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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Y nos tragamos otra gala de los Goya soporífera, que solo Segura animó

¿Y la 26 ceremonia de entrega de los Goya, la primera con Enrique González Macho de presidente de la Academia, y la primera que presentaba la humorista Eva Hache?

Pues qué queréis que os diga, que hasta que no salió Segura me lo estaba pasando mejor leyéndola en Twitter que viéndola. Por lo demás, alguna que otra sorpresa pequeña y mucho premio previsible.

¿Un calificativo? ¿Soporífera os parece demasiado fuerte?

  • La sensación general: no he podido evitar echar de menos (un poco) a Buenafuente, (mucho) a Corbacho, y desear que alguien se apiade de nosotros y le dé una oportunidad a Segura como presentador de la gala el próximo año.
  • Las anécdotas: el muletilla espontáneo que reclamaba atención para rodar un western en Extremadura y que Elena Anaya y Jan Cornet hayan ganado el Goya por el mismo personaje, mejor actriz y mejor actor revelación, respectivamente.
  • Las pequeñas sorpresas: el Goya de actor de reparto para Lluís Homar (cuando el 50% se lo adjudicaba a Raúl Arévalo y el otro 50% a Juanjo Artero), el Goya al guión adaptado de ‘Arrugas‘, el Goya al actor revelación para Jan Cornet y la dirección artística para Juan Pedro de Gaspar por ‘Blackthorn. Han sido sorpresas agradables y merecidas.
  • La pregunta: ¿Por qué Eva Hache se pasó la gala desaparecida? El guión era malo sí, pero si cuentas con una humorista, intenta sacarle algo más de provecho ¿no?
  • El momento más controvertido en la red: el discurso del presidente Enrique González Macho (“todos somos internautas”) y la intervención de Marta Etura, hablando de la “hostilidad” hacia el cine español. Mientras en Twitter: “Tiempo para ir al WC”, “Almodóvar lleva gafas porque se duerme a ratos”, “El subtexto del discurso: «No toque las subvenciones, calvo de m…” (Wert estaba en la sala).
  • El momento más controvertido dentro de la sala (imagino, por eso de las personalidades políticas que había): el discurso de agradecimiento de Isabel Coixet: “La Justicia aparta el juez Garzón, pero nadie podrá apartar la Justicia de Garzón” o algo así.
  • El momento más emotivo: La reaparición de Silvia Abascal tras el ictus que sufrió hace un año y su sincero: “gracias por estar”.
  • Mi cero más absoluto: a la realización. Nos ha escamoteado miradas y reacciones claves (por ejemplo las del ministro de cultura Wert) y el momento del espontáneo (¿no es absurdo intentar tapar algo que en el fondo estamos viendo o intuyendo?). Además de haberse perdido la salida al escenario de Elena Anaya.
  • Mi pizquita de pena: ver a mi excompi de facultad, Mateo Gil, irse a casa sin la estatuilla al mejor director.

¿Es ‘Torrente’ una película para tíos?

Había visto las dos primeras entregas de ‘Torrente‘; pero me quedaba la tercera. Gracias a Antena 3 anoche subsané ‘mi carencia’ y he de reconocer que, a ratos, me reí. Y lo digo con cierto estupor, porque Torrente, como el propio Santiago Segura dice «es un anormal», un impresentable, un casposo asqueroso que refleja el machismo más cutre y vomitivo de nuestra sociedad. Sin embargo, tiene su punto, (y mucho mérito) porque nos enfrenta a una caricatura que nos repele y nos atrae al mismo tiempo como si fuera un fenómeno de feria.

Muchos de los chicos que me rodean son fans declarados de Torrente. No pasará del fin de semana sin que vayan a ver ‘Torrente 4‘, incluso pagarán los diez eurazos que cuesta la entrada de 3D. La ocasión lo merece. Ellos ni de lejos se parecen a él; son educados y considerados, tienen éxito con las chicas y cuesta imaginárselos soltando las burradas que dice Torrente; pero, en cierta manera, lo admiran. Les encanta (según lo que me han dicho) que se atreva a decir lo que nadie dice, que sea tan irreverente, que se ría de todos, que en la película saque tantas tías buenas en pelotas y que pase del lenguaje y la pose ‘políticamente correctas’ que les encorseta a ellos. Además, dicen, los cameos añaden un extra de risas que evitan que la atención decaiga. «Un puto crack» es la expresión que he oído referente a él.

Con las chicas es otra historia. Ninguna de mis amigas ha ido nunca al cine a ver alguna de las entregas de Torrente. Como mucho alguna le ha echado un vistazo mientras la ponían en televisión o mientras su novio la ponía en el DVD. A las que lo han ‘medio visto’ no les gusta y les espanta que sus chicos lo defiendan. Aunque imagino que no todas las mujeres opinarán igual. Yo hablo de mi círculo de amigas, donde yo soy la única que defiende el personaje porque me hacen gracias sus barbaridades. Hasta la forma en que babea ante una pibón en tanga me conmueve por su patetismo y su sinceridad. Puro realismo.
Pero por todo esto creo que ‘Torrente’ es, sobre todo, una película pensada para gustar a los tíos, y es entre ellos donde triunfa mayoritariamente. No sé qué opináis vosotros/as y si os gusta y tenéis pensado ir a ver la ‘Torrente 4’.