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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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¿Lograremos vivir sin los ‘tuits’ de James Franco?

James Franco se abrió una cuenta en Twitter y la red enloqueció (bueno, quizá esté exagerando un pelín; pero interés sí despertó) y ahora dice que lo deja, «que las redes sociales se han acabado» para él por presiones de «las empresas con la que trabaja», y la noticia la recogen la mayoría de las agencias. Tener o no tener twitter se ha convertido en una noticia en sí misma.

Yo seguía a Franco, pero he de confesar que, tras los Oscar, donde sí se curró algunas fotos chulas y algún que otro vídeo, le perdí un poco la pista. Como bien dice este actor polifacético y futuro profesor universitario, las redes sociales consumen gran cantidad de tiempo, y por el batiburrillo de tuits que asaltan la pantalla a cada minuto es difícil procesar la información y retener las anécdotas curiosas, por lo que ahora mismo no sabría decir si la pérdida de los 140 caracteres de Franco suponen o no una gran pérdida.

Sí lo serían dejar de recibir los tuits de Stephen Fry, que además de hablar de lo suyo, te mantiene al día de lo que se cuece en la Gran Bretaña, o los de Kevin PollakÁlex de la Iglesia o Sánchez Arévalo, que, además de prolíficos, son interesantes, por poner ejemplos de twitteros famosos.

En cualquier caso, yo en esto de twitter estoy en fase alfa, todavía con posibilidad de mucho desarrollo, porque me queda mucho por aprender, así que si tenéis la pista de algún nombre interesante del que merezca la pena convertirse en follower, soy toda dedos.

Sí, la gala de los Oscar ha sido un rollete, ¿qué os esperábais?

No diré eso de «os lo dije», porque es odioso, pero, ¿a que no os ha sorprendido la bienintencionada y aburridísima sosería de la pareja James Franco-Anne Hathaway?  Se veía venir. El aburrimiento que nos esperaba en la gala de los Oscar se veía venir; se veían venir los premios, los premiados, sus sonrisas resplandecientes y sus discursos emotivos, largos, insulsos y sospechosamente familiares. ¡Pero si hasta cantó ‘miss sosi-Paltrow’!

Decir que lo mejor de la gala fue volver a ver a Kirk Douglas -a pesar de los estragos que ha hecho en su cara la combinación años (muchos, 94) + cirugía estética a gogó– sobre un escenario da idea de lo que vimos.  Algo parecido debieron pensar los espectadores, que recibieron con más entusiasmo del esperado la irrupción de Billy Cristal (te echaban de menos, Bill, tú también lo pudiste notar).

Pero decir que la culpa de los accesos de sueño fue exclusivamente de Franco y Hathaway es injusto. ¿Dónde están esos guionistas chispeantes y ágiles de los que tanto presumen en Hollywood? ¿Dónde están esos números musicales espectaculares y cimbreantes? ¡Y pensar que hace unas semanas yo me quejaba de que la gala de los Goya había sido un rollete… !

¿Y qué me decís de los premios? Vale que lo de Colin Firth y Natalie Portman estaba más que cantado; pero es que ¡ni una triste sorpresa, ni un mal sobresalto! Hubiera estado bien que alguien tuviera la valentía de reconocer que ‘Origen‘ es una película más atrevida y brillante que ‘El discurso del rey‘ (que sí es una buena película, pero, a mi gusto, menos redonda que el filme de Nolan), por ejemplo.

Hollywood quizá debería tomar nota de que lo más entretenido de la noche sucedió detrás de las cámaras, lejos de los controles de los realizadores y los regidores, pasó en Internet, donde ya hace días Ricky Gervais previó lo que iba a ser la noche y propuso un discurso gamberro y alternativo, y donde los medios de comunicación (como 20minutos.es) y los twitteros nos ponían al día de lo iba pasando. Ahí, en el ciberespacio, sí estuvo brillante James Franco, que tuiteó la gala desde bambalinas y colgó vídeos y fotos impagables, unos documentos únicos e improvisados que ayudan a tomar el pulso de lo que supone una ceremonia de este tipo. Su dedicación a estos menesteres quizá explicara su cara de ensimismamiento durante la gala.

Cuidado Ashton Kutcher, hay quien quiere hacerse con tu puesto de actor ‘trendy 3.0’.

Ricky Gervais les escribe un discurso alternativo a James Franco y Anne Hathaway

Anne Hathaway quiso tranquilizar hace unos días a quienes vayan a ver el domingo los Oscar, recordándoles que ella no era Ricky Gervais y que de ella no se podían esperar malos rollos y salidas de tono que tuvo Gervais en los Globos de oro. «Soy muy joven para ser cínica«, dijo más o menos. Sí, Anne, lo sabemos, el domingo nos espera una ceremonia mucho más aburrida de la que vimos en los Globos. Sí, Anne, nadie dudará de que ni tú ni James Franco sois Ricky Gervais. Sí, Anne, en los Oscar («donde la gente es mucho más alta y guapa que en los Grammy«, como dijo Tina Fey) nadie quiere oír lo ridículo que le parece al resto del mundo el comportamiento de algunas estrellas multimillonarias que se comportan como niños consentidos. «La falsa comunidad de Hollywood» (Chavy Chase dixit) tiene que aparecer en la foto rutilante y bella y así será.

Pero como el díscolo Gervais no puede parar quieto y le va la marcha, en su blog ha escrito el guión que él habría hecho para que James y Anne inauguraran la ceremonia. El diálogo, en el que las referencias a él mismo son constantes, no tiene desperdicio y está en la línea de lo que se espera de él, es decir, que no es apto para todos los públicos. Os dejo un extracto.
Anne Hathaway:
Soy la nueva Catwoman. La primera mujer blanca que interpreta el papel desde Michelle Pfeiffer. Espero que sea una inspiración para todos los blancos del mundo. Vuestros sueños se pueden hacer realidad en Hollywood.
Más diálogo…
Anne Hathaway:
Esta noche, nada de humoristas. ¿Y sabéis por qué? Porque son feos
James Franco:
Sobre todo ese maleducado repugnante que interpretaba el papel de Steve Carell en el remake inglés de ‘The Office’

Más diálogo…

Anne Hathaway:
¿Por qué Ricky no se arregla los dientes y se los blanquea como todo el mundo en Hollywood?
James Franco:
Es una buena prengunta, Anne. Por la misma razón por la que no se pone botox y se la chupa a los productores importantes. Tiene un problema.
Anne Hathaway:
Debe de ser. ¿Por qué ese dientes, dejado y achaparrado no se parece un poco más a nosotros?
James Franco:
Este tío feo necesita un maquillaje de Hollywood.
Anne Hathaway:
Y tanto. E incluso cuando la mayoría de las actrices tiene trastornos alimenticios, eso es mejor que estar gordo, ¿no?

Más diálogo…

Anne Hathaway:
Oh, James, eres un caso. Y tus bromas ligeramente arriesgadas no son amenazadoras porque tú eres uno de los nuestros, ¿y eres tan guapo!

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