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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Hollywood prepara una versión de ‘La Comunidad’ de Álex de la Iglesia

Me gusta Álex de la Iglesia. Me gusta como director, porque creo que es uno de los creadores españoles más entretenidos y ágiles, que no es poco decir (especialmente de un director de por aquí); y también me cae bien (creo que esto ya os lo había dicho alguna otra vez). En sus entrevistas se nota que es un hombre inteligente y culto, pero con ningún aire de divo; un hombre con los pies en la tierra, con ganas de pasárselo bien trabajando y hacérselo pasar bien a los demás. Un tío con estilo, vaya.

Con todos los dolores de cabeza que le han dado últimamente ‘sus colegas’ de la Academia de cine, sinsabores que como él mismo dice, le han llevado a «resetear amigos», habrá tenido pocos momentos de ‘subidón’, por eso hoy me ha alegrado saber que Hollywood prepara una versión de La Comunidad’ Que alguien tome una obra tuya para inspirarse es un bonito halago, un piropo indirecto que espero que insufle energía y optimismo a Álex.

¿Y quiénes bajara el director Ken Kwapis (‘Qué les pasa a los hombres’; ‘Hasta que el cura nos separe’) como protagonistas? Pues, como hablamos de Hollywood y ahí priman las carnes prietas y tersas, se habla de Emily Blunt y Reesse Withespoon en el papel que interpretó Carmen Maura. «Queremos a alguien que tenga fuerza suficiente para escapar y subir por las paredes del edificio», ha dicho el director. (ejem)

Los productores del proyecto también están estudiando adaptar otra obra de De la Iglesia, ‘Muertos de risa’, pero encontrarles versiones rejuvenecidas de El Gran Wyoming y Santiago Segura puede ser una misión imposible.

La cinta se rodará en Detroit y del guión se eliminarán algunos personajes considerados un poco frikies.

‘La Comunidad’ obtuvo tres Goya, entre ellos el de mejor actriz para Carmen Maura.

Mis buenas razones cinematográficas para estar feliz un lunes

Antes de enterarme de que había muerto Claude Chabrol pensaba que tenía buenos motivos para encarar el principio de la semana con optimismo: a) Alex de la Iglesia, uno de los mejores directores españoles en activo, había sido premiado en Venecia, b) el viernes había celebrado el 50 cumpleaños de Colin Firth volviendo a ver ‘Love Actually’ y, c), por fin, me había decidido, ‘Toy Story 3’ me gusta más que ‘Origen’.

a) Sí, sí, ya sé que ‘Los crímenes de Oxford’ son un tachón impropio en la impecable filmografía de Alex, pero incluso en esa película Alex consigue destacar por su originalidad y atrevimiento a la hora de rodar. Me declaro casi incondicional del autor de ‘El día de la bestia’ y ‘La comunidad’. Me imagino que casi casi como Rajoy, que le ha mandado un mensaje de felicitación y ha reconocido que tras conocerlo personalmente hace unos meses, son medio colegas y tienen “muy buena química”.

b) ‘Love Actually’ no es un peliculón y, dependiendo de las historias, puede empalagar más que una milhoja, pero además de Firth el filme de Richard Curtis contiene joyitas interesantes, como la de encontrarse a Martin Freeman, futuro Bibo Bolso de ‘El hobbit’, haciendo de actor porno.

Y llega el domingo y la noticia de la muerte de Chabrol, al que admiraba por lo elegante y personal que era su cine negro, y se me olvidan los motivos para empezar bien la semana. Menos mal que hace unos minutos el director general del ICAA, Ignasi Guardans, ha tenido a bien animar un poquillo el ambiente recordando que ‘el tijeretazo anunciado para el cine’ es un mal necesario:

«No todo el mundo que habla de cine, incluidos algunos cineastas, saben de finanzas de cine», explica. «De gestión de museos no saben los pintores»

«Determinadas críticas o crónicas sobre cine español les correspondería estar en las páginas de política porque no tienen nada que ver con la cultura».

Pues en estos dos puntos le doy la razón, señor Guardans.

Y hala, comienza la semana.

Subvenciones cine/ subvenciones prensa

Dije que no iba a volver a hablar del asunto Almodóvar/Boyero; pero hoy os traigo un tema indirectamente relacionado con aquel porque se trata de una carta conjunta, firmada por 87 personas del mundo del cine (entre ellas Fernando Trueba, Alex de la Iglesia y Eduardo Campoy), en la que se protesta contra una información de cine publicada por ‘El País‘. Como el asunto es largo, os dejo el enlace por si queréis leer la información que ha motivado la carta de queja. A mí lo que me ha llamado la atención ha sido precisamente la carta, que os paso a continuación, y más concretamente el segundo párrafo, que os subrayo.

Recientemente pudimos comprobar cómo su periódico dedicaba una nada desdeñable doble página -No hay salas para tanto cine (español), 21 de mayo- a valorar ciertos datos acerca del sector cinematográfico español y su pretendido divorcio con el público.

Por el rigor que caracteriza a su periódico damos por buenas las fuentes y datos cuantitativos (muchos oficiales) que ofrecen sus redactores. Sin embargo, quisiéramos poner en su conocimiento que los utilizados no son suficientes para poder hacer deducciones valorativas acerca de la calidad del cine español o de sus profesionales.

Le aseguramos que al sector cinematográfico español, a sus profesionales, y nos consta que a las instituciones (y afortunadamente también a los responsables de los partidos de la casi totalidad del espectro político), nos preocupan enormemente algunos de los datos relativos al consumo cinematográfico español. Pero a la vez, les aseguramos de la misma manera que los que utilizan sus redactores no son precisamente los que explican una situación que tiene razones históricas, sociológicas, económicas, de comercio exterior, sin duda políticas y, por qué no reconocerlo, también culturales que obligan a un análisis más en profundidad.

Hacer una deducción directa que lleve a la idea de que en España «igual se hace cine como se cultivaba el lino, para recaudar subvenciones, aunque luego ni se recoja el lino ni se proyecten los filmes» (sic) es un argumento absolutamente demagógico y falaz que no responde a la realidad de un sector que es mucho más complejo y que sin duda está necesitado de un proceso de profunda reconversión. Por cierto, un sector mucho menos subvencionado que casi cualquier otro sector productivo en este país, como, sin ir más lejos, el de la prensa. Basta para comprobarlo contabilizar la publicidad institucional que albergan sus páginas.

¿Cree usted que se pueden sacar conclusiones sobre la baja asistencia del público al cine español sin analizar antes dónde se encuentran las dificultades de acceso real de las películas españolas a sus espectadores naturales? Creemos que no se puede afirmar impunemente que no hay pantallas suficientes para el cine español sin echar antes una mirada a sus propias páginas de Cartelera y constatar que algunos títulos (casi todos americanos) sin más prueba de talento que la publicidad que les precede ocupan 50 pantallas sólo en Madrid. Nos ponemos a disposición de sus redactores para poder explicarlo. Aunque suponemos que ellos ya lo saben todo. Otra cosa es que no lo cuenten.

Yo estoy lejos de ser una experta en economía y finanzas, y de este tema sería mejor que opinara el director de mi periódico; pero me temo que llamar subvenciones a los anuncios institucionales es pelín exagerado.

Quizá pensaban en Francia y no en España cuando hablaban de las ayudas a la prensa.

En cualquier caso, ojalá el sector recibiera ayudas similares a las que se dan al cine. Tal vez así se habría evitado la pérdida de miles de trabajos en las redacciones en los últimos meses (y lo que queda), o tal vez así la gran mayoría de la profesión lograra tener un sueldo digno. Otra cosa sería luego valorar hasta qué punto un periódico que quiera ser independiente deba recibir subvenciones del Estado (ya sean estas en forma de anuncios, suscripciones, etc); pero ése es otro debate.

En cuanto a por qué los espectadores van poco a ver cine español, que es el tema que ha levantado las suspicacias, los motivos seguramente sean muchos y complejos, como bien se explica en la carta; pero desgraciadamente, por el tiempo que llevo haciendo este blog, la gente los resume en uno: aburrimiento, falta de interés. Los lectores ya ni cuestionan la calidad, el estilo, o el mayor o menor talento de los autores … simplemente hablan de falta de atractivo de las tramas. Hay una apatía generalizada. ¿Es esto injusto? Probablemente mucho; pero no creo que obviar el problema ayude a solucionarlo