Sin efectos especiales Sin efectos especiales

-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Un poco de Estelle Getty, de Christian Bale y Robert Downey Jr.

Desayuné con la noticia de la muerte de Estelle Getty, la entrañable cascarrabias Sophia Petrillo de la serie ‘Las chicas de Oro’; pero también la metomentodo madre de Sylvester Stallone en ‘Alto! o mi madre dispara’. Le tenía un cariño especial a esta actriz. Me recordaba a mi propia abuela: el mismo peinado, calculo que la misma estatura, la misma mala leche y las mismas contestaciones rápidas y certeras. Adorable, a pesar de los refunfuños. Me encantaba cuando aleccionaba a su hija Dorothy con sus historias (inventadas), esas historias que invariablemente empezaban con : «Sicilia 1930…» y continuaban con Dorothy con cara de asombro.

Como con la preocupación que sienten algunos medios con la posibilidad de que Christian Bale, arrestado por, supuestamente, haber golpeado a su madre y a su hermana, pierda todas las opciones al Oscar. Incluso Los Angeles Times hace un balance de ilustres perdedores que vieron perjudicadas sus opciones por sus comportamientos fuera de la pantalla. Citan a Peter O´Toole (con ocho nominaciones que quedaron en nada) y a Richard Burton (siete) e incluso a Russell Crowe, quien, si bien tiene un Oscar, ha perdido muchas opciones para futuros premios por su reciente afición a lanzar teléfonos a la cara de los recepcionistas de hotel, según la publicación.

Ceno con la noticia de que finalmente Robert Downey Jr. no va a escribir sus memorias, como se había anunciado. No se ha dado ninguna explicación al respecto; excepto que el actor, de 43 años, ya ha devuelto a la editorial HarperCollins el recibo que había cobrado. El libro iba a ser «una mirada sincera a los altos y bajos de su vida y su carrera». Teniendo en cuenta su historial de drogas y encontronazos con la policía, los bajos iban a ser como fosas marianas. Lástima, me hubiera gustado saber más sobre este pedazo de actor.

‘La escafandra y la mariposa’, hermosa y arriesgada

Llevaba tiempo queriendo ir a verla, pero siempre me fallaba el ánimo en el último minuto. Sabía que me iba a encontrar una película dura y quería enfrentarme a ella un día en que tuviera la moral a prueba de dramas. Ayer fue ese día (lo siento Chechu, no te llamé para que vinieras conmigo porque decidí entrar en el cine en el último momento, fue un impulso).

De la película de Schnabel es muy difícil hablar sin caer en los tópicos. La historia de un triunfador (Jean-Dominique Bauby, editor de la revista ‘Elle’) que de la noche a la mañana se convierte en un ser inerte, absolutamente dependiente del cuidado de los demás, sin más capacidad de comunicación que el guiño de un ojo no es una historia fácil de digerir… por miedo. Miedo a vernos alguna vez en una situación parecida, miedo a que algo así pueda pasarle a alguien a quien queremos, miedo a que la vida pueda algún día llegar a limitarse a estar. Pero en la película de Schnabel hay un mensaje positivo, que es el que le transmite uno de los personajes al protagonista: si quieres sobrevivir, lucha por conservar tu lado más humano. Para el editor que quedó postrado en una cama por un accidente cardiovascular esto quiere decir conservar su memoria y su imaginación.

Por eso ‘La escafandra y la mariposa’, a pesar de ser una película impactante, no es una película triste. Su protagonista se aferra a la parte de su cuerpo que permanece activa, su cerebro, para seguir adelante. Desde luego no es una película complaciente, que vaya a gustar a todo el mundo (sobre todo a los que solo toleren los finales felices), pero es, desde luego, una experiencia muy recomendable. La poesía de Schnabel, las imágenes que ha fotografiado Janusz Kaminski, la música de Tom Waits y las interpretaciones de Mathieu Amalric y Max Von Sydow (qué emocionante e intensa la escena en la que Sydow intenta hablar por teléfono con su hijo enfermo, qué pedazo de actor) hacen del duro camino que recorre ‘La escafandra y la mariposa’ una experiencia emocionante.