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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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‘Rocknrolla’, la redención de Guy Ritchie y de Gerard Butler

Perdonadme que haya tenido varios días desatendido el blog, quería dedicarle el primer post del año a Guy Ritchie y a su ‘Rocknrolla’, pero como la gripe me ha tenido KO varios días no pude ir a ver el filme hasta ayer. Me cae bien Ritchie, y más ahora que se ha separado de la megadiva del pop y que está rodando un filme sobre Sherlock Holmes (¡Ya era hora!). Hace películas con cierta mala leche, mucho humor negro, un buen ritmo narrativo y unos diálogos que se esfuerzan en salirse de la media. Siempre escoge buenos actores, que saben adaptarse a sus giros cómicos y busca tramas de intriga en clave de humor.

‘Rocknrolla’ es, en este sentido, un ejemplo claro del cine de Ritchie, del mejor cine de Ritchie, claro, ese que le dio fama en ‘Lock & Stock’ o en ‘Snatch, cerdos y diamantes’; no el que lo desdibujó en ‘Barridos por la marea’. Los negocios entre delincuentes medio mafiosos sirven de excusa para contar una historia que te mantiene enganchando durante las casi dos horas que dura el metraje. Le ayudan su gran plantel de actores, encabezados por un genial (como siempre) Tom Wilkinson, Mark Strong (del que ya me declaré fan hace unos cuantos meses), Idris Elba, Tom Hardy , Thandie Newton y un sorprendente Gerard Burtler.

La redención de Butler

Entre las gratas sorpresas de ‘Rocknrolla’ está la de reencontrarnos con la mejor cara de Gerard Butler, ese escocés brutote pero con mirada de niño, que enamoró a medio planeta en ‘300′, pero que se convirtió en el mayor cursi del barrio gracias a la infumable y topicona ‘Postdata: Te quiero’. ¿A quién se le ocurre sacar a estos especímenes salvajes y bellos de su hábitat natural (las islas británicas, con sus paisajes inabarcables, verdes, su dura climatología, sus peleas taberneras y sus bebidas hiper alcohólicas ) y trasladarlos a la soleada, siliconada y aséptica California o a la cosmopolita y metrosexual Nueva York (que era donde se desarrollaba el bodrio del que os hablaba)?

Habrá quien le achaque a Ritchie ser algo fantasma o incluso poco creíble; pero hay que agradecerle el esfuerzo por contar las historias de una forma original y con sentido del humor.