Viendo el otro día ‘Los hombres que miraban fijamente a las cabras’ pensaba cómo a veces un título marca el visionado de una película, como creo que un libro viene irremediablemente condicionado por el título que recibe. A veces el título encaja como un guante en el contenido, otras lo viste de una forma estrambótica y algunas otras veces se queda empequeñecido, como mermado por la fuerza de aquello a lo que daba nombre. El título de la película de Grant Heslov encaja bien con el tono del filme y tiene, entiendo y o, una gran ventaja: es lo suficientemente llamativo, pero fácil, para ser recordado sin amputaciones. ¿Cuántas veces no habéis empezado a nombrar una película y os habéis tenido que parar a mitad de camino, incapaces de seguir? ¿U os habéis empeñado en nombrar una película por otra porque eran prácticamente iguales? ‘Lo que la verdad esconde’, ‘La verdad oculta’, ‘Una verdad incómoda’ … ‘ El precio del poder’ , ‘El precio de la ambición’, ‘El precio de la verdad’… Con ‘Los hombres que miraban fijamente a las cabras’ es imposible equivocarse. Tampoco hay equivocación en ‘El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante’ (aunque aquí lo difícil era recordar el orden exacto de tanto sustantivo) o en ‘No es país para viejos’ o con títulos sencillos y directos como ‘Cocoon’, ‘Amelie’ o (vale, ¿por qué no?) ‘Avatar’.

Para no remontar la búsqueda hasta los tiempos de ‘El cantor de Jazz’ os propongo que entre todos busquemos la película reciente (2009-2010) con el título más llamativo. Yo me quedo con Los hombres que miraban fijamente a las cabras y hubiera votado también por ‘La chica que soñaba con … ‘ si fuera capaz de recordar exactamente el título.

Por cierto, ¿os gustó ‘Los hombres que miraban fijamente a las cabras’?