Todo apuntaba a que Iron Fist sería el primer gran batacazo de Marvel y Netflix, y así ha sido. No me refiero solo a esa sensación de muchos espectadores respecto a la apuesta creativa, sino a las polémicas que han rodeado el estreno de la serie en las últimas semanas (algunas incluso desde los momentos iniciales del proyecto). La crítica de apropiación cultural siempre ha estado ahí; no es un caso de whitewashing, ya que el personaje original es blanco, a pesar de la influencia de la cultura asiática, pero hay quien opinaba que la adaptación era una buena oportunidad para ajustar cuentas con los actores asiáticos. Esto cobró un matiz algo más conflictivo cuando Finn Jones, que da vida al protagonista, tuiteó sobre la importancia de la representación racial en televisión y varios usuarios le reprobaron, a lo que se añadieron sus declaraciones sobre las malas reviews de la serie; según él, Iron Fist no es para los críticos.
Lo cierto es que habríamos llegado al mismo punto sin todas esas cuestiones de actualidad; si acaso nos habríamos ahorrado el párrafo anterior, pero el balance sería el mismo, tanto para néofitos en Marvel (como yo) como para los fans consumados (quizás peor para estos). Había incondicionales de la factoría comiquera que ya guardaban recelos hacia Iron Fist, ya que no les parecía un personaje suficientemente jugoso para saltar a la pantalla, y a ello se sumaron después los de los espectadores de las series. ¿Qué tiene Iron Fist que contar? Si tenemos en cuenta que parte del sentido de las adaptaciones de Marvel era buscar una percha cultural a los protagonistas (Jessica Jones abordó la violencia sexual contra las mujeres, Luke Cage los disturbios raciales y la blaxploitation), ¿Iron Fist no sería solo un mal sustituto de Daredevil? Así es: volvemos a los dramas del hombre blanco heterosexual enfrentado a sus fantasmas.
La falta de diversidad, tanto en sus personajes como en tono, era algo que ya nos escamaba en Daredevil, en la que coleaban los dejes creativos del típico antihéroe masculino de la televisión de los últimos quince años. Aquí brilla por su ausencia cualquier intento de profundidad. Iron Fist narra el regreso a Nueva York de Danny Rand (Finn Jones, de Juego de Tronos), heredero de un imperio empresarial al que se dio por muerto, junto con sus padres, en su adolescencia, y que fue protegido por una misteriosa orden religiosa asiática del Himalaya, donde sucedió su accidente de avión. El rechazo de los actuales propietarios, una familia amiga de los Rand, le hará conocer el lado más duro de la metrópoli, conectar con los olvidados e intentar recuperar su poder, el puño de hierro. El desarrollo es el que imagináis, y en este caso Marvel y Netflix, con el guionista Scott Buck (de Dexter) a cargo no se salen ni un ápice de la fórmula más simplona.
Los grandes vicios de Iron Fist no se reducen solo a ser un conflicto ya explorado desde la plataforma, sino que no se profundiza ni en sus temas ni en su tono audiovisual, lo que es casi peor si consideramos la reconocible marca creativa de las otras series. Confieso que Daredevil no me gustó, pero en Jessica Jones y Luke Cage sí encontré, además de temas diferentes para una ficción de superhéroes, un espíritu característico, donde la música (el jazz en la primera, el funky en la segunda) y la puesta en escena marcaban el paso de lo que se narraba episodio a episodio. En Iron Fist hasta la cabecera, tan aclamadas las de Marvel y Netflix, es anodina. La falta de personalidad es su principal problema (además de los que arrastran las predecesoras; redundancia en 13 capítulos, que se dice pronto pero no tan pronto se ve), así como la evidencia de estar hecha con plantilla y por contrato. ¿Cuándo decís que empieza The Defenders?
¿Qué os ha parecido a vosotros Iron Fist? ¿Sí o no?
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Esta mal rematada… y creo que el actor no le pega al personaje…. aunque la idea es buena….no engancha
20 marzo 2017 | 12:08 am
La he visto ya entera y el protagonista es un tanto desquiciante porque muestra constantemente su inseguridad,con lo que sus actos son muy previsibles y la linea argumental flojea.El argumento es similar al de Arrow
20 marzo 2017 | 11:13 am
Me gustó pero no fue ni la decima parte de lo que pudo hsber sido. Para refrescar la propuesta, debio haberse desarrollado en la misma Kun Lun y contar como se ganó el Puño de Hierro. Quizas a traves de un torneo de artes marciales (dicen que las formulas clasicas bien contadas, siempre funcionan). Pudimos ver a shang chi y a las Armas inmortales de Brubaker y Aja.
PD . En que momento se volvio tan guapa la serpiente de arena Jessica Henwick !❤
20 marzo 2017 | 4:07 pm
Me parece que haces la crítica desde un punto de vista ajeno al universo Marvel. Le pides profundidad a la serie, pero justamente se trata de lo contrario. Danny Rand es un chico que volvió después de 15 años a Nueva York. Lógicamente, en ese contexto Danny no puede tener la misma profundidad que la tuvieron Jessica Jones y Luke Cage porque simplemente no hay un nexo argumental que lo conecte con su entorno. Iron Fist no es una serie de conflictos sociales, es de personas. La relación entre Colleen, Ward, Joey, Harold, Claire y Danny es lo que interesa. Una última cosa, tienes razón en decir que es repetitivo, pero justo eso es lo que debería ser. En los Defenders Iron Fist representa la contraparte de Daredevil, uno trágico y enraizado a Hell’s Kitchen, el otro jovial y desentendido. En esa dicotomía yace la complejidad de ambos personajes que en ensencia son lo mismo.
20 marzo 2017 | 5:46 pm
El proceder de los personajes, como han dicho ya, desquiciante. ¿Tanto cuesta que se conduzcan de una manera lógica o por lo menos más normal? Pero eso es muy de allí, muy americano, lo llevan haciendo desde los ochenta: ese quedarse como atolondrado, con la boca abierta, a cada paso, o esa reacción histérica tan típica, exenta de toda comprensión o naturalidad, que te quedas como no entendiendo nada; o la insistencia con la culpa, el sentirse o hacer sentir al otro culpable a la mínima, en fin, qué os voy a decir que no sepáis. Así que lo dicho: una serie de elevado poder desquiciante o enervante para el sacrificado amante del género. Lo peor es que esto ejerce su efecto pedagógico en mentes menos formadas, como niños y adolescentes, que lo imitan todo.
22 marzo 2017 | 2:07 pm
Aún no la he visto pero por lo que veo en los comentarios el personaje resulta ser muy predecible pero aún así soy fan de Marvel y tengo ganas de verla. Si queréis ver le trailer visitar mi página. Gracias
27 marzo 2017 | 7:11 pm
Me ha parecido leer entre líneas que una serie, para ser buena, debe tratar temas de discriminación. Y que, por tratar de un «hombre blanco heterosexual» (palabras textuales), queda devaluada. Me parece un punto de vista paupérrimo.
Daredevil es una pedazo de serie, pese a su «falta de diversidad». El villano, Vincent D’Onofrio, produce auténtico pavor (al menos en su versión original). Y lo que se intuye de Madame Gao también. En cuanto a la profundidad, ¿te parece poco el conflicto de Matt Murdock ante la religión, sus conversaciones con el cura? ¿O sus dudas con respecto a desvelar su alter ego a su gran amigo Foggy Nelson? ¿O los límites de su actuación cuando se enfrenta a Punisher? Se trata de una serie sobre un (super) heroe, no sobre las grandes mentes filosóficas de la historia.
En cuanto a Iron Fist, que no he terminado de ver, adolece de falta de ritmo. Tiene altibajos. Pero parte de los argumentos que has dado para desmontarla parecen reflejar un punto de vista sesgado por la corrección política. Lo siento, sin llegar a llenarme como serie, no estoy para nada de acuerdo contigo, porque parte de los argumentos que usas reflejan sólo tus creencias, no la buena o mala calidad de la serie.
31 marzo 2017 | 12:58 pm
Creia que se podria salvar, pero desde el minuto 1 no se sabe por donde coger. Vaya tomadura de pelo
11 mayo 2017 | 12:46 pm