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Aprender algo nuevo: por qué ser un petardo en algo sienta fenomenal

Este año estoy aprendiendo a montar a caballo y a jugar al ajedrez. Soy una petarda en ambas disciplinas pero me lo paso genial. Aprender algo nuevo es maravilloso. Recuerdo cuando entré a fondo con la acuarela. Hacerlo cambió para siempre mi forma de mirar, de percibir la luz y los matices de las formas. También mi relación con el agua. Porque con la acuarela cuando uno pinta no pinta solo, pinta con el agua. Ella tiene su agenda, sus formas y sus dones ocultos, por lo que estar en diálogo con ella es imprescindible.

Las personas que aprenden nuevas disciplinas son las que se mantienen más jóvenes de espíritu como constato en mi práctica de coaching, por eso es una práctica que recomiendo a cualquier edad. Julia de diecinueve años está aprendiendo alemán con Duolingo. César de casi sesenta está redescubriendo la fotografía como una práctica de consciencia plena. Diego en plena transición profesional se resiste a aprender algo nuevo y es precisamente esa resistencia la que le bloquea en considerar un cambio radical de trabajo, por lo que la exploramos en sesión.

BUENO PARA REDUCIR EL STRESS Y PARA EL CEREBRO

Varios estudios demuestran que aprender algo nuevo ayuda a reducir el stress, promueve la generación de nuevas conexiones neuronales activando nuestro cerebro y neutraliza la pérdida de capacidades cerebrales que tienen lugar con la edad, como la pérdida de memoria a corto y largo plazo.

(Leigh Nels, PEXELS)

DINAMITA PARA EL EGO

Sin embargo, uno de los impactos más beneficiosos de aprender algo nuevo es que molesta a nuestro ego. Lo incomoda porque lo destierra de su zona de confort. El ego quiere controlarlo todo, quiere que todo sea previsible y quiere quedar bien. Sin embargo, cuando estamos aprendiendo algo de cero, es imposible controlar nada y ahí radica la gracia del asunto: situarnos en la mente del principiante. En ella no hay nada que demostrar. Estamos abiertos, receptivos, atentos. Seguramente seamos un petardo al principio…¿Y qué? Iniciarnos en algo nos facilita estar plenamente presentes…¡igual que los niños!

UNA NUEVA MIRADA

Practicar una nueva disciplina, un nuevo idioma, un nuevo deporte, un nuevo arte…tiene la capacidad de abrirte los ojos al hecho que todo es nuevo cada momento. No volverás a cortar las mismas verduras otra vez. La cena de hoy será única en su contenido, estado de ánimo y personas que te acompañarán – puede que sean las mismas pero serán diferentes. No habrá otro enero como este, ni una luna llena como la de este mes. Esta consciencia te permite despertar del letargo de tu cinismo. Esta consciencia te permite despertar de la anestesia del “sé como son las cosas”. Esta consciencia te permite recibir la vida como lo que verdaderamente es: un regalo.

Sea cual sea tu edad o circunstancia, que no te importe ser un petardo aprendiendo algo nuevo. Te sentará fenomenal.

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