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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Bertil Guve, el niño de ‘Fanny y Alexander’, habla sobre Bergman

¿Qué fue de Bertil Guve? Podría haberse llamado este post, en homenaje a la serie sobre deportistas que elabora mi compañero Eduardo Casado. Guve, el niño que a los 11 años fue elegido por Ingmar Bergman para interpretar ‘Fanny y Alexander’ acaba de conceder una entrevista a Geoffrey Macnab en ‘The Guardian’ en la que recuerda cómo fue su encuentro con el genial director sueco.

Bertil Guve, que en realidad se llama José Bertil González y es hijo de padre español y madre sueca, en la actualidad tiene 37 años y trabaja para el Royal Institute of Technology de Estocolmo, alejado de los platós de rodaje que pisó durante un tiempo escaso; pero que lo marcaron profundamente y lo convirtieron el actor infantil más famoso de Suecia. En la entrevista Bertil explica que cuando se presentó para el papel, no tenía ni idea de quién era Bergman y tuvo que ser su madre quien le explicara que el director era tan conocido en su país como John Wayne o Bjorn Borg. Bergman, sin embargo, sí sabía quién era él, porque lo había visto interpretando a un niño que llegó a ser futbolista en un filme que Lasse Hallstrom había rodado para la televisión sueca.

Más tarde Bergman le confesó que lo había elegido para el papel «por su aire melancólico, y porque actuaba con los ojos», además de haberle impresionado que durante las audiciones, se inventara un cuento en el que mataba a su abuelo.

El rodaje, por lo que cuenta Bertil, no empezó bien. Bergman no había explicado a ninguno de los dos niños protagonistas (él y la niña Pernilla Allwin) de qué iba la película y, durante las largas pausas del rodaje, estos se divertían jugando entre los decorados, por lo que no era anormal que acabaran llenos de mierda, para desesperación de la gente de vestuario.

Solo una vez, Bergman perdió los nervios con él. Fue durante el rodaje de una escena en el que la risa nerviosa le pudo. Bergman estalló, se avalanzó sobre él y agarrándole del brazo le recriminó «el comportamiento poco profesional» que tenía. Bertil se puso a llorar, y solamente una charla posterior a solas con el director solucionó el percance.

El tiempo pasó y Bertil Guve siguió su camino y sus aficiones, que poco tenían que ver con la intepretación. Aún así, mantuvo contacto con Bergman y cuando se doctoró le envió una copia de su Tesis titulada algo así como ‘Jucio y condena en las decisiones empresariales’. Un título, por otro lado, muy ‘bergmaniano’. Bergman, amable, le mandó un mensaje agradeciéndole «su encantandor libro». Guve duda, quizá con razón, de que realmente lo leyera.

‘Fanny y Alexander’ logró cuatro Oscar, entre ellos el premio al mejor filme de habla no inglesa, y convirtió a Bergman en un director conocido por el gran público.