Eddie Murphy se larga. Le dice ‘sayonara baby’ a la gala de los Oscar porque su amigo del alma Bret Ranner se ha visto obligado a dimitir por bocazas (cómo se nota que este tipo es americano, si fuera de por aquí no dimitiría ni aunque hubiera confesado haber acabado con el último ejemplar vivo de una especie en extinción). Y como Eddie va de tío leal, dice que sin Ranner, él se abre, aunque no sin pena, porque el esbozo de guión con el que ya trabajaban es, asegura, muy bueno.

Yo, como últimamente estoy con un ánimo algo cínico, me alegro mucho. No, miento, me alegro un montón. Eddie Murphy me parece un coñazo, como ya os conté hace un mes, pero veo que no soy la única. No he leído muchos mensajes de pena porque Murphy se haya ido, al contrario, he leído frasecillas tipo: «Ahora que os habéis librado de él, contratad a un verdadero presentador«. Pero no debe de ser tan fácil. Quieren a alguien con tirón, ingenioso, atractivo… que haga reír, pero que no avergüence a nadie; que tenga desparpajo, pero sin que llegue a convertirse en la estrella de la fiesta. Alguien lo suficientemente «correcto» como para no ofender a ningún anunciante ni espectador. Es decir, un muermo. Nada de Ricky Gervais ni de Whoopi Goldberg.

Y a quién le gustaría a la gente ver en el teatro Kodak el próximo 26 de septiembre. Pues en EE UU hay muchos que piden a Neil Patrick Harris, pero también se manejan nombres tan dispares como Stephen Fry, en pareja con Hugh Laurie; Billy Cristal, Robert Downey Jr al alimón con Jude Law; Will Ferrer y Jack Black… Será por nombres. ¿Cómo lo véis?

PD. Actualizado el día 11. And the winner is… Billy Crystal. Me gusta, pero está un poco visto, ¿no?