«¿Eres reactivo o proactivo? Este es el tema del programa de radio del Ofici de Viure – un referente en temas de crecimiento personal en Cataluña –en el que participé hace un par de días. En el post anterior exploré la reactividad. Hoy sigo explorando la segunda mitad de la ecuación: la proactividad.
Imaginemos que tu jefe te pide que seas más proactivo y no tienes ni idea de por donde empezar. La proactividad se define como la capacidad de anticiparse a las circunstancias, tener iniciativa y orientarse al cambio.
HACIA DÓNDE
Mientras que la reactividad se enfoca más en lo que no quieres, la proactividad se centra en aquello que quieres. La proactividad se anticipa al futuro de la única forma posible: creándolo.
Para poder ser proactivo, lo fundamental es saber hacia donde vas. En qué te enfocas. En el caso de tu jefe, entender cuál es el objetivo común: ¿se trata conseguir más clientes, abrir un nuevo mercado, mejorar la calidad o entregar los pedidos con menos tiempo?
En mi práctica de coaching constato una y otra vez lo común que es para los humanos no saber lo que queremos. No saber lo que se quiere es la receta perfecta para no tener foco, y perderte en la desgana, desapego, depresión,…o simplemente cuando vengan mal dadas.
PRACTICAR EL DESEAR
Tal vez te hayas frustrado muchas veces, en lo personal o en lo profesional. Si este es tu caso, dejar de querer, dejar de desear no es nunca la respuesta. Cuando tomas esta actitud es como si te encontraras el genio de la lámpara cada día y no supieras que deseo pedirle y portanto acabas desperdiciando la ocasión.
En cambio cuando sabes lo que quieres, puedes empezar preparar el terreno para que suceda. Tal vez quieras un montón de cosas, y no sabes cómo ordenar las prioridades.
LA EMOCIÓN COMO GUÍA
Imáginate que consigues aquello que quieres. ¿Cómo te sientes? ¿Te hará contento conseguirlo? ¿Será bueno para la organización, tus compañeros, los clientes, la sociedad en general? Deja que tus emociones te guíen, ellas son el marcador de si lo que quieres tiene energía, o no, y te ayudarán a ordenar prioridades de forma orgánica.
SIMPLICIDAD
¿Qué te gustaría crear y qué iniciativas puedes tomar al respecto? Puede ser algo tan sencillo como me gustaría ver la cocina de la oficina más ordenada, pues empiezo por ordenarla. O bien, me gustaría pasar más tiempo de calidad con mi pareja, pues empiezo por organizar un fin de semana para los dos sin niños. O veo una oportunidad en mi trabajo…qué puñeta, pues voy a ponerle horas extras para probarla.
El mundo esta lleno de problemas. La proactividad, entendida como la capacidad de alinar tu energía con la de la sociedad es una de las claves para resolverlos.
Quien sabe, puede que incluso tu jefe tenga razón 😉