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¿Estás de baja? Dos formas opuestas de afrontarla y sólo una te sirve para seguir adelante

Alina, a quien acompaño a través del coaching, se ha sometido a una operación. Alina se ha sometido. Someterse es un verbo que cuenta, según la RAE, con las siguientes acepciones: Sujetar, humillar a una persona, una tropa o una facción. Conquistar, subyugar, pacificar un pueblo, provincia, etc. Subordinar el juicio, decisión o afecto propios a los de otra persona, entre las más significativas.

La etimología de someterse también es reveladora. El verbo proviene del latín submittĕre, la partícula sub- significa inferior o por debajo, mientras que mittĕre significa echar. Someterse entonces significa echarse debajo. En el caso de Alina, se ha sometido voluntariamente a una operación quirúrgica, o lo que es lo mismo se ha puesto en las manos de un cirujano para que la curara.

En una cultura en la que el individualismo y la independencia reinan, someterse, en este caso a una operación médica, no se siente como algo natural, y eso mismo le pasó a Alina. Mientras los días de la operación se acercaban, iba creciendo en ella una ansiedad sin nombre. ¿Y si no iba bien?. ¿Y si el cirujano aquel día no estaba centrado? ¿Y si descubrían al abrirla un mal mayor? Algo en el seno de sí misma se revelaba en contra de lo que iba a suceder. Y al mismo tiempo sabía que era lo mejor para ella. Pasaron los días y llegó la hora de la verdad. La operación tuvo lugar, el equipo que la atendió fue de lo más profesional y ahora empezaba la baja, el periodo de recuperación.

(Kinga Cichewicz, UNSPLASH)

Estar de baja también recoge el espíritu de lo que ha precedido. Alina se había puesto «debajo» y ahora estaba «de baja». Cuando uno inaugura esta fase, y lo sé por experiencia, se encuentra de una vulnerabilidad enorme. Para Alina significaba necesitar ayuda para levantarse, para caminar, para ir al baño, para casi todo. Esta situación, como tantas otras, revela la verdadera naturaleza humana: vulnerable y dependiente. Esta naturaleza, aunque siempre está allí, nos negamos a verla, hasta que la vida misma nos pone frente a ella.

Durante el periodo de recuperación, a grandes rasgos, se abren dos actitudes u orientaciones psicológicas distintas, que uno puede elegir conscientemente o, si no pone atención, dejarse arrastrar por cualquiera de los dos.

La primera consiste enfrentarse a la situación desde la mente reactiva. Desde esta posición, nos resistimos a nuestro estado actual, cultivando todo tipo de pensamientos obsesivos, la queja, y forzando al cuerpo a hacer cosas que no quiere.

La segunda, y la que trabajamos con Alina, tiene que ver con aceptar la propia situación desde la apertura, escuchando al cuerpo y respondiendo a sus necesidades durante el periodo de recuperación. En este caso, el estado mental es calmado, abierto y libre de neuras.

Para salir adelante y por mucho que te cueste, te animo a cultivar la segunda. Te cuento más  sobre por qué elegirla y cómo ponerla en práctica en el próximo post.

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