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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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‘My blueberry nights’, buenos actores, historias muy frías

Quien diga que no se siente atraído por los filmes románticos miente. Lo digo por experiencia propia, por lo que veo a mi alrededor con mis propios amigos. Hasta los más pasotas y duros acaban picando cuando oyen la frasecilla: ‘una bonita historia de amor’. Utilizando ese hipnótico canto de sirena convencí a un grupo de ellos para que me acompañaran a ver ‘My blueberry nights’, la última de Wong Kar Wai, un director al que tenía algo idealizado desde ‘Deseando amar’.

Además de la posibilidad de ver ‘una bonita historia de amor’ me atraía mucho el reparto, encabezado por una debutante Norah Jones, el guaperas de Jude Law, y las no menos atractivas Rachel Weisz y Natalie Portman. Ninguno de ellos me defraudó, ni siquiera Jones, que además de ser una gran cantante, demuestra que tiene aptitudes para llevar el peso de un papel protagonista. Lástima que ninguna de las historias que interpretan haya conseguido emocionarme de verdad.

El estilo visual es audaz, moderno, te atrapa, como siempre en las películas de Wong Kar Wai: ralentiza la acción, para la imagen, satura los colores, provoca una refrescante sensación de modernidad; pero, esta vez, sus historias parecen frías, distantes, faltas de emoción, a pesar del dramatismo de casi todas ellas. El resultado me pareció decepcionante, ¿culpa del filme o de mis grandes expectativas? Cuando vosotros veáis la película, decidiréis por vosotros mismos.

La banda sonora, a base de soul y jazz, es, eso sí, sobresaliente. La propio Jones compuso un tema después de una larga jornada de rodaje; pero también hay canciones de Otis Redding, Cat Power, Gustavo Santaolalla… Como también me parecen especialmente destacables el cartel del filme (colorista, llamativo, consigue llamar la atención del espectador) y lo especialmente guapa que aparece Rachel Weisz, una actriz cada vez más cercana a los cánones de belleza de las grandes estrellas del cine clásico.