por el contrario es perjudicial para sus aspiraciones. En cualquier caso, Bates Motel no puede hacer más que crecer y mejorar. Por lo que Farmiga volverá a estar en esta lista. Puede que dentro de unos años hasta coincida con su hermana Taissa.

Connie Britton (Nashville). Ella me gusta; es una gran actriz. Y su serie me aburre. No me extiendo más porque me quedé en el tercero de la primera temporada. Y gracias.

Claire Danes (Homeland). Aquí tenemos un dilema. Creo sinceramente que su serie es muy buena, de las imprescindibles. Y estoy convencido de que sin su rol de ambiciosa llorica con trastorno bipolar nada sería lo mismo. Un tipo tan frío como Brody (en la primera temporada especialmente) necesitaba un contrapunto con una personalidad como la de Carrie. Lo que no creo es que haga un papelón de la hostia y tan admirable como lo pintan. Tanto llanto desmesurado y su dosis innecesaria de excentricidad la hacen insoportable a veces (siempre hablando como personaje, ojo). Al menos el jurado verá un capítulo en el que ella no es la que llora más (Q&A, el mismo que Brody). Con todo esto, me gustaría que los guionistas recuperasen a la mujer fuerte e inquieta de los primeros episodios de la serie. Es decir, cuando daba más juego y no solo enjugaba lágrimas.

Elisabeth Moss (Mad Men). Empatizar con Peggy es casi una necesidad actualmente. La historia de una chica que pasa de ser secretaria a una creativa publicitaria por la que se pelean las agencias bebe mucho del tópico del sueño americano; pero en su caso te lo crees. Todo apunta a que su elección, el capítulo 9, ese en el que se da cuenta de que no quiere vivir en la casa que se ha comprado y donde se plantea la relación con Abe tras su beso con Ted Chaough, busca que el jurado vea en ella rasgos de mujer insegura. Vamos, que pretende demostrar que no es solo una mujer que renunció a un hijo por diversas razones (tragedias personales) o que no es simplemente una chica que no soporta a su madre (discusiones familiares). Hay que recordar que también está nominada como mejor actriz secundaria de miniserie. Parece improbable que alguien se lleve dos premios a la vez.

Kerry Washington (Scandal). No me la creo. Ni a ella ni al último invento de Shonda Rhimes. Pero como siempre, la gente cae engañada por lo entretenida y estrambótica que es. Es mala, pero embauca. Todos tenemos vicios de este tipo. Pero este no es uno de los míos ni mucho menos. Si sorprende que Olivia Pope aspire a un premio de por sí, imaginaos si se lo dan. La amistad que mantiene con los Obama, su elegancia y su belleza (que le sobra), no creo que sean suficientes.Robin

Robin Wright (House of Cards). Y aquí está la favorita. Ella, su compañero Kevin Spacey y la serie de ambos pueden ser los que impidan un nuevo ciclo en los Emmy por parte de Homeland (y que ya protagonizó antes Mad Men). La insaciable Claire Underwood ha sorprendido por sus destreza y su sagacidad a la hora de maquinar acciones en su beneficio. Una actitud que exterioriza en el capítulo 10, ese en el que planta cara a su marido. Aunque ya dio muestras de ello previamente, cuando despide a la mitad de su oficina; pero es tras acostarse con el pintor con el que ya estuvo antes y pactar con un lobby con el que Frank no quiere hacer tratos cuando realmente se hace fuerte y castiga a su compañero. A ella le da igual todo. Es taxativa. Por no decir que logra que todos caigamos bajo sus encantos (sí, las voces de MILF también me han llegado). Vamos, que es indefectible a la serie. Creo que se llevará la estatuilla.

En cuanto a los actores invitados, y para no extenderme más, en la categoría de ellos todo indica que van por delante en la carrera Michael J. Fox por The Good Wife y Rupert Friend por Homeland (sí, es Quinn). Para las actrices, la veteranía de Jane Fonda (The Newsroom), Margo Martindale (The Americans) y Diana Rigg (Juego de Tronos) supone una ventaja para ellas. Yo me inclinaría por la segunda. Aunque mucho ojo a Linda Cardellini, la amante de Don Draper en esta temporada de Mad Men y más conocida por ser la mítica Lindsay de Freaks & Geeks.

DISCLAIMER: No hay análisis de los actores de comedia por la misma razón que con los secundarios. Sin verles suficiente no me parece responsable ponerme a hablar de ellos.

Nueva temporada

Septiembre es el inicio de todo. Estudios, el trabajo normal del día a día, y por supuesto, la génesis de la temporada 2013/2014 de series de televisión. Un ejercicio seriéfilo en el que no volveremos a ver jamás a Dexter Morgan (Dexter, muy pronto) y a Walter White (Breaking Bad, el 29 de septiembre). Es decir, este verano está marcado por despedidas muy destacadas, como son las de dos de las mejores series de estos últimos años. Aunque una haya envejecido mejor que la otra, que ha pasado la etapa del deceso hasta llegar a ser un zombi. También se ha marchado Luther. Para siempre (aunque se habla de posible película). Aquí tendrá la despedida que se merece, a pesar de que la marcha de Idris Elba para dedicarse de lleno al cine fuese inexorable.

Luther2Antes de pasar a lo que vendrá a partir de este mes me gustaría hacer un recorrido por lo que hemos podido ver durante julio y agosto, además de por lo que yo he mismo he rescatado para ponerme al día. Está claro que la estrella ha sido Orange is the New Black, por su frescura en forma de gran guión y su humor negro. Todo el que la ha visto está deseando que llegue la próxima temporada y se ha alegrado las vacaciones gracias a estas reclusas histriónicas e hilarantes.

El otro soplo de aire fresco, dentro de lo escaso que nos han ofrecido las cadenas, ha sido Ray Donovan. El ‘nuevo chico malo’ de Showtime no ha alcanzado unas cotas de calidad espectaculares, pero es fácil augurarle un futuro de éxitos y capítulos inolvidables. Seguirá solucionando todo lo que le encarguen durante algunos años más. Seguro.

Y de lo que ya conocíamos, al menos para mí, lo único que ha pasado del aprobado es la sexta temporada de True Blood. Quizá algunos penséis que estoy loco, pero me lo he pasado como un niño gracias a los vampiros de Bon Temps. Y quiero ver el primero de la séptima YA. Los que hayáis visto la finale de esta entrega sabréis a qué me refiero.

Verano de capítulos

Como decía antes, he aprovechado este tiempo para ponerme al día con unas cuantas ficciones que tenía pendientes. Todas tendrán su reseña en las próximas fechas. Una de estas ha sido Arrow, emitida por Antena 3 este verano. El justiciero ricachón y su particular concepto de la justicia forman un cóctel de entretenimiento muy recomendable. 65646_568776363143230_552143621_n

También he caído en las manos de seda de Gillian Anderson en The Fall. ¿O acaso existe un ser más maravilloso en la Tierra que la actriz británica? Yo creo que no. Y eso a pesar de que está en un rol que ya conocemos: el de detective, como en Expediente X. Aquí Anderson debe perseguir a un asesino al que todos conocemos desde el capítulo uno, así como a su familia y a sus víctimas. Todo en un ambiente tétrico y pausado, además de interesante.

Siguiendo con lo británico, lo más original y estrambótico que he disfrutado ha sido Utopia. El cómic con secretos que harían temblar al mundo y los frikis que acaban siendo sus guardianes por error frente a una organización de asesinos van camino de convertirse en serie de culto. Otra imprescindible sin duda alguna.

BansheePero lo mejor que he podido hacer ha sido recuperar Banshee. En resumen: un ladrón que sale de la cárcel y que está sentenciado a muerte por un gangster al que robó que por una serie de catastróficas desdichas acaba siendo sheriff de un pequeño pueblo estadounidense. Todo aderezado con acción, violencia y sexo a raudales.

Aunque esta última es la cara del tiempo que he empleado en ver capítulos, también hay una cruz: el adiós de Skins. Los seis capítulos con los que ha finalizado la mejor serie de adolescentes de la historia no han estado a la altura de su pasado. Una auténtica pena, dado el potencial de Bryan Elsley y Jamie Brittain. Pero de donde no se puede sacar…

Las nuevas seriesAgents

Dejando el pasado de lado, la pregunta con respecto al futuro es clara: ¿Qué vamos a ver próximamente? Jamás recomendaré series que no haya visto previamente, por lo que solo puedo ceñirme a relataros algunas de las ficciones que mejor campaña publicitaria, oficial o no, están teniendo. Así, podríamos hablar de Masters of Sex, Agents of Shield (spin-off de Los Vengadores), Dracula (con Jonathan Rhys Meyers), Believe (Alfonso Cuarón y JJ Abrams), Sleepy Hollow (adaptación futurista de la peli que ya lo fue de un libro), The Michael J. Fox Show, Penny Dreadful (Juan Antonio Bayona mediante), The Black List, The Tomorrow People (el nuevo Arrow)… Y aún faltan las británicas además de muchas otras estadounidenses. Y ya lo digo: esta selección que he hecho no tiene intención alguna. Solo son los nombres de los que más se habla.

BehindTampoco hay que olvidar a las series españolas. A las que parecen interesantes de antemano, como Galerías Velvet, se suman otras que dan escalofríos solo de verlas anunciadas. Sí, me refiero a Vivo cantando. Pero habrá que verla para poder opinar, aun con suspicacias.

No hay que olvidar que el comienzo de temporada es sinónimo de Emmy. Y los de este año van a estar muy interesantes. Hasta que llegue el 15 de septiembre y la gala correspondiente, os presentaré a los candidatos de cada una de las categorías más destacadas. Por supuesto, podéis decir quiénes son vuestros favoritos, tanto en los comentarios como en las encuestas / listas que pondré a vuestra disposición próximamente. ¿Confirmará Homeland su hegemonía? ¿Habrá premio de despedida para Bryan Cranston? ¿Podrá alguien con Claire Danes? ¿Behind the Candeblabra tiene rival en las miniseries? ¿Y Modern Family en las comedias? Todo eso lo sabremos en pocos días. Aún así, hagamos nuestras cábalas.

Como siempre, estoy a vuestra disposición en el email. Bienvenidos de nuevo.

House of Cards rompe el guión establecido de los Emmy

Pocas sorpresas y varias novedades en las nominaciones a los Emmy 2013. Así podríamos resumir la ceremonia de este jueves que ha servido para dar a conocer a aquellas series, actores y profesionales de la televisión que optarán a los premios de la pequeña pantalla más importantes del mundo. A pesar de lo anterior, sí hay una serie que ha entrado con fuerza en el selecto grupo que suele acaparar las nominaciones: House of Cards.

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La ficción de Netflix optará a mejor serie de Drama, mejor actor con Kevin Spacey y mejor actriz con Robin Wright. Lo ‘malo’ es que todo lo que hemos conocido ya se esperaba. Es cierto que varias series que tienen menos de un año de vida o que nunca habían estado nominadas estarán este año en la gala que presentará Neil Patrick Harris el 22 de septiembre. Pero eso era algo que ya se intuía, por lo que no se pueden definir a los aspirantes a galardón como «sorprendentes» en esta edición. Pero vayamos por partes.

Siguiendo con el asunto de House of Cards, adivinar las nominadas a mejor drama no entrañaba mucha dificultad. Lo complicado era acertar en cuál se iba a quedar fuera. Finalmente, los platos rotos los ha pagado Boardwalk Empire. A pesar de que es imprescindible, el idealismo de The Newsroom, que era la otra que contaba con papeletas para no optar al premio, ha podido con ella. En cuanto a Game of Thrones, está claro que ha logrado entrar en la lista por el capítulo 9 de su tercera temporada; ese que traumatizó a todo aquel que no había leído el libro previamente. La otra novedad ha sido la inclusión de Downton Abbey, lo que se puede entender como un acto de justicia con algo tan maravilloso. Pero la batalla de esta categoría estará una vez más entre Homeland Mad Men. Y el año pasado ya venció la primera. Lo que más molesta de esta categoría es la enésima ausencia de Sons of AnarchySi la serie de moteros no es la mejor que hay en la actualidad junto a Homeland para los que eligen los nominados es que viven en otro mundo completamente aparte. Pero sin injusticias no existirían estos premios. Vera

En cuanto a las actrices, otra sorpresa además de Robin Wright: la de Vera Farmiga por Bates Motel. Que una intérprete que ya fue nominada al Oscar se quedase fuera de los Emmy hubiese sido curioso. Pero también se ha sido justo con ella, porque su gran papel en esta serie debía lograr algo más que estar enntre los preaspirantes. La que no ha podido continuar sus años de éxito pasados ha sido Julianna Margulies, que tras ganar varios años se queda fuera por primera vez. ¿Quién ganará aquí? Parece poco probable que Michelle Dockery, Kerry Washington, Elisabeth Moss y las anteriores derroten a Claire Danes. O eso debería ser lo normal. En cuanto a las secundarias, esa estatuilla tiene nombre: Maggie Smith. Aunque a mí personalmente me gustaría mucho que se la diesen a Christina Hendricks.
GypEn lo referente a las comedias lo más emocionante de este año será conocer la existencia de la serie que logre desbancar a Modern FamilyNo parece posible que Veep, que es la más novedosa, logre semejante éxito. Pero convertirse en la mejor serie de humor si está al alcance de The Big Bang TheoryLouie. La estimulante Girls sigue aporreando la puerta de la victoria, pero salvo sorpresa mayúscula deberá esperar otro año más. En cuanto a 30 Rock, parece que se la ha incluido como homenaje a su adiós esta temporada; pero sería bastante vergonzoso que se llevase el premio por esta razón. Los actores dramáticos principales parecían estar cantados, pero a última hora se ha colado Hugh Bonneville. El protagonista de Downton Abbey ha sido el probable responsable de dejar fuera a Steve Buscemi, que ha corrido la misma suerte que su serie. En esta categoría existe la incógnita de si se premiará al que se va (Bryan Cranston), al favorito (Damian Lewis) o al que su trabajo en este último año merece algo más que una mención (Jon Hamm). Por otro lado, los secundarios son de un alto nivel una vez más. Está claro que el gran favorito es Aaron Paul, con el permiso de Mandy Patikin y Peter Dinklage. Pero si hay un personaje que ha logrado calar en el espectador y que a mi parecer debería ganar es el Gyp Rosetti de Bobby Cannavale. Lo injusto aquí es la ausencia de Mads Mikkelsen, el Hannibal televisivo. Pero cuando le relegaron a los secundarios estaba cantado que se lo cargaban de cualquier nominación.

En los actores la mayor sorpresa está en los secundarios debido a la ausencia Eric Stonestreet. Sí están sus otros tres compañeros de la serie, y el favorito de ellos para el galardón será Ed O’Neill. Aunque hay que estar muy atentos a Adam Driver por su rol en Girls. En cuanto a los principales, Jim Parsons va a la cabeza de las quinielas seguido de cerca por Louis CK.

Lena

¿Quién ganará en mejor actriz cómica protagonista? Todas las miradas apuntan a Lena Dunham, a pesar de la dura competencia que tiene con auténticas bestias como Edie Falco o Tina Fey. Aún así, tampoco hay que desmerecer a Julia Louis Dreyfus y Amy Poehler, que están estupendas en sus respectivas ficciones. De Laura Dern prefiero no decir nada, ya que Enlightened me parece un tostón. Pasando a las secundarias, si ganase Julie Dowen de nuevo no sería extraño. Pero deberá andarse con ojo con Mayim Bialik, que podría ser una de las sorpresas de estos Emmy.

Jessica

Sobre las miniseries nominadas lo primero que hay que decir es que debéis verlas todas. Las seis son magníficas. Aunque una de ellas no lo sea como tal, a pesar de que se empeñen en encuadrarla en esta categoría. Es el caso de American Horror Story, que con su temporada de Asylum ha vuelto a pegar en el sofa a todo aquel que se pusiese a verla. ¿Ganará? Probablemente. El problema es que tiene enfrente a otras cinco genialidades, e igual se premia a La Biblia por su gran adaptación.

La serie de terror de Ryan Murphy también posee actores aspirantes en todas las categorías de miniseries salvo en la de mejor actor. En ésta, Al Pacino (Phil Spector) vuelve a destacar como el rival a batir. Pero para eso estarán Matt Damon (Behind the Candelabra) y Benedict Cumberbatch (Parade’s End); especialmente este último, al que muchos consideran el mejor intérprete televisivo de la actualidad. No sabemos si AHS saldrá victoriosa en mejor actor y actriz secundarios de miniserie. Lo que sí sería casi un insulto es que el premio a mejor actriz principal en este ámbito no fuese para Jessica Lange. Aunque lo dispute con Helen Mirren (Phil Spector) y Sigourney Weaver (Political Animals), si no se lo lleva los Emmy se retratarán como ya acostumbran.

En definitiva, más de lo mismo con novatos esperados en un año bastante flojo para la ficción norteamericana (y británica). Esperemos que el próximo sea mejor.

Mejor serie de Drama 

Homeland
Breaking Bad
House of Cards
Game of Thrones
Mad Men
Downton Abbey

Mejor actor de drama
Hugh Bonneville (Downton Abbey)
Jon Hamm (Mad Men)
Kevin Spacey (House of Cards)
Damien Lewis (Homeland)
Bryan Cranston (Breaking Bad)
Jeff Daniels (The Newsroom)

Mejor actriz de drama
Michelle Dockery (Downton Abbey)
Vera Farmiga (Bates Motel)
Connie Briton (Nashville)
Claire Danes (Homeland)
Elisabeth Moss (Mad Men)
Kerry Washington (Scandal)
Robin Wright (House of Cards)

Mejor actor secundario de drama
Bobby Cannavale (Boardwalk Empire)
Jim Carter (Downton Abbey)
Jonathan Banks (Breaking Bad)
Peter Dinklage (Game of Thrones)
Mandy Patinkin (Homeland)
Aaron Paul (Breaking Bad)

Mejor actriz secundaria de drama
Anna Gunn (Breaking Bad)
Maggie Smith (Downton Abbey)
Emilia Clarke (Game of Thrones)
Christine Baranski (The Good Wife)
Morena Baccarin (Homeland)
Christina Hendricks (Mad Men)

Mejor comedia
30 Rock
Louie
Modern Family
Veep
The Big Bang Theory
Girls

Mejor actor de comedia
Alec Baldwin (30 Rock)
Jason Bateman (Arrested Development)
Luois CK (Louie)
Matt Leblanc (Episodes)
Jim Parsons (The Big Bang Theory)
Don Cheadle (House of Lies)

Mejor actriz de comedia
Laura Dern (Enlightened)
Lena Dunham (Girls)
Edie Falco (Nurse Jackie)
Tina Fey (30 Rock)
Julia Louis-Dreyfus (Veep)
Amy Poehler (Parks and Recreation)

Mejor actor secundario de comedia
Adam Driver (Girls)
Jesse Tyler Ferguson (Modern Family)
Ed O’Neill (Modern Family)
Ty Burrell (Modern Family)
Tony Hale (Veep)
Bill Hader (Saturday Night Live)

Mejor actriz secundaria de comedia
Mayim Bialik (The Big Bang Theory)
Jane Lynch (Glee)
Sofía Vergara (Modern Family)
Julie Bowen (Modern Family)
Merritt Wever (Nurse Jackie)
Jane Krakowski (30 Rock)
Anna Clumsky (Veep)

Mejor Miniserie o TV Movie
American Horror Story: Asylum
Behind the Candelabra
The Bible
Phil Spector
Top of the Lake
Political Animals

Mejor actor de miniserie o TV Movie
Michael Douglas (Behind the Candelabra)
Matt Damon (Behind the Candelabra)
Toby Jones (The Girl)
Benedict Cumberbatch (Parade’s End)
Al Pacino (Phil Spector)

Mejor actriz de miniserie o TV Movie
Jessica Lange (American Horror Story: Asylum)
Laura Linney (The Big C)
Helen Mirren (Phil Spector)
Elisabeth Moss (Top of the Lake)
Sigourney Weaver (Political Animals)

Mejor actor secundario de miniserie o TV Movie
James Cromwell (American Horror Story: Asylum)
Zachary Quinto (American Horror Story: Asylum)
Scott Bakula (Behind the Candelabra)
John Benjamin Hickey (The Big C)
Peter Mullan (Top of the Lake)

Mejor actriz secundario de miniserie o TV Movie
Sarah Paulson (American Horror Story: Asylum)
Imelda Staunton (The Girl)
Ellen Burstyn (Political Animals)
Charlitte Rampling (Restless)
Alfre Woodard (Steel Magnolias)

 

Así fue la ceremonia en directo

15.06. Hasta aquí el directo. Os invito a leer en un rato el post resumen sobre las nominaciones de este año para los Emmy.

15.04. Los secundarios aspirantes a galardón en drama. Ellas: Anna Gunn, Maggie Smith, Emilia Clarke, Christine Baranski, Morena Baccarin y Christina Hendricks. Ellos: Bobby Cannavale, Jonathan Banks, Aaron Paul, Jim Carter, Peter Dinklage, Mandy Patinkin (Homeland).

15.00. En comedia, nominados a mejor actor: Alec Baldwin, Jason Bateman, Louis CK, Don Cheadle, Matt Leblanc y Jim Parsons. Como mejor actriz en este ámbito, las candidatas son: Laura Dern, Lena Dunham, Eddie Falco, Tina Fey, Amy Poehler y Julia Louis Dreyfus.

14.54. La categoría con más sorpresas ha sido la de mejor actriz de drama. Se ha quedado fuera Julianna Margulies, y han entrado Vera Farmiga y Robin Wright. La lista la completan Connie Britton, Claire Danes, Michelle Dockery, Elisabeth Moss y Kerry Washington.

14.50. Ya ha terminado la ceremonia para anunciar los nominados. Desde ahora, repasamos qué series han logrado la candidatura. En comedia, optarán al premio 30 Rock, The Big Bang Theory, Girls, Louie, Modern Family, Veep.

14.48. Series nominadas a mejor drama: Mad Men, Homeland, House of Cards, Breaking Bad, Game of Thrones y Downton Abbey.

14.46. Como se esperaba, American Horror Story está nominada en la categoría de miniserie.

14.45. Sin sorpresas en la categoría de mejor actor de comedia: entran Alec Baldwin y Louis Ck.

14.44. Esto va como un tiro. Se ha colado Robin Wright en la categoría de mejor actriz, así como Vera Farmiga.

14.43. Actores principales de drama: Hugh Bonneville, Bryan Cranston, Damian Lewis, Jon Hamm, Jeff Daniels y Kevin Spacey.

14.42. Ya salen Paul y Harris. Pareja inédita para dar a conocer los afortunados que optan a la nominación.

14.41. Se hacen de rogar los presentadores. Siguen saliendo los ejecutivos de los Emmy y CBS para dar sus discursos.

14.35. Pero Mara tendrá sustituto: junto a Aaron Paul aparecerá Neil Patrick Harris. A la presentación de la gala suma el anuncio de los nominados.

14.33. Alan Perris está haciendo las presentaciones del equipo de los Emmy de este año. Y parece que se confirma: Kate Mara no anunciará los nominados. Problemas con el avión, ha dicho Perris.

14.31. Parece ser que Kate Mara no estará en la presentación de los nominados. ¿Será una broma?

14.25. En comedia existen muchas series dispuestas a poner fin a la hegemonía de Modern Family. Ficciones como Louie, Girls The Big Bang Theory acechan a la ganadora de estos últimos años.

 14.21. Kerry Washington (Scandal) y Matthew Rhys (The Americans) también están en las quinielas para obtener la nominación como mejor actriz y actor dramático respectivamente. En los secundarios, sorprende la presencia de Mads Mikkelsen (Hannibal), ya que es el auténtico protagonista de la serie en la que participa y quizá debería estar en la categoría principal.

14.18. Entre los candidatos a dar la sorpresa todas las miradas apuntan hacia Tatiana Maslany, por su papel en Orphan Black. También está por ver qué ocurre con Game of Thrones, que podría quedarse fuera en la categoría de mejor serie de drama por toda la competencia que existe.

14.13. Está previsto que el acto donde se comunicarán los nominados empiece entre las 14.15 y las 14.30 hora española. Y lo presentarán dos posibles candidatos a los premios: Kate Mara, por su papel de Zoe Barnes en House of Cards, y Aaron Paul, que se ha hecho dos veces con el galardón en la categoría de Mejor secundario de drama por Breaking Bad.

 

El poder de Hannibal

Uno de mis traumas infantiles fue provocado por uno de mis familiares de cuyo nombre no quiero acordarme, al que se le ocurrió que yo tenía que ver cuando solo tenía 5 años cómo Anthony Hopkins le comía la cara a un policía en El silencio de los corderos. Quizá sea por eso que no puedo soportar el gore, ya que me da asco y nauseas, e intento evitarlo todo lo que puedo. De hecho, lo pasé un poco mal viendo Spartacus.

Hannibal

Debido a aquel episodio, Hannibal Lecter me aterraba. Porque no sé si os acordáis, pero en esa película Hopkins intimidaba y metía el miedo en el cuerpo con su rol de caníbal educado, inteligente y refinado. Cuando pasaron los años, comenzó a fascinarme, y ya me atreví a ver las otras dos películas que hizo el actor galés: Hannibal y El dragón rojo. Me encantaba que existiese un personaje tan malvado y a la vez tan astuto y artero, al que sus víctimas y perseguidores temen, pero también admiran. Y ahí me quedé, ya que la precuela El origen del mal no la he visto. Por todo esto, es obvio que me alegré mucho cuando me enteré de que iba a haber una serie llamada Hannibal, y que encima iba a estar liderada por uno de estos showrunners locos como Bryan Fuller (Pushing Daisies).

Hannibal mola por varios aspectos que la hacen única en la actualidad. Es oscura y reposada. Es violenta sin ser explícita. Estremece. Su estética y su ambiente calan los huesos. Acojona, vamos. Y no me avergüenzo de decirlo: lo paso mal viéndola. Y me gusta esa sensación.

Los trece capítulos de esta primera temporada no han sido espectaculares, ni mucho menos, pero sí han logrado poner los pelos de punta en algún momento por todos los elementos que decíamos anteriormente. Y siempre consiguiendo algo muy difícil: todos los casos con los que tiene que lidiar el agente Will Graham (Hugh Dancy) son originales y creíbles, y tienen la capacidad de meter al espectador dentro de la trama.

Pero todo queda supeditado a la presencia inconmensurable del psiquiatra maquiavélico, urbanizado, atractivo, caníbal y cocinillas. El poder de manipular a su antojo al resto, su talento para el asesinato, así como su afición a coger los órganos de sus víctimas para servírselos a sus invitados como platos de alta cocina (todo ello con el asesoramiento del español José Andrés), hacen de Hannibal Lecter un villano admirable y adictivo. Porque aunque sea un psicópata, también logra caer bien, lo que a veces lleva al espectador a desear que la policía nunca descubra sus aficiones ocultas.

Dancy

Decir que el papelón de Mads Mikkelsen es para darle un premio es de Perogrullo, ya que es el auténtico protagonista y el canalizador de todo el mal rollo que transmite la serie. Por eso es aún menos comprensible que de cara a los Emmy solo pueda ser nominado en la categoría de actor secundario.

Lo que quizá le están robando a Mikkelsen, lo que le impide lucirse todavía más, son sus asesinatos, ya que apenas nos los muestran. Fuller enseña a la víctima ya destripada o sin algunas partes de su cuerpo, sin contarnos con imágenes cómo se ha producido el crimen en sí.

Esta ausencia de vísceras, que incluso yo echo en falta, no sería tal si Hannibal se emitiese en alguna cadena de cable, como muchos de sus asiduos desearíamos. Pero por ahora nos conformamos con la NBC, que a pesar de sus malos datos la mantiene en parrilla. Aunque quizá una cancelación no sería del todo mala para la serie, por esto de que podría trasladarse a otro canal más permisivo con la sangre

¿Y qué podemos decir de Hugh Dancy? Pues que es insoportable. Es cierto que a veces logra enternecernos con sus caras de perrito triste, y que es el juguete de Lecter, pero eso no es suficiente. Interpretar a Will Graham, un personaje con una historia tan grande detrás, está claro que no debe ser fácil. Pero Dancy está llevando su papel por un camino equivocado, hasta el punto de estar muy cerca de convertirse en un Senado español andante (desde ahora, nos referiremos a los personajes o argumentos inútiles e inservibles de esa manera, Senado español).

En cuanto al resto de personajes, su handicap es estar demasiado sobrepasados por los dos grandes protagonistas, aunque tener a Laurence Fishburne en tu elenco (en su papel de Jack Crawford) siempre suma. Él y la bellísima Caroline Dhavernas (la psicóloga Alana Bloom) son los dos únicos que pueden catalogarse como los auténticos secundarios de esta historia, ya que el resto de actores apenas aparecen o su impacto en las tramas es muy leve. Y no, no me olvido de Gillian Anderson (la amiga y consejera de Lecter), que con su sola presencia hace del mundo un lugar mejor, y que está espléndida.

El final del capítulo 13 fue un broche perfecto a una temporada de notable, ya que el sobresaliente solo podrá obtenerlo si sus guionistas y Bryan Fuller se atreven a hacerla más explícita en todos los sentidos. Yo no puedo esperar para ver la próxima entrega. ¿Continuará la trama contando la relación entre Lecter y Graham? ¿O se incorporará a los guiones Francis Dolarhyde, el Dragón rojo? Por cierto, si no la habéis visto, hacedlo de noche y a oscuras. Así acojona más.

Bonus: si queréis ver alguna de las especialidades de Hannibal, aquí tenéis.