Chasco,

dícese de la decepción que causa a veces un suceso contrario a lo que se esperaba.

Y de eso estaba el otro día hablando con mi chico, de los últimos chascos cinematográficos que hemos tenido cuando a mí me vino a la mente ‘Midnight in Paris’. Me he resistido a admitirlo, porque Woody Allen me suele gustar hasta cuando lo hace regulín; pero últimamente él y yo ‘no encajamos como solíamos’.

Con ‘Vicky Cristina Barcelona’ me pillé un medio cabreo absurdo porque me parecía mentira que un tipo con tanto talento como Allen fuera capaz de juntar tal cantidad de tópicos en una película que parecía un spot promocional de Barcelona. En ‘Si la cosa funciona’ celebré que la película respetara el metraje habitual de Allen, porque se me estaba haciendo muy cansina y tontorrona (incluso llegué a cogerle algo de manía a Larry David)

Me llevé un alegrón con ‘Conocerás al hombre de tus sueños’, quizá porque no había oído grandes críticas sobre ella y no esperaba nada, me sorprendió que la historia me enganchara, aunque jamás la calificaría de peliculón.

Con ‘Midnight in Paris’ he recorrido el camino inverso. Leí grandes elogios de ella en Cannes y me vine arriba. Ahí está el viejo Woody, me dije, pero la película me resultó topicona y previsible, imaginativa en el planteamiento de la trama; pero sin gancho. Eché de menos diálogos más chispeantes, personajes menos estereotipados (estoy un poco harta de esa aburrida clase pudiente americana, de ese dubitativo enamorado/enamorada tan infeliz, en realidad…) y, sobre todo, eché de menos la brillante oscuridad que subyacía en ‘Match Point’, para mí la mejor de Allen en muchos años.

Soy consciente de que parte de la culpa de sufrir un chasco es de uno mismo, por exceso de expectativas e ilusiones, pero precisamente hoy os pido que seáis subjetivos y me contéis cuál ha sido vuestro último chasco cinematográfico.