Decía que estaba emocionado con su debut en Broadway, pero Brendan Fraser, el actor que reventó las taquillas a golpe de pistoletazo con la saga de ‘La Momia’, ha visto cómo la obra que protagonizaba anunciaba el cierre una semana después de su estreno oficial, el pasado domingo, hundida por las críticas negativas y el desinterés del público. La culpa, según leo en varios medios, no es de Fraser, ni mucho menos a su compañero de reparto, el ganador de un Tony Denis O’Hare, (‘Mi nombre es Harvey Milk‘) sino a la «falta de humanidad» y «la incomprensible falta de gracia» de la adaptación que han hecho de ‘Elling’.

Si os suena el título de ‘Elling’ es porque la obra se basa en el filme noruego del mismo título que en 2001 fue nominado al Oscar al mejor filme extranjero, y que narraba la historia de hombres que intentan adaptarse a la vida real, después de haber salido de una institución psiquiátrica. El filme tenía el mérito de tratar un asunto serio y casi dramático con muchas dosis de humanidad y respeto; pero también con sentido del humor. Algo que parecen haberse dejado en casa los productores teatrales.

Lo siento por Fraser, un actor que me cae bien y que demostró que puede hacer más que muecas exageradas y mohínes infantiles en películas como ‘Dioses y monstruos‘ o ‘El americano impasible’ o ‘Crash’.