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Nos fuimos a dormir machistas, nos levantamos feministas. Lecciones del caso Alves

La percepción social cambia de forma progresiva y después de forma súbita. Me vienen a la mente las palabras de Amos Adams, activista social contra la esclavitud en EEUU: “Nos fuimos a dormir una noche con antiguas costumbres, conservadores (···) y nos despertamos abolicionistas radicales”. En España, y en gran parte del mundo occidental, a la luz del movimiento #metoo y demás cambios político-sociales, podríamos decir: “nos fuimos a dormir una noche convencidos que las mujeres eran seres inferiores y nos despertamos convencidos de la igualdad entre todas las personas”, lo que vendría a ser: “Nos fuimos a dormir machistas y nos despertamos feministas”.

El feminismo en España y su acción política es un movimiento que ha contribuido significativamente a la forma en cómo se perciben y tratan hechos que antes se habrían invisibilizado. Esto explica que caso Rubiales no solamente no fuese tapado sino que tuviese serias consecuencias. El mismo cambio sociocultural facilita que el proceso Alves por presunta violación tenga un tratamiento judicial y mediático, con un respeto a la víctima y unas medidas cautelares sin precedentes.

LOS DERECHOS NO SON SUFICIENTES

Los avances sociales promovidos por el feminismo de la igualdad son reales y al mismo tiempo, uno de sus flacos favores es generar la ilusión especialmente entre mujeres jóvenes que el discurso de los derechos las protegerá. El discurso de los derechos y el desarrollo de leyes son necesarios, disuasorios en parte, facilitan el cambio de mentalidad y generan consecuencias una vez el delito ha tenido lugar. Por ejemplo, facilitan el juicio a Alves como presunto violador. Sin embargo, en caso de demostrarse el delito, el grave daño físico y psicológico de la víctima es irreversible, algo que las medidas legales no pueden remediar.

Dani Alves declara sin esposar en el juicio por delito de agresión sexual.
EUROPA PRESS/D.Zorrakino. POOL

Por este motivo, es necesario complementar al discurso de los derechos del feminismo de la igualdad con el discurso del feminismo de la diferencia. El feminismo de la diferencia reconoce la diferencia entre hombres y mujeres y defiende que las mujeres ocupen un espacio social propio, más allá de emular espacios y formas de hacer masculinos. Esta corriente también reivindica el valor de la maternidad y el cuidado, transmitiendo a las nuevas generaciones de mujeres jóvenes, lecciones ancestrales a la luz de datos actuales, como las recogidas por Louise Perry en su imprescindible libro, que reproduzco aquí:

  • No te fíes de ninguna persona ni ideología que te presiona para que no hagas caso de tu intuición moral.
  • La caballerosidad es, en realidad, algo bueno. Todos tenemos que controlar nuestros deseos sexuales, especialmente los hombres, dada su mayor fuerza física y, de media, su más alta libido.
  • A veces (aunque no siempre) se puede identificar fácilmente a los hombres sexualmente agresivos. Existe un puñado de rasgos de personalidad que son comunes en ellos: impulsividad, promiscuidad, hipermasculindad y antipatía. La combinación de estos rasgos debería ponerte en guardia.
  • Hay que huir de los hombres que se excitan con la violencia, usen o no el vocabulario de las prácticas de dominación y sadomasoquismo para justificar su comportamiento. Si pueden mantener una erección mientras golpean a una mujer, no es seguro quedarse con ellos.
  • Los talleres sobre consentimiento son, en su mayoría, inútiles. El mejor modo de reducir la incidencia de violaciones es reduciendo las oportunidades de que potenciales violadores puedan actuar. Esto se puede conseguir manteniendo en prisión a los violadores condenados o limitando su acceso a víctimas potenciales.
  • La categoría de personas que con más probabilidad van a ser víctimas de estos hombres es la de mujeres jóvenes con edades comprendidas entre los trece y los veinticinco años. Todas las chicas y mujeres, pero particularmente las de estas edades, deberían evitar estar a solas con hombres a los que no conocen o con hombres que les dan miedo. No hay que hacer caso omiso al instinto: normalmente se dispara con alguna alerta que merece ser escuchada.
  • Emborráchate o drógate en privado con amigas en lugar de en público o en compañía mixta.
  • No uses aplicaciones de contactos. Las amistades mutuas pueden servir para conocer el historial y castigar las malas conductas. Las aplicaciones de contactos, no.
  • Abstenerse de tener sexo con un novio nuevo durante, al menos, unos meses es un buena forma de averiguar si va en serio contigo o si simplemente está buscando acostarse contigo.
  • Ten sexo con un hombre solamente si crees que va a ser un buen padre para tus hijos, no porque necesariamente tengas la intención de tener hijos con él, sino porque esta constituye una buena regla de oro para decidir si merece o no tu confianza.
  • El matrimonio monógamo es, de lejos, la base más estable y fiable sobre la que construir una familia.

La presunta víctima de Dani Alves está demostrando un gran coraje y determinación yendo adelante con el juicio frente a la presión mediática, la revelación de su identidad y las múltiples ofertas que ha recibido para retirar la denuncia. Su testimonio y todo el proceso son avisos a navegantes de que, por fortuna, corren malas épocas para las culturas de violencia. Al mismo tiempo, las mujeres, especialmente las jóvenes, tienen que abrir los ojos a los riesgos reales de la violencia sexual, frente a la cual, los derechos no tienen la capacidad de protegernos y sin embargo nuestra intuición y lecciones ancestrales, sí.

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Mi hijo es diferente y lo llevo fatal

EL HIJO QUE ME GUSTARÍA VERSUS EL HIJO REAL

En el curso preparatorio a la adopción de mi hija, recuerdo el testimonio la madre de un niño adoptivo que decía, he tenido que soltar mi idea del hijo que yo quería, para poder recibir plenamente al hijo que me ha sido dado. Con la crianza y en conversación con otros padres y madres, he constatado que esta tarea no es exclusiva de padres adoptivos.

Los humanos tenemos ideas preconcebidas de casi todo. Y los hijos no son una excepción. Llamémosle agenda inconsciente, expectativas, suposiciones o asunciones. Cuando éstas chocan con la realidad del ser humano que ha encarnado en el seno de nuestra familia, se origina el sufrimiento.

…¿Y SI EL PROBLEMA ERES TÚ?

En una sesión sobre maternidad y espiritualidad de un retiro budista en el que participé, la madre de una mujer con síndrome de down, compartió que su hija trabajaba, vivía en pareja y hacía de modelo cuando se lo pedían. Mi hija es feliz y no tiene ningún problema, decía, soy yo quién lo tiene. Se daba cuenta de que había llegado el momento de dejar de preocuparse por su hija. Como padres es fácil caer en la trampa de problematizar a nuestros hijos por qué son diferentes. Olvidando que el mayor problema no lo tienen ellos, sino nosotros.

Niño inclinado

(Jordan Whitt, UNSPLASH)

TU SUFRIMIENTO ES REAL

Sea el que sea el grado de diferencia de tu hijo por TDH, altas capacidades, autismo, discapacidades, etcétera, como padres es natural sufrir, preocuparnos. Esta preocupación es sana en la medida en que nos empuja a movilizarnos para acompañar a nuestros hijos y encontrar así recursos y espacios que les ayuden. Sin embargo, como madres y padres debemos aprender a neutralizar al sufrimiento innecesario que emerge de pensamientos del tipo: Mi hijo es diferente. Todos los demás son normales y no tienen problemas. ¿Por qué mi hijo no puede ser como ellos? Cada vez que pienses así, cuestiónalo como la mayor milonga que te has contado. ¿De verdad que crees que los otros niños no son de algún modo diferentes? ¿Crees que alguien en esta vida está cien por cien libre de problemas (de salud, psicológicos, relacionales,…)?

SEGUIR ADELANTE

La experta en autocompasión y madre de un niño con autismo Kristin Neff, explica que hacer las paces con los momentos de sufrimiento de la crianza es el primer paso para superarlos. Neff te invita a no mirar hacia otro lado cuando te amarga algo que le pasa a tu hijo. Puedes buscar el espacio para sentir y aceptar este sufrimiento. Puedes tomar la determinación de ser amable contigo misma. Y ahora llega el momento clave: reconoces que el sufrimiento es el pan de cada día de la humanidad, sorteas el victimismo y te encuentran las fuerzas que necesitas para seguir adelante.

 

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