Ha muerto Cliff Robertson. Un hombre que en los últimos años recibió cierta atención gracias a la saga de Spiderman, donde interpretaba al tío Ben; pero que hace décadas fue casi una estrella gracias a dar vida a J. F. Kennedy en Patrullero PT-109 y al Oscar que logró en 1969 por Charly. Y digo que fue casi una estrella, porque, a pesar de su talento y de tener un rostro muy atractivo, a Robertson parece que siempre había alguien más dispuesto a robarle el protagonismo.

A mí el Cliff Robertson de Hojas de Otoño me encantaba; pero ahí estaba Joan Crawford para llevarse todos los honores. Y lo mismo le sucedía en The Best man, otra gran película donde Henry Fonda era el que se hacía con la atención de los críticos.

En Mujeres en Venecia, donde también estaba fantástico, fue Rex Harrison quien le robaba los planos limpiamente… y así siempre: en El gran espectáculo, la estrella era Esther Williams; en Todo en una noche, Dean Martin; en Un domingo en Nueva York, Rob Taylor; en La brigada del diablo,William Holden; en Los tres días del Cóndor, era Robert Redford… Pobre Robertson, viéndolo cualquiera resumiría su carrera como la de un gran secundario que trabajó a las órdenes de los mejores,  pero, por la entidad de los papeles que interpretó yo creo que fue mucho más que eso. Fue un excelente actor, con mala suerte a la hora de emparejarse cinematográficamente, y que cuando comenzaba su etapa de madurez sufrió el rechazo de los grandes estudios por haberse atrevido a denunciar una estafa que afectaba al presidente dela Columbia Pictures, David Begelman, lo que hizo que tuviera que reconducir su vida a la televisión.